Martes 30 Abril 2024

Los testimonios confirman que “hubo una cacería”

“Hubo una cacería”. Así de tajante fue la definición que dio el abogado de la familia de Rafael Nahuel, Rubén Marigo, tras las audiencias en el Tribunal Oral Federal de General Roca, donde finalmente se pudieron escuchar los testimonios de los comuneros mapuches sobrevivientes, que vieron morir a Rafita luego de que fuera baleado por la espalda, por los agentes de la Prefectura Naval Argentina, que el 25 de noviembre de 2017, bajo órdenes del gobierno nacional arrasaron con el territorio y con la ley. Cinco prefectos, miembros del cuerpo de élite Albatros, están sentados en el banquillo, acusados por el homicidio. Ellos son Sergio Cavia, Francisco Javier Pintos, Juan Ramón Obregón, Carlos Valentín Sosa y Sergio García.

Lautaro González Curruhuinca, Fausto Jones Huala y Johana Colhuan, con gran valor y determinación relataron los hechos que se sucedieron aquel fatídico día en la Patagonia argentina. Johana -que es prima de Rafita, y que fue herida de bala durante el tiroteo-, contó brevemente como fueron los días previos al 25 de noviembre. Dos días antes, ambos primos, se habían acercado a las puertas de la sede de la Policía Federal en Bariloche, para reclamar -junto a otros miembros de la comunidad-, la libertad de un grupo de mujeres que permanecían detenidas luego del primer desalojo impuesto por el gobierno nacional. Horas más tarde ambos jóvenes se acercaron nuevamente a los territorios recuperados con la idea de asistir con alimentos y abrigos a los comuneros que se habían desperdigado por la montaña evitando la represión.

Pasados dos días “ya no se escuchaban ruidos -dice la joven-, y entonces decidimos bajar porque pensábamos que las fuerzas de seguridad se habían ido, bajamos unos 150 metros. En se momento -continúa diciendo-, “empiezo a escuchar disparos y veo que los 'lamien' empiezan a correr para arriba y empiezo a correr, volviendo al mismo lugar en el que estábamos”. Luego continúa diciendo: “Estábamos llegando a un plano donde se encontraban el amigo Fausto (Jones Huala) y Lautaro (González Curruhuinca). Fausto tiraba piedras. En ese momento llegando al plano le disparan a mi primo, cae al piso y después me disparan a mí en el brazo. Yo lo miro, no sabíamos por dónde lo habían herido, empezamos a buscar y la bala le había entrado por atrás. Empezamos a buscar si había salido y levantamos la remera y tenía hinchado a la altura de la costilla. Decía que no se podía ver, le costaba respirar, que tenía sed”. Algunos minutos más tarde, Rafael Nahuel, de tan solo 22 años, dejaba esta vida a manos de la represión estatal.

“Estábamos bajando y escuchamos ‘alto Prefectura’ y en el mismo instante empezaron a escucharse disparos. Uno atrás de otro”, dijo Fausto, el hermano del lonko Facundo, ante el Tribunal-, según publicó Télam. “Mi primera reacción fue darme vuelta y empezar a correr, llegamos a la planicie donde habíamos hecho noche. Con el peñi Lautaro fuimos los primeros que llegamos a la planicie y al ver que los demás no podían llegar y los disparos eran todo el tiempo, decidimos agarrar piedras y empezar a tirar a las personas que venían disparando. No sé cuánto habrá durado, se sintió eterno”.

“Vengo acá a declarar para que los padres de Rafael sepan cómo murió su hijo”, dijo Lautaro por su parte al iniciar su testimonio, según publicó ANRed. Es importante destacar que González permaneció prófugo, aconsejado por sus abogados, durante varios años, ya que en un primer momento fue detenido y la justicia lo proceso por usurpación y atentado. Una maniobra identificada por el amplio espectro de las organizaciones de derechos humanos, como una clara persecución política en contra de las comunidades mapuches. Finalmente, en agosto de 2023, la causa contra González prescribió y pudo finalmente prestar su valioso testimonio.

“Recién cuando empezamos a gritar que habían matado a uno, que estaba caído, fue que dejaron de disparar y se fueron”, dijo durante la audiencia González. También describió la forma en que bajaron de la montaña, junto a Fausto, el cuerpo de Rafita, y como en ese momento fueron detenidos por las fuerzas de seguridad.

No hubo enfrentamiento armado

Durante las audiencias presentaron sus testimonios los peritos, que constataron los calibres de las balas servidas recolectadas en la escena. También detallaron las características que vinculan las balas a las armas de los prefectos. En lo que respecta a la teoría sobre el enfrentamiento armado, impuesta desde el gobierno nacional del entonces presidente Mauricio Macri, y repetido hasta el hartazgo por la prensa sibilina: "No hay ninguna prueba de que la comunidad haya disparado”, dijo en dialogo con Página/12 el abogado de APDH Sebastián Feudal, quien forma parte de la querella. Respecto a los residuos de pólvora que fueron recogidos en los cuerpos y prendas de las víctimas, dijo: “Está acreditado que el origen de los residuos en los mapuche está en los prefectos que detienen a Lautaro y a Fausto y respecto de Nahuel, en la manta con que taparon su cuerpo, salvo ese residuo que no acredita disparos, no hay ningún otro elemento para sospechar siquiera de que haya disparado la comunidad, quedó claro en el debate”.

Por su parte Mariano Przybylski, quien es director de Políticas contra la Violencia Institucional, dependiente de la secretaria de Derechos Humanos de la Nación, declaró a la prensa: “Quedó claro con las testimoniales de los peritos que hicieron la inspección ocular y recogieron las vainas, que eran todas de 9 milímetros de la Prefectura, se confirmó que no hubo ni un solo rastro de arma de fuego por parte de la comunidad mapuche, ni impronta en los árboles ni vainas que no fueran las de Prefectura”.

Y agregó: “Esto fue una persecución a los tiros con intención de matar. Dos de los imputados, Sosa y Pintos en su indagatoria tuvieron expresiones muy racistas y discriminatorias contra los miembros de la comunidad, y abiertamente dijeron que ellos en realidad hicieron lo que muchos políticos y miembros del poder judicial no se animan a hacer”.

Foto: El Diario Web