Los dos líderes de Cosa Nostra estuvieron en Roma para espiar a la presentadora de televisión
El jefe de San Giuseppe Jato, Giovanni Brusca, había dicho que eran como "el balde y la cuerda", es decir, siempre estaban juntos. Esta conexión entre Matteo Messina Denaro y Giuseppe Graviano surge aún más claramente cuando los vemos sentados entre el público del teatro Parioli de Roma, en el invierno de 1992, durante una representación del show de Maurizio Costanzo. Siempre juntos, unidos por un vínculo particular que también tiene sus raíces en el conocimiento mutuo de los secretos inconfesables de Salvatore Riina: el arrepentido Giovanni Brusca había dicho a los fiscales durante el proceso Caltanissetta contra la prímula roja de Castelvetrano que el jefe de jefes, durante una reunión, hizo algunas confidencias, ya denunciadas por ANTIMAFIADuemila en el 2017: "Totò Riina me dijo que, si lo arrestaban o le pasaba algo, los 'picciotti', Matteo Messina Denaro y Giuseppe Graviano, lo sabían todo. Me contó estas cosas a finales de 1992, entre noviembre y diciembre. Era el período en el que no teníamos noticias y empezó a preocuparse de que lo arrestaran".
Con el reciente fallecimiento de "u Siccu" en septiembre pasado, Graviano, conocido como "Madre Naturaleza", es quizás el único que queda para guardar tales secretos.
En las fotografías publicadas por el diario 'Repubblica' se los ve sentados uno al lado del otro a los dos líderes de Cosa Nostra, que en ese momento ya se encontraban prófugos.
La búsqueda de esa imagen comenzó cuando el propio jefe de la mafia de Palermo, interceptado durante un paseo en la prisión de Ascoli Piceno, hizo algunos comentarios con su compañero de la hora de aire Umberto Adinolfi. "En 1992, en Roma, cuando Falcone estaba en el Costanzo, donde estaba sentado, había 8 personas... 8 personas -dijo Graviano el 24 de septiembre de 2016- Estab yo... de Palermo, dos de Brancaccio, dos de… incompr… que luego se fueron y tenían un matrimonio, y otros dos que se arrepintieron, uno de Castelvetrano y otro de Mazara del Vallo, Sinacori y Geraci". El episodio más conocido en el que Falcone participó en el Show de Maurizio Costanzo fue el dedicado, junto con Samarcanda, de Michele Santoro, a la memoria del empresario Libero Grassi, asesinado en agosto de 1991. Un episodio que se emitió en septiembre de 1991.
Un análisis en profundidad permitió identificar a Graviano y Messina Denaro en dos ocasiones, siempre sentados entre el público: el 13 de noviembre y el 30 de diciembre de 1992. Las imágenes, precisamos, forman parte de la investigación sobre los autores intelectuales externos de las masacres de 1992, en la cual se investiga al exsenador Marcello Dell'Utri y a Silvio Berlusconi, fallecido en el pasado mes de junio. La investigación está coordinada por los fiscales adjuntