Lunes 29 Abril 2024

Desde el año 1950

Un informe reciente de la comisión independiente conformada en Portugal para estudiar los casos de abuso sexual a menores dentro de la iglesia católica en la última mitad del siglo XX y lo que va del siglo XXI, arrojo cifras estremecedoras. Desde 1950 hubo 4.815 víctimas menores de abuso sexual, aunque han podido validar 512 con base en testimonios. 

Lo característico de Portugal es la temprana edad de las víctimas: en promedio 11 años. La mayoría de ellos fueron abusados repetidas veces a lo largo de un año en promedio, con máximos de siete años seguidos. Según recoge el informe, 96% de los abusadores son hombres, 77% de ellos, sacerdotes.

El informe fue entregado este lunes 13 de febrero en Lisboa al presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, el obispo de Leiria-Fátima, José Ornelas. La investigación de los casos se había iniciado en 2021.  Solo 25 casos pudieron llegar a la justicia de Portugal, ya que el resto prescribió.  Razón por la cual varios de los integrantes de la comisión de investigación criticaron el comportamiento de la Iglesia y el tiempo que se tardó en dar apertura a los archivos, 10 meses después de iniciada la investigación. Todo envuelto en el mayor de los silencios de autoridades y sacerdotes de la institución religiosa. 

Por su parte, la socióloga Ana de Almeida llamó a que la iglesia “tome la palabra” para prevenir los abusos y se mostró sorprendida ante la reacción de los sacerdotes que parecían solo preocupados porque el informe podría salpicar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), prevista para realizarse este año en Lisboa.  “Esta es una cuestión absolutamente central de la iglesia, que debería integrar este discurso en la JMJ”, señaló Almeida. Cabe destacar que sobre el final del informe se pide que la iglesia se haga cargo de la atención psicológica de las víctimas. 

“Hubo una cultura de la ocultación, si bien se observó en varios miembros de la iglesia actualmente un deseo de regresar a esta cultura, hay otros que muestran una disponibilidad de apertura. Una cosa son los abusos ocurridos en la iglesia y otra cosa sería si continuaran a partir de ahora”, sentenció el exministro de Justicia de Portugal, Álvaro Laborinho, y dijo tener esperanza de que no sea el caso. 

La esperanza no alcanza para frenar los abusos sexuales. Si ocurren en el presente es tan grave como los que se produjeron en el pasado. “En vez de hacer sangre por esta ocultación”, añadió Laborinho, “es importante mirar para el frente, para un proceso más abierto”.  Los niños que fueron abusados en 1950 ya no serán tan niños este año. Sin embargo, merecen justicia. Mirar al frente sí, pero sin olvidar el pasado para no continuar con la cultura de ocultación.

Foto: Télam