Lunes 29 Abril 2024

Purmamarca es un pueblo reconocido por sus colores, tanto en los cerros como en los puestos donde se venden productos regionales. Sus locales están preparados para el turismo. Aun así la cultura e identidad resisten y golpean con las tierras rojas, marcando las huellas de la memoria de una comunidad que no olvida los tiempos del terror, y con su carnaval, sus coplas, y relatos, re-vive la historia de quienes lucharon por defender la tierra y los derechos.

Caminamos por las calles de la Plaza para llegar al punto de encuentro. En el centro un cartel señalizaba: “Plaza Colores, Memoria… En homenaje a Juan Angel Baca Humberto Cruz, Leonardo Rodolfo Córdoba, Germán Tomás Córdoba, Hugo Julián Luna, Rosalino Ríos, Marina Leticia Vilte, detenidos desaparecidos de familias pumamarqueñas. 30.000 compañeros presentes. Madres y Familiares de detenidos desaparecidos. Purmamarca, 24 de Marzo, 2018.” No había mucha gente, y fue fácil llegar a su calle. Ella nos esperaba de pie en la entrada de su casa, donde una puerta de madera muy grande estaba abierta de par en par para que accediéramos al interior.

Los muebles de madera antiguos, con jarrones y vajillas coloniales, impactaban en la mirada, y transportaban a un escenario de película argentina de los 70. Si bien cada objeto llamaba la atención, lo que resaltaba con fuerza era el cuadro enorme de Marina Vilte.

Lo primero que nos contó fue sobre las fiestas que facilitaba como anfitriona, en temporada de carnaval, como forma de resguardar la cultura de su pueblo y el legado de su padre coplero, que cuidaba la identidad ancestral de la canción y la celebración de sus tierras.

Laura Beatriz Vilte es psicóloga, nacida en las tierras de Purmamarca. Trabajó como docente con perspectiva intercultural, lo que identifica como una característica de la educación popular, sobre todo por tener una gran parte de población originaria en ese territorio. Sufrió el exilio interno, sin poder ejercer su trabajo durante seis años. Es conocida también como referente en la defensa de Derechos Humanos. Su hermana Marina fue secretaria general de la Asociación de Educadores Provinciales, fundadora y secretaria adjunta de CTERA. Marina fue desaparecida por la última dictadura militar.

“Marina era una dirigente muy comprometida con su gremio. Cuando ella asume la secretaria general convoca a todas las escuelas, reaviva el cuerpo de delegados, o sea, todo lo que se denomina democracia sindical lo ejerció con mucha eficiencia. Marina fue de las pocas docentes que visitó hasta las últimas escuelas de la provincia, y que no tranzó con ningún gobierno sea del signo que sea. Fue muy perseguida cuando fue dirigente. Había carteles que decían: ‘Marina Vilte es comunista’. En realidad mi hermana era peronista. El 24 de Marzo la detienen. Esa misma noche detienen a muchos dirigentes en todo el país.

Ella estuvo cerca de un mes en la cárcel. Ya había docentes detenidas ahí, en el penal de Gorriti. Lo que cuentan las ex presas que después fueron llevadas a Devoto, es que cuando llega esposada a la cárcel, ella entra desafiando, sibando la marcha peronista. Y que de noche cantaba coplas, porque era coplera también. Cantaba coplas para animar a las otras detenidas".

La voz de Laura es suave, pausada, sus palabras claras en cada definición. Su relato es un dialogo implícito pero también una clase, ya que los conceptos se detallan con precisión y armonía para la comprensión de una historia tan cruda y dolorosa como valiente y poderosa.

“Cuando la sueltan, ella va saliendo, se da vuelta y les grita a las compañeras ‘Tengan la seguridad que yo nunca voy a claudicar’”.

Laura era secretaria de actas en Córdoba del Sindicato de Educadores Privados que dirigía Eduardo Requena, otro fundador de CTERA. Nos cuenta que la noche del 24 desaparecieron a una gran parte de la comisión directiva. Laura no sabía cuál era su situación porque en Córdoba fue terrible la persecución.

“Se liquidó a una generación completa” afirma. “Toda una generación desapareció".

El exilio interno que vivió debido a la persecución la llevo a resguardarse en Buenos Aires. Marina llegó allí en Octubre para acompañar a las madres de las personas detenidas, que iban a visitar a sus familiares, y si bien Laura le insistió para que no vuelva y “se quede con ella”, Marina no hizo caso al pedido de su hermana

Ya había desaparecido Requena, y no cabía duda en ese momento, que las huellas de Marina se veían fácilmente marcadas y señaladas, al igual que las de cada dirigente sindical y político. Marina Vilte aseguraba firme que sin ella el gremio se moría. Y que además, no estaba haciendo nada malo. Sin embargo, para la dictadura que se nutre del odio por cada gesto solidario y de cuidado a los pueblos golpeados, el hecho de visitar a los presos políticos y asistir a sus familias, y ser dirigente sindical, tenía una gravedad que merecía el castigo. Al llegar el 31 de Diciembre, con las luces y aromas a fiesta de fin de año, secuestran a Marina, y nunca más se supo nada de ella.

El secuestro fue en su casa en San Salvador. No lo realizaron en un coche de la policía, eran hombres de civil. Selva, otra de las hermanas Vilte, exigía la identificación. Ellos la apuntaron con el arma y la secuestraron junto a Marina. Selva contó que escuchó ruidos de portones, las sentaron en la vereda, luego las levantan y separaron en dos autos diferentes. A Selva la desnudaron, la amenazaron con violarla, le hicieron simulacro de fusilamiento, y la dejaron tirada allí. Con eso concluye el relato del día de la desaparición de Marina hecho por su hermana que vivió la violencia en su propio cuerpo y fue testigo del operativo.

La lucha contra la impunidad fue muy dura confiesa Laura. Eran muy pocas en las marchas. Su hermana Selva pidió al Gremio que hagan algo por Marina, y la expulsaron por usar el pañuelo blanco. En cuanto a la vida política y social, se vivió una derechización profunda. El dolor en la vida personal se volvía desgarrador cuando se daba el momento en que de casualidad Laura se encontraba con alguna prima, en la calle y le respondían evitándola, cruzando de vereda. Más allá de lo difícil que significa atravesar estos caminos “la lucha por la memoria, verdad y justicia es de por vida” asegura Laura firmemente.

En estos momentos los organismos de derechos humanos y movimientos sociales ya se están organizando para el 24 de Marzo de este año. A nivel nacional y provincial se espera una movilización masiva en el contexto del gobierno de Javier Milei, presidente de ultra derecha del partido “La libertad avanza”.

Memoria verdad y justicia en Purmamarca 2

Aunque la figura de Marina no fue lo suficientemente reconocida en su momento, y pretendió ser olvidada, en Buenos Aires dos escuelas llevan su nombre, en Jujuy una avenida se llama Marina Vilte, y una nueva generación docente formó una corriente y le puso su nombre. Se la comenzó a reivindicar nuevamente.

Cuando se establece el feriado del 24 de Marzo, eso significó una gran alegría para Laura, porque daba la posibilidad de que en las escuelas entre material para trabajar lo referido a esa fecha. Hasta el día de hoy cuando se acerca esa fecha, los chicos y chicas de colegios secundarios comienzan a llamar a su puerta, la misma que nos abrió de par en par cuando llegamos, con una sonrisa y bienvenida afectiva.

A pesar de la importancia que significa trabajar esa historia, Laura asegura que es esa fecha y nada más. Su deseo es que sea una educación permanente en relación a la defensa de los derechos humanos, más allá de la dictadura, y que se plante con firmeza a favor de la democracia.

Foto de portada: Matías Guffanti

Foto 2: Marina Vilte / www.labaldrich.com.ar