La narco criminalidad ecuatoriana sigue sumando atentados letales contra integrantes del sistema político ecuatoriano. En la madrugada de este domingo 24 de marzo fueros asesinados a balazos la alcaldesa Brigitte Garcia y otra persona de su equipo de trabajo, identificada como Jairo Loor. Se les quitó la vida dentro de un vehículo y los responsables -sicarios- utilizaron armas automáticas de grueso calibre, dejando a sus víctimas dentro del rodado, el que fue hallado en las afueras del Municipio de la ciudad costera de San Vicente, en la provincia de Manabí. Este nuevo hecho de sangre, en un país tomado literalmente por la violencia política, en manos de bandas criminales, dejó a toda la población consternada y sumida en el dolor. Brigitte García, era una de las alcaldesas más jóvenes y pertenecía al Movimiento Revolución Ciudadana, de la línea de Rafael Correa.
Poco puede hacer el estado de excepción decretado desde enero por el presidente ecuatoriano Daniel Noboa para detener los asesinatos de políticos. Ya no hay forma de poner freno al accionar del crimen organizado, que en los últimos meses, desde el pasado 2023, ha cometido atentados mortales contra jueces, fiscales y políticos, siendo el caso más sonado y más destacado, el del candidato Fernando Villavicencio.
Este domingo, amparados en las sombras de la noche, sicarios emboscaron a la alcaldesa García de 27 años y a su colaborador Loor, cuando se hallaban viajando en un vehículo tras una jornada de intenso trabajo. No tuvieron piedad. De alguien vino la orden de ejecutar a la alcaldesa y la misma se cumplió, incluyendo a quien se hallaba con ella.
No hubo titubeo alguno.Los sicarios apretaron los gatillos de sus armas automáticas y en segundos cumplieron su objetivo, para luego alejarse rápidamente del lugar.No dejaron rastros, dada la profesionalidad con la que actuaron, seguramente siguiendo instrucciones de elementos del crimen organizado o de algún poderoso de la zona. ¿Los motivos? Hasta el momento se desconocen. Se estima que intereses muy complejos deben haber incidido, para llegar a este punto.
Este asesinato se comete cuando en el Ecuador se vive un clima de intensa actividad política en torno a una consulta popular y referéndum ,siendo uno de los puntos más destacados el que alude a definir si el ejército podrá apoyar a la policía en su lucha contra el crimen organizado, cuando reina allí, en el país hermano, una espiral de violencia sin precedentes, que ya ha tenido un alto costo de vidas, con el agravante de que el nivel de inseguridad es de tal magnitud, que hoy por hoy, la vida allá no tiene valor alguno. El crimen organizado es el que define quien vive y quién no.
Brigitte García y su colaborador militaban en el Movimiento Revolución Ciudadana, del ex presidente Rafael Correa de Ecuador, y figura muy controvertida en estos momentos, no obstante permanecer desde hace años fuera de ese país.
Las repercusiones dentro del Municipio de San Vicente, tras el doble crimen, fueron enormes: a la congoja y al repudio generalizado se ha sumado el miedo y la incertidumbre, más aún cuando se trata del segundo atentado mortal en menos de dos meses. Es decir, el pasado 7 de febrero de este año , en el Municipio costero de Naranjal, en la provincia de Guayas, cercano a la ciudad portuaria de Guayaquil , se dio muerte a balazos a una mujer concejal identificada como Diana Carnero, de 29 años.
El futuro de ese país, al menos mientras el crimen organizado no sea neutralizado convenientemente, pero desde la raíz, no parece ser óptimo.
Es el horror de nuestros días, ya naturalizado en ciertas regiones de nuestra América Latina, el que se impone. Es la expresión más notoria de que los cimientos políticos de una nación han sido intoxicados, al punto que es el crimen el que domina los destinos de una sociedad, amparado en la impunidad, cuya cobertura le es proporcionada por elementos poderosos, cómodamente instalados o en las instituciones del gobierno, o mismo dentro de él.
He ahí el mayor problema. He ahí la mayor dificultad para que una justicia o una fiscalía honesta pueda trabajar, y no solo para desarticular entramados de corrupción al más alto nivel, sino además para dar con los ideólogos de muchos de esos crímenes de origen mafioso, y en esencia para poner punto final a tantas muertes.
Acá el asunto es claro. Vidas humanas están en juego y el poder criminal, o se fortalece o se debilita.Todo dependerá del nivel de conciencia de los hombres de gobierno, para luchar contra ese cáncer que está tomándonos -paso a paso- en nuestro continente.
Continente sudamericano, desangrado a paso lento. A la vista pública, que es lo peor.
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