Sábado 14 Diciembre 2024
Esa divulgación extraordinaria, que dejó al descubierto documentos secretos que cubrían la guerra en Afganistán del 2004 al 2010, ha enfurecido a las autoridades estadounidenses, llamó la atención de la organización extremista Talibán y ha fortalecido a los críticos de la campaña militar encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte en ese país. 
El ejército estadounidense acusó a WikiLeaks de poner en peligro la vida de soldados y de informantes en Afganistán, y exigió que el grupo se abstenga de publicar más información secreta. 
En una conferencia transmitida en video desde el Club Frontline de Londres, Julian Assange, vocero de WikiLeaks, afirmó que no tenía intenciones de hacerle caso a la exigencia del ejército estadounidense. No dio una fecha específica para la divulgación de los nuevos datos, pero indicó que el sitio en internet ya tiene listos para publicar aproximadamente 15.000 archivos o más que no fueron divulgados en un principio. 
"Ya contamos con unos 7.000 informes", agregó, al describir que el proceso de revisar los archivos para asegurarse que ningún afgano resulte afectado por su publicación es "muy caro y muy difícil". 
Sin embargo, le aseguró a su público que "ciertamente" los van a publicar. No dio indicios sobre si daría los documentos a medios de prensa como The New York Times, The Guardian, o Der Spiegel —tal como lo hizo previamente_, o si simplemente los publicaría en su portal de internet. 
Assange está bajo presión de las autoridades estadounidenses, que han utilizado los recursos del ejército y del FBI para investigar la fuente de esa información que cayó en sus manos. 
El Pentágono asignó una fuerza especial de unas 100 personas que están leyendo y revisando los documentos divulgados para calcular el daño recibido y trabajando, por ejemplo, en advertir a los afganos que podrían ser identificados por nombre y que ahora podrían estar en peligro. 
Voceros del Talibán indicaron que utilizarían ese material para cazar a las personas que han cooperado con lo que ellos consideran un invasor extranjero. 
Por su parte, la organización Reporteros Sin Fronteras, con sede en París, acusó el jueves a WikiLeaks de actuar irresponsablemente. 
El secretario general del grupo activista, Jean-Francois Julliard, indicó que WikiLeaks demostró "una irresponsabilidad increíble" al divulgar los documentos en la internet. 
"WikiLeaks ha jugado en el pasado un papel útil al hacer accesible información... que exponía graves violaciones a los derechos humanos y a las libertades civiles que cometió el gobierno (del presidente estadounidense George W.) Bush en nombre de la guerra contra el terrorismo", afirmó Julliard en una carta abierta dirigida a Assange y publicada en el sitio de Reporteros Sin Fronteras en internet. 
"Pero revelar la identidad de cientos de personas que colaboraron con la coalición en Afganistán resulta muy peligroso", agregó. 
WikiLeaks, a través de su cuenta en el sitio Twitter, rechazó la carta como "una declaración (palabra altisonante), basada en una serie de citas que nunca hicimos". 
Otras organizaciones defensoras de los derechos humanos expresaron también su incomodidad con la divulgación de los archivos, aunque en sus conversaciones con otros participantes de la conferencia en Londres, Assange insinuó que las críticas han sido exageradas. 
Aunque sí reconoció que algunas de las críticas lanzadas contra su organización resultan legítimas, Assange dijo que el Pentágono —así como las organizaciones defensoras de los derechos humanos— se han negado hasta ahora a ayudar a WikiLeaks a extraer de los archivos los nombres de los informantes afganos. 
Autoridades estadounidenses parecieron corroborar esta afirmación. En el Departamento de Estado, el vocero Mark Toner dijo no estar informado sobre algún tipo de esfuerzo realizado por funcionarios del departamento para comunicarse con WikiLeaks o de haber adoptado algún tipo de acción legal para impedir la publicación de más documentos secretos. 
Un vocero del Departamento de Defensa, el coronel David Lapan, descartó las declaraciones de WikiLeaks en el sentido de que ese grupo estaba revisando los documentos y estaba eliminando información que podría afectar a civiles. 
"No tienen los conocimientos para determinar qué podría resultar demasiado delicado como para ser publicado", agregó el portavoz. Al preguntársele cuándo espera el Pentágono que el sitio en internet publique la nueva documentación, Lapan indicó que "WikiLeaks es tan predecible como Corea del Norte". 
En tanto, Estados Unidos al parecer está instando a sus aliados a vigilar a Assange y a su red internacional de activistas, aunque no se sabe con certeza qué tanto está presionando Washington a sus aliados extranjeros. 
Por RAPHAEL G. SATTER-LONDRES, Actualización: jueves, 12 de agosto de 2010
http://noticias.latino.msn.com/internacionales/articulos.aspx?cp-documentid=25189626