La catástrofe apenas ha comenzado. A una década del terremoto que colapsó las instalaciones nucleares de Fukushima, la información de lo que allí sucede comienza a llegar a la comunidad internacional gracias al trabajo de grupos independientes. Pudimos entrevistar a la organización Minna-no Data Site que viene realizando una labor titánica para establecer científicamente cual es la realidad, respecto a la contaminación radioactiva en el suelo japonés, y así darla a conocer al público para su prevención y cuidado.
Para alcanzar este resultado participaron alrededor de 4.000 voluntarios que mapearon todo el territorio con más de 3.500 muestras de suelo. Antes de esto fue necesario auto organizarse a espaldas del gobierno y buscar financiamiento propio para equipar las 34 estaciones de monitoreo, formarse, confeccionar los procedimientos y entrenar a los voluntarios para que sean capaces de realizar los análisis y procesar los datos. El resultado de esa base de datos está disponible online y lo que allí se ve es grave: Japón, tiene inhabilitados territorios para vivir por más de 100 años.
La política del gobierno japonés como mínimo puede calificarse como de abandono. Después del accidente la información que se publicó fue escasa, confusa y muy cuestionada por la metodología empleada para obtenerla, al punto de que muchos denuncian que fue usada para tergiversar la realidad con fines políticos. De hecho, los valores de exposición a la radiación que definen las áreas de evacuación, se alteraron arbitrariamente por más de 20 veces después del accidente, con el fin de evitar trasladar una enorme cantidad (casi imposible) de ciudadanos por todo Japón. Por lo tanto, hoy son muchas las comunidades que siguen habitando zonas que no deberían, y para peor, es el propio gobierno que insiste para que retornen todos aquellos, a áreas establecidas con elevados parámetros de radiación límite.
Mientras en las zonas más cercanas a Fukushima se vive una pandemia de cáncer, en las regiones más alejadas, el problema reside en que la población adulta, de fuerte arraigo en sus tradiciones, busca retornar a sus hogares a pesar de las consecuencias. Pero en cambio las generaciones más jóvenes de padres con niños, están muy alertadas sin saber qué hacer, al no contemplar otras alternativas además de las que ofrece el gobierno. Hay que recordar que en Chernobyl, después de más de 10 años, se registraron los picos más altos de enfermedades como consecuencia del consumo de alimentos cultivados localmente en los suelos contaminados. Por lo tanto, es de esperar que la situación sanitaria ante la falta de controles en la población de Japón y de los alimentos, empeore y se refleje en los datos que comiencen a surgir a partir de ahora.
El gobierno japonés y gran parte de la comunidad internacional, continúan actuando con gran irresponsabilidad intentando mostrar a Japón como si nada ha sucedido. Las campañas de los eventos deportivos y culturales internacionales (artísticos, mundial de Softball, de Rugby, juegos olímpicos, etc.) continúan promoviendo el turismo y el gobierno insiste con el plan de puesta en marcha de los reactores, en lo que es tal vez, la zona de más alta actividad sísmica del planeta.
La incapacidad de aprender de esta catástrofe a escala planetaria, la falta de compromiso de la comunidad internacional para definir la escala de esta emergencia y establecer una coalición que actué para intentar mitigar el daño, nos hacen contemporáneos de una tragedia que apenas hemos comenzado a comprender en toda su magnitud.
Esperamos que la entrevista realizada por el movimiento Our Voice a la agrupación Minna-no Data Site, aporte toda la información necesaria, para sensibilizar a la mayor cantidad de ciudadanos en todo el mundo. De todos nosotros depende poder intentar mitigar los daños de una de las peores catástrofes planetarias.
Agradecemos especialmente a la Sra. Ohnuma, el Sr Abe y el Sr. Hirari por el tiempo dedicado para explicarnos las conclusiones de su trabajo, que hoy estamos presentando.
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*Foto de portada: www.vanguardia.com
*Foto 2: www.elmundo.com
*Imagen mapas: https://en.minnanods.net/