El cofundador de Pink Floyd: "La paz en Tierra Santa sólo es posible sin amos ni esclavos"
"Hay personas en esta ciudad que no me permiten quedarme en un hotel. Sólo quiero señalar que hay una diferencia entre las personas que no me permiten tener una habitación de hotel y yo; entre estos grupos de presión israelí y yo.
La diferencia es que yo creo en los derechos humanos universales para todos mis hermanos y hermanas del mundo, independientemente de su origen étnico, religión o nacionalidad. Y esto, por supuesto, se aplica también a mis hermanos y hermanas de Palestina que, mientras hablamos, son objeto de genocidio. Esa es la diferencia. Yo creo en los derechos humanos y ellos no.
Para que Tierra Santa entre en un período de paz y para que cesen las matanzas, no sólo durante uno o dos días, sino para siempre, será necesario aceptar la igualdad de derechos humanos para todas las personas que viven en Tierra Santa. entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, de todos modos. Ni amo ni esclavo, todos iguales".
Estas fueron las palabras que la estrella del rock, Roger Waters, pronunció sobre el escenario de Buenos Aires (Argentina) durante una de las etapas de la gira "This is Not a Drill".
Waters, el artista preeminente de la escena del rock, se destaca actualmente como una autorizada figura mundial comprometida con la defensa de la causa palestina. Como cofundador de Pink Floyd, Waters es no sólo una celebridad mundial, sino también un ícono del rock que se dedica fervientemente a la promoción de los derechos humanos, colocándose en primera línea para apoyar la liberación de Julian Assange y de otros, como así también para condenar enérgicamente cualquier forma de conflicto bélico. El contexto actual ve a Waters no sólo como testigo de tan nobles causas, sino también como víctima de una persecución personal. Un ejemplo elocuente de esto es su experiencia en hoteles de Montevideo y Buenos Aires, donde le negaron incluso un alojamiento adecuado: tenía previsto alojarse en la capital argentina pero las reservas fueron canceladas, y los hoteles alegaron falta de disponibilidad, según informó el diario argentino Página/12.
Sin embargo, Waters, con su determinación, pudo organizarse de forma independiente, demostrando una resiliencia que va más allá de los desafíos personales.
El Departamento de Estado dijo que Waters tiene "una larga historia de uso de estereotipos antisemitas para denigrar al pueblo judío". En declaraciones a Página/12, lo negó. "Lo dicen porque creo en los derechos humanos y hablo sobre el genocidio del pueblo palestino", respondió Waters.
Su compromiso quedó reflejado tangiblemente durante un evento en el Estadio, donde fue recibido calurosamente por decenas de miles de personas. En este marco, Waters ha amplificado su voz al denunciar lo que cree que es injusto y ha recibido, con razón, el apoyo y la solidaridad de quienes comparten su visión. Su presencia en escena no sólo como músico extraordinario, sino también como inquebrantable defensor de los valores humanitarios, confiere a su figura una huella imborrable en el panorama artístico y social contemporáneo.
Foto: Antimafia Duemila