Martes 21 Mayo 2024
Por Alejandro Díaz-20 de diciembre de 2020

Julian Assange es un editor y periodista perseguido políticamente por el gobierno de los EEUU.

Este es el argumento que la defensa de Assange intenta probar durante el juicio llevado adelante en Gran Bretaña. En el mismo se decidirá la extradición del periodista, requerido por el sistema judicial de los EEUU donde es acusado de crímenes de conspiración y espionaje, delitos por los que podría afrontar una condena a 175 años de prisión.

Julian Assange es el fundador de WikiLeaks, un sitio de internet especializado en el análisis y publicación de documentos y material oficial, censurados o clasificados, referidos a la guerra, al espionaje o a la corrupción.

En el 2010, WikiLeaks publicó más 700 mil archivos clasificados del Gobierno de los EEUU, referidos a la invasión a Irak (Iraq War Logs), a la invasión a Afganistán (Afghan War Diary) y una serie de documentos clasificados del Departamento de Estado en comunicación oficial con las Embajadas de los Estados Unidos en el mundo (Cablegate). Estos documentos oficiales, que incluían material audiovisual, detallaban la operatividad de las tropas, el movimiento de armamento, el desplazamiento y trato de los detenidos fuera de las normas internacionales de respeto por los derechos humanos, la coordinación de los bombardeos, las cifras de muertes civiles, entre otros crímenes de guerra.

Mientras que los documentos diplomáticos dejan entrever la constante presión que genera los Estados Unidos en los demás Estados para imponer su agenda, en temas tan sensibles como la invasión a otros países o la imposición de sus intereses comerciales y financieros. Estos cables diplomáticos muestran la constante recolección de información de inteligencia que realizan las embajadas en los países huéspedes; información que incluye perfiles psicológicos de funcionarios, empresarios, activistas y demás personalidades que de manera alguna se vincularan con sus objetivos.

A raíz de estas publicaciones Julian Assange comenzó a ser perseguido, hostigado y denostado por la prensa sibilina, por el aparato judicial al servicio del poder político y por el complejo militar al servicio del poder real. Mike Pompeo, en su momento director de la CIA durante la gestión Trump, actualmente Secretario de Estado de los Estados Unidos, afirmó que WikiLeaks era un “servicio de inteligencia no gubernamental”, y lo catalogo como “hostil”, términos que en la jerga militar conllevan a ser considerado un objetivo enemigo. El peso de una potencia militar puesto en contra de un diario.

Trayectoria legal

En julio de 2010, fue detenida Chelsea Manning (anteriormente Bradley Manning), soldado estadounidense y agente de inteligencia del Ejército que filtró información a WikiLeaks. Pasó los tres años siguientes en prisión preventiva, en establecimientos de máxima seguridad y la mayoría del tiempo en aislamiento, donde sufrió constantes abusos degradatarios y torturas. Los primeros cargos se basaban en haber obtenido y compartido ilegalmente información confidencial con una persona no autorizada. Luego, los cargos se extendieron y se la formalizó por “haber colaborado con el enemigo”, delito que podía implicar la pena de muerte. Pena que, probablemente por costo político, no fue considerada por el tribunal. En el 2013, Manning, es sentenciada culpable y condenada a cumplir 35 años de prisión. En enero de 2017, antes del cambio de gestión presidencial, Barak Obama conmuta el resto de la pena de Manning. A pesar de esto en marzo de 2019, Manning fue nuevamente detenida por negarse a declarar en contra de Julian Assange, lo que invita a sospechar que su libertad no fue más que un mecanismo de negociación para ir contra Assange y WikiLeaks.

Volviendo al presente de aquel 2010, cuando Manning fue detenida, los responsables de WikiLeaks, sobre todo Assange, consideraron que serían los siguientes en la lista de objetivos del sistema judicial norteamericano.

