Jueves 5 Diciembre 2024

Es el hijo de Cristina Narvaja y Julio Santucho, una de las familias más castigadas por el régimen

Un luminoso día se vivió en Argentina el pasado lunes, cuando en la Casa por la Identidad, en el predio de la ex ESMA, de la Avenida Libertados, Abuelas de Plaza de Mayo anunció la recuperación del nieto número 133. Se trata del hijo de Cristina Narvaja y Julio Santucho. Es, además, sobrino del mítico líder del Ejército Revolucionario del Pueblo, Roberto Mario Santucho. El niño, hoy ya un hombre de 46 años, nació en cautiverio hacia fines de marzo de 1977. Fue apropiado por un integrante de las Fuerzas de Seguridad y una enfermera, que lo registraron como hijo biológico, el 24 de marzo de 1977, al cumplirse un año del golpe de Estado.

La flamante noticia fue compartida en una conferencia de prensa donde participaron Estela de Carlotto -en representación de Abuelas-, Miguel “Tano” Santucho -hermano del nieto recuperado-, y Horacio Pietragalla Corti, quien es el secretario de Derechos Humanos de la Nación.

Cristina Narvaja, quien militaba en el ERP, fue secuestrada el 13 de julio de 1976 y trasladada a la Sede de Coordinación Federal, y luego al Centro Clandestino de Detención (CCD) conocido como Automotores Orletti, donde fue brutalmente torturada, con especial saña, por ser pariente de Roberto Mario Santucho, el líder del ERP. La familia Santucho fue perseguida morbosamente por el régimen, a tal punto que una veintena de sus miembros continúan desaparecidos. 

Luego de permanecer aproximadamente un mes en Orletti, Cristina, que estaba embarazada al momento del secuestro, fue trasladada a otros CCD. Primero al Proto Banco y luego al Pozo de Banfield, donde fue vista por última vez el 25 de abril de 1977, cuando ya le habían robado a su hijo. 

“Es uno de los momentos más luminosos de nuestra vida, lo esperé tanto que me cuesta creerlo”, dijo Migue “Tano” Santucho, durante la conferencia de prensa, en la cual también estaba presente su padre Julio, que vivió cada momento con especial sensibilidad. “Fue una lucha de él -dijo en dialogo con AM750, refiriéndose a su hijo recuperado-, porque no tenía recursos, se dio cuenta hace cuatro años de que no era hijo de quienes lo habían criado, no sabía a dónde recurrir, y para colmo lo agarró la pandemia y recién después pudo retomar la relación con Abuelas. Hace tres días salió el análisis de identidad, está probado científicamente que es hijo de Cristina y mío”. 

Según las denuncias realizadas por los organismos de derechos humanos, se estima que aproximadamente 500 infantes -hijos de detenidos desaparecidos-, nacidos en cautiverio, fueron apropiados por miembros del régimen cívico militar y eclesiástico. El trabajo incansable de sus familiares seguirá, hasta que cada uno y cada una, recuperen su identidad.

Foto: diario Contexto