A los 81 años, Miyata Takashi, recuerda para la humanidad de este siglo, lo que le tocó vivir el mes de agosto de 1945, a la edad de cinco años, en una entrevista vía Skype que concedió al director de ANTIMAFIADuemila, Giorgio Bongiovanni y al dirigente del movimiento cultural internacional Our Voice, Matías Guffanti, oportunidad en que desgranó con palabras cargadas de sensibilidad indescriptible los efectos del atentado con armamento nuclear perpetrado (criminalmente) por los Estados Unidos. La destrucción que se causó en Nagasaki y en Hisroshima se yergue hoy como una irrefutable evidencia de la malignidad de la especie humana que pone su ciencia en favor de una maquinaria de la muerte que no tiene consideración alguna con la civilización de la cual se jacta, codeándose a diario con hacedores del mal y no de la paz. Este testimonio, como otros que se conocen por el mundo, nos estremecen y nos sensibilizan a grado inimaginable. Estos recuerdos del horror, nos deberían devolver en el tiempo, un poco de cordura, para poder asumir que la humanidad debe trabajar diariamente, y sin descanso, por el desarme nuclear, para de esa forma, además, contribuir masivamente a crear conciencia entre los poderosos, entre los políticos, entre los científicos y en el ciudadano común, de que estos hechos no deben repetirse nunca más. Como tampoco deben repetirse desastres como los de Chernobyl y Fukushima, que son la prueba de que el hombre no aprendió nada de los dos atentados nucleares de la 2da Guerra Mundial. Que Miyata Takashi haya compartido su vivencia dramática con nosotros y con Our Voice, ha sido para nosotros una experiencia conmovedora que alecciona, para una lucha contra todo lo que signifique energía atómica, y precisamente por haber sido así, la compartimos con los lectores, en una suerte de prueba testimonial que se hace indispensable divulgar, para defender la vida y la paz, de quienes (formando parte de nuestra humanidad) trabajan para la guerra y la ciencia sin conciencia.
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*Foto de portada: edición de Romina Torres