En agosto de 2010, estando Assange en Gran Bretaña, un tribunal de Suecia emite un pedido de captura internacional contra el periodista. La acusación se refería a presuntos delitos sexuales cometidos contra dos mujeres. En la denuncia original, las mujeres alegan haber tenido relaciones sexuales consensuadas, en ocasiones separadas, pero sin uso de profiláctico. Su requerimiento era que se realizara un examen compulsivo a Assange en busca de enfermedades de transmisión sexual. La prensa enmarañó los hechos, y lo acusó de violación.

Los abogados de Assange presentaron recursos para resolver el tema por vía administrativa, prestando declaración desde el extranjero, temiendo que al pisar Suecia, fuera detenido y luego extraditado a los EEUU. Finalmente, las acusaciones fueron retiradas en 2019.

Asilo político

En agosto de 2010, luego de las denuncias en Suecia, Assange es detenido por el gobierno británico. Pero es liberado a las pocas horas bajo fianza, teniendo una libertad restringida y una pulsera electrónica de localización. Pasó trece meses, alojado en la casa del periodista Vaughan Smith, hasta que finalmente, cuando la detención parecía inminente, pidió asilo político en la Embajada de Ecuador en Londres. Este hecho motivará una nueva denuncia por parte del gobierno británico que lo consideró en rebeldía. En la Embajada, Assange pasara los próximos siete años privado de su libertad.

Desde este confinamiento, Julian Assange continuará con su activismo periodístico, revelando y denunciando constantemente las maniobras ocultas del poder. Desde WikiLeaks darán a conocer el entramado político de negociaciones y presiones dentro del Partido Demócrata de los Estados Unidos para imponer la candidatura de Hillary Clinton en 2016. Filtraciones que generaran nuevas enemistades contra el sitio.

En mayo de 2017, la situación de Assange se tornará frágil. El cambio de gobierno en Ecuador será para el periodista una sentencia. Lenin Moreno, actual presidente del país tropical y quien fuera mano derecha del ex presidente Rafael Correa, prontamente redirigió la política regionalista que llevaba adelante Ecuador, y sumió nuevamente al país bajo la dependencia estadounidense y el colonialismo. En estos nuevos términos, Lenin Moreno entregó a Assange.

Luego de una campaña de difamación, le quitó la ciudadanía ecuatoriana que le había sido concedida y anulo su condición de refugiado político. Este gesto fue condenado fuertemente por Rafael Correa quien declaró: “Lenin Moreno es el traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana”.

En 11 de abril de 2019, la policía británica ingresó a la Embajada de Ecuador, con permiso del gobierno de Lenin Moreno, y procedió al arresto y detención de Julian Assange. Aquel día el mundo fue testigo del deterioro físico del periodista. Las condiciones infrahumanas que el gobierno de Lenin Moreno ofreció a quien era su refugiado político, son altamente reprochables.

Los derechos básicos humanos de Julian Assange son constantemente violados. El sistema judicial de Gran Bretaña encarceló a Assange por haber roto las condiciones de la libertad condicional impuestas en el 2010. Desde entonces cumple una condena, alojado en la prisión de Belmarsh, un establecimiento de alta seguridad donde son detenidos terroristas y otros criminales violentos.

El próximo 4 de enero el sistema judicial del Reino Unido decidirá sobre la extradición de Julian Assange, quien es reclamado por los Estados Unidos.

Mientras Julian Assange lleva diez años privado de su libertad, ninguna persona de los Estados Unidos, civil o militar, ha sido siquiera procesada por los delitos de guerra cometidos en el video “Collateral Muerder” (Asesinato Colateral). El sistema mediático-judicial desviado, persigue a quien denunció crímenes de guerra, mientras se niega a condenar a los perpetradores, teniendo todas las evidencias a su disposición; la impunidad del imperio.

La libertad de prensa y la libertad de expresión están en riesgo.

Periodistas, activistas, y defensores de la ley debemos unirnos en un reclamo mundial por la libertad de Assange, que significaría un primer paso para condenar los crímenes de guerra de los Estados Unidos.

Esta vez, los inocentes no serán sacrificados en silencio. Esta vez el cordero no debe morir.

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*Foto de Portada: www.dw.com