Jueves 5 Diciembre 2024

Alrededor de las 23:30 horas del día sábado 6 de febrero, la tranquilidad del balneario Solymar, de Ciudad de la Costa, departamento de canelones, a la altura del kilómetro 24.100, se quebró abruptamente cuando los vecinos de la zona sintieron varias detonaciones de armas de fuego y casi de inmediato observaron que una camioneta ocupada por una pareja y un niño, que circulaba hacia el Este, se salía de su senda e impactaba con violencia contra una columna del alumbrado público, no sin antes arrollar a una jovencita que iba caminando por el lugar.

En medio de la conmoción reinante, quienes se  encontraban en las cercanías , al tiempo de alertar de la situación a dotaciones policiales de respuesta rápida, acudieron al lugar de los hechos para socorrer a los ocupantes del rodado.

En una primera instancia se observó al conductor del vehículo presentando varios impactos de bala en el cuerpo, y sin vida. Su acompañante, vale decir su esposa, también se encontraba herida de bala, por lo que fue retirada del vehículo. Pese a los esfuerzos realizados por los primeros socorros que llegaron a la escena del hecho, la mujer dejó de existir. Por su parte, una jovencita de 16 años también halló la muerte en forma instantánea, ya que la camioneta, en su trayectoria descontrolada, la arrolló literalmente ocasionándole la muerte.

En el lugar se vivieron dramáticos momentos tomando en cuenta que el accidente de tránsito que resultaba en apariencia, no era más que el saldo estremecedor de un hecho de violencia ocasionado por dos o tres individuos, que seguramente ocupando otro vehículo, interceptaron la camioneta de la familia  paraguaya, para luego proceder a acribillarla a balazos.

Según algunas versiones extraoficiales, a juzgar por los proyectiles hallados en el interior del vehículo, las armas utilizadas serían cortas y de alto calibre (aunque también se pudieron haber utilizado armas largas) y los responsables del ataque serían profesionales de la violencia. ¿Probablemente sicarios?. Si bien hay un completo hermetismo por parte de las autoridades policiales  actuantes, existen versiones de testigos, de que el principal objetivo del ataque era el conductor paraguayo, un hombre de 45 años, Ramón Agustín Quevedo Arce, quien presentaba 14 impactos de bala.  Dadas las características del ataque la mujer, de 40 años, Claudia Rossana Guerrero Camacho  habría sido alcanzada por dos de los proyectiles destinados a su cónyuge. El niño de 7 años de edad, que viajaba en el asiento posterior, pese a la lluvia de balas, resultó ileso.

Todo aconteció en cuestión de pocos minutos pero los suficientes como para generar un fuerte impacto en la zona, precisamente porque a esa hora son muchos los residentes del balneario, turistas muchos de ellos, que se encontraban en pizzerías o restaurantes allí instalados.

Obviamente, la policía acordonó celosamente  el área donde se registró el ataque y tanto los oficiales que se hicieron presentes, como así también los funcionarios de la Policía Científica y los operadores de Justicia de Turno, se comenzaron a elaborar hipótesis de la forma en que se sucedieron los hechos y de los móviles del atentado.

Todo hace suponer que el vehículo ocupado por la pareja y su hijo pequeño, grupo familiar que había llegado al Uruguay en los primeros días del mes en curso, habría sido seguido por otro vehículo,  hasta que finalmente se cometió el ataque , que se estima debe haber sido planificado  con cierta  antelación.

 El hecho de que el paraguayo que conducía la camioneta era un hombre que anteriormente fue  procesado por narcotráfico en el Brasil, hace fortalecer la idea de que el ataque formaría parte de una acción de ajusticiamiento dentro del sub mundo del crimen organizado. De confirmarse esta hipótesis, las autoridades policiales uruguayas seguramente deberán tomar información  en el ámbito de las autoridades paraguayas y brasileñas, para ir conformando un esquema muy preciso tendiente a aclarar el hecho y en consecuencia a identificar y capturar a los autores materiales del ataque. Obviamente, el paso siguiente será definir el marco ideológico del hecho, es decir quiénes están detrás del atentado, que además de costar la vida de la pareja, enlutó al núcleo familiar que integraba la jovencita fallecida.

De acuerdo a las primeras informaciones de prensa que se dieron a conocer en la jornada dominical, se pudo saber que el menor,  en la noche sabatina, fue retirado del lugar por orden judicial y bajo protección de la policía, que lo derivó al ámbito de la delegación diplomática paraguaya en Montevideo, que de hecho cuyos integrantes –seguramente el Cónsul paraguayo-  habrían ya iniciado los contactos correspondientes con los familiares del menor en el Paraguay.

 Paralelamente, al momento de redactarse estas líneas, las investigaciones policiales estarían en curso, fundamentalmente para definir pistas que permitirían ubicar a los responsables del ataque, no descartándose que los mismos hayan sido apoyados por delincuentes uruguayos, aunque también se baraja la idea de que estos sujetos hayan seguido los pasos de la familia, desde el Paraguay.

¿El ataque, se relaciona directamente con actividades del fallecido, en el Paraguay o en el Brasil?¿ Se relaciona con actividades del narcotráfico exclusivamente en el Uruguay? ¿Se relaciona con actividades ilícitas en la región? ¿De qué índole? ¿Qué llevó a los asesinos a actuar con saña al momento de darle muerte? ¿Quizás una suerte de venganza (o vedetta) por algunos comportamientos del ahora fallecido? ¿Quizás una suerte de lucha de poder, entre narcos paraguayos y brasileños?.

Son muchas  preguntas que deberán responder las autoridades actuantes uruguayas, que repetimos, seguramente tendrán que trabajar en forma conjunta con sus pares del Paraguay?. Pero lo cierto es que el ataque fue una forma muy cruel de ajuste de cuentas al estilo exclusivamente mafioso. Una modalidad de violencia delictiva que desde hace un par de años se observa con frecuencia en el Uruguay. Lamentablemente.  

El sábado,  no hay duda, que se trató de una ejecución mafiosa, cometida contra extranjeros. ¿Dentro de qué contexto? Eso se trata de averiguar por parte de los investigadores. Lamentablemente, la jovencita de 16 años, fue  una víctima totalmente ajena al trasfondo de los hechos. Y su familia, ahora llora desconsoladamente la pérdida de un ser querido. Una muestra más, de que el crimen organizado no mide repercusiones ni consecuencias, con tal de llevar adelante sus fines. Ese sábado a la noche, el cometido, el objetivo, era el paraguayo que guiaba el vehículo. ¿Qué habrá detrás del atentado? Pues bien, las autoridades trabajan en el caso.

*Foto de portada: ABC colo