Otra vez Catamarca es golpeada por la violencia contra la mujer. El hecho sucedió en el departamento de Andalgalá, cuatro jóvenes denunciaron el pasado miércoles en la Fiscalía General a 20 hombres por difundir imágenes de ellas sin su consentimiento en una red social privada.

Según el abogado de las jóvenes, Santiago Ahumada, este tipo de denuncia, se realiza por primera vez en Catamarca “podría marcar un precedente para que concluyan este tipo de prácticas”, expresó y agregó refiriéndose sobre la tipificación del delito que además de distribución de pornografía infantil, existen amenazas y otros delitos que deberán ser analizados junto al fiscal de la Unidad de Delitos Informáticos, Alejandro Gober.

Por otro lado, se conoció que hubo más denuncias realizadas en la misma localidad por parte de padres y madres de niñas y adolescentes afectadas por las mismas publicaciones que se realizaban en una cuenta privada de Instagram.

“Las fotos que publicaban mías eran robadas de mi perfil de Facebook. Un conocido mío me ayudó y me dijo que me da acceso a la cuenta de ellos para que yo vea. Me encontré con imágenes muy fuertes. Muchas de pedofilia. Me llamó la atención que había policías, catequistas, profesores y menores (de edad). Eso fue lo que me dio más bronca, porque se supone que los padres confían sus hijos a ese catequista, o que los docentes y policías son personas que deben cuidarnos”, contó Indira que junto a Marisol, Jazmín y Romina, formalizaron la denuncia de lo que estaban viviendo en la justicia y sobre todo haciendo público su testimonio en los medios de comunicación para proteger su integridad física y mental de los hombres que compartían imágenes sin su consentimiento y además se dieron el gusto de amenazar a las jóvenes.

Indira fue la primera persona en enterarse de que se estaban difundiendo imágenes suyas, y enseguida se puso en contacto con un amigo, quien le facilitó la manera de tener acceso al material que se estaba compartiendo, perfiles de los participantes del grupo privado, etc. Incluso llegó a enterarse que se votaba si se subía material de ella o no, de esta manera fue dilucidando la operatoria de dichos grupos.

El requisito para ingresar a la “privacidad” de todas las imágenes era tener material “fresco”, videos o fotos de jóvenes de Andalgala o Catamarca, en situaciones íntimas o desnudos, “para intercambiar”.

De su investigación personal Indira identificó material de alrededor de 50 niñas, adolescentes y mujeres, además de 20 perfiles de los participantes que fueron difundidos en una red social de denuncia llamada “Mirá como nos ponemos Andalgalá” que decidieron crear junto a las otras jóvenes afectadas.

“Esta denuncia es un desafío, desde la praxis judicial. Hablo de un color gris en la legislación. Para las chicas fue algo muy fuerte, pero por suerte están contenidas psicológicamente. Por otro lado, esperamos que esto marque un precedente para comenzar a entender que no puede hacerse, que es delito y que hay que deconstruir ese concepto de hombre machista que tiene la sociedad catamarqueña. Hablamos de una modalidad, de pacto masculino nefasto, que consiste en compartir una imagen íntima de una mujer que no lo consintió. Me parece que hay comenzar a formar y darle a todo un matiz más equitativo e igualitario”, declaró el abogado de las jóvenes al periódico Catamarca/12.

Ahumada explicó que la denuncia radicada es contra las personas que pudieron identificar, además señaló que por un medio de comunicación se enteró de que hubo denuncias de los jóvenes implicados.

“Pero no me fío de la veracidad de esa nota, mucho menos porque la información que da no es la real, parece que la fuente es policial y lo que sé es que causó mucho malestar en las chicas”, remarcó.

"Robaron fotos de mi perfil. Me causó un shock leer cómo el catequista pedía más fotos y decía que esas que le pasaban ya las tenía. Entonces hablé con mi papá y él me dijo que lleve eso, a la Justicia. No es el primer grupo que se crea en Andalgalá y que pasa eso. Había que frenarlo en algún momento”, sostuvo Marisol contando además que Indira la contactó para contarle que era una de las afectadas.

Después de conocerse la filtración del grupo, se supo que uno de los implicados amenazó a Indira y hasta le pasó los nombres, dirección y datos privados de toda su familia para amedrentarla. La reacción de la joven ante eso fue comenzar a buscar a las demás afectadas. “También di mi nombre y dije que yo era quien administraba la página de escraches para protegerme por si pasaba algo”, declaró.

La directora del área de la Mujer de Andalgalá, Gisel Brizuela, se puso a disposición y colaboró con los padres y madres de las niñas y adolescentes cuyos perfiles trascendieron para que hicieran las denuncias correspondientes.

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*Foto de portada: www.eltrecetv.com