A partir del 22 de enero se convertirá en Ley Internacional el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN). El mismo comenzó a ser promovido en 2017 por 135 Estados en Naciones Unidas y adoptado por 122 Estados. Luego de 50 solo hubo ratificaciones, pero son suficientes para que a partir del 22 de enero, la prohibición se convierta en Ley Internacional.
María Pía Devoto es Directora de la Asociación para Políticas Publicas (APP) es especialista en temas de seguridad internacional y no proliferación, desarme, control de armas y género; realiza actividades de incidencia, análisis y es un miembro activo de varias redes de la sociedad civil. Es miembro fundadora de la Red Argentina para el Desarme (RAD); coordinadora de la Red de Seguridad Humana de Latinoamérica y el Caribe (SEHLAC) y entre otras organizaciones en las que participa es miembro del International de Campaing to Abolish Nuclear Weapons (ICAN), coalición con la que recibiera el Premio Nobel de la Paz en 2017.
María Pía nos explicó que “El Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN) es el primer instrumento que sienta una prohibición expresa universal de poseer armas nucleares, tema ausente en los demás instrumentos relacionados al desarme y la no proliferación. El Tratado prohíbe: desarrollar, testear, producir, poseer y tener stocks de armas nucleares. Su negociación se realizó bajo normas del Derecho Internacional Humanitario y la prohibición es la base para el desarme. Así ha sucedido para el caso de las armas químicas y las biológicas, en donde su uso fue prohibido en 1925 por el protocolo de Ginebra, el cual a su vez fue la base de la Convención de Armas Biologías (1972) y Convención de Armas Químicas (1993). La piedra angular de la arquitectura del desarme nuclear es el Tratado de No Proliferación (TNP) negociado en los años 70 y que establecía dos obligaciones principales: ningún Estado podía desarrollar armas nucleares, salvo aquellos que habían hecho pruebas anteriores a esa fecha (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) y otra de las obligaciones, establecidas en el artículo VI se refería a que los Estados Nucleares se comprometían de buena fe a reducir y destruir sus armas nucleares. Algo que claramente no sucedió y fue lo que impulsó a la comunidad internacional a negociar el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares”.
Hasta el momento solo existían campañas de prohibición contra minas terrestres, bombas de racimos, etc. Pero en lo que respecta a armas nucleares, los tratados y resoluciones no apuntaban claramente y de manera directa a la prohibición, declarándolas ilegales. Es decir no se las trataba como al resto de las armas, por ejemplo en una guerra está prohibido apuntar a la población civil o no debe usarse exceso de fuerza. Estas situaciones potenciales en un escenario de guerra nuclear, no están contempladas en ninguna legislación vigente hasta ahora.
La ciudadanía no puede esperar pasiva que los gobiernos hagan algo por sí mismos. Las personas comunes tenemos la responsabilidad de producir el cambio, sin esperar que sean los presidentes o los primeros ministros quienes necesariamente lo impulsen.
América Latina juega un rol importante en las negociaciones y sin el apoyo de estos países hubiese sido más difícil llegar a la instancia de ley. A partir de la crisis de los misiles en Cuba, los países de la región tomaron conciencia del impacto irreversible que implica un conflicto bélico nuclear y por lo tanto emprendieron una vía de acción más rápida,incluso en algunos casos, llegando a declarar a nivel local la prohibición.
Las armas nucleares son una cuestión de poder de un pequeño grupo de países exponiendo a todo el mundo, por lo quees el resto de los países quienes tienen una gran responsabilidad y la obligación de levantar la bandera de la prohibición en contra de ellos. El trabajo a nivel regional como bloque es fundamental, para romper la relación de poder sobre todo con los EEUU en esta parte del planeta.
-¿Qué fue lo que pasó en Argentina, por qué motivo no se ha adherido? ¿Cuáles son las presiones que pudieran existir para no hacerlo?
“La Argentina es el único país de América Latina que no ha firmado el Tratado, aunque por supuesto es parte del Tratado de Tlatelolco, que proscribe las armas nucleares en la región y que fuera adoptado hace ya muchos años. En julio del 2017 cuando se adoptó el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares la Argentina que apoyó la adopción, expresó algunas dudas con respecto a algunos temas técnicos y legales, completamente infundados según varios expertos internacionales. No firmar el Tratado es avalar la existencia de armas nucleares. La no firma socava el objetivo de desarme nuclear y promueve la proliferación, algo que sabemos está lejos de los objetivos de un país comprometido con el desarme nuclear como la Argentina”.
Además del objetivo final del desarme, el tratado es una herramienta en si misma que trabaja para cambiar la forma de ver a las armas nucleares y esto va impactando sobre todo en los propios países nuclearizados. El objetivo es lograr este cambio de paradigma, en donde los países que poseen armas se sientenpoderosos y seguros, y pasen a pensar en elcosto y en el riesgo de guerra al que se exponen por el hecho de seguir manteniéndolas. La presión del resto de los países es fundamental para que se pueda desarrollar y transmitir el cambio de mirada, que apuesta sobre todo a presionar desde la ciudadanía al establishment político.
-¿Qué es Sehlac y cómo fue la participación dentro de esta campaña por el desarme?
“SEHLAC es una red regional con presencia, con miembros y socios en toda Latinoamérica. Trabajamos haciendo incidencia, investigación, sensibilización y acciones de campaña en temas de desarme humanitario y somos parte de redes internacionales, en este caso ICAN. SEHLAC es uno de los referentes más importantes en desarme en América Latina y tanto es así, que en ocasión del premio Nobel de la Paz, ganado por ICAN en 2017 por haber logrado el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, cuatro integrantes de SEHLAC viajamos a Oslo a recibir el premio y una de la medallas (hay 10 originales en caso de que el premio lo gane una coalición) está en nuestra región. Los integrantes de Sehlac y aliados y amigos y amigas fueron sin duda fundamentales para alcanzar las 50 ratificaciones, trabajo incasable en los Congresos de cada país para que las Armas Nucleares estén prohibidas por ley internacional”.
Por cada país que firma el tratado de prohibición de armas nucleares, se va desafiando la relación de poder con los países nuclearizados, y los pone a la defensiva. Si el mundo se uniera y las declara ilegales, el resto de los países se verían obligados al cambio.
Con la puesta en marcha de esta ley, son los países militarizados nuclearmente los que están del lado de la marginalidad y la ilegalidad.
Y por ello es importante continuar con esta campaña con más fuerza que nunca.
---------------------
*Foto de portada: www.adav.com
*Afiche: www.ecologistasenaccion.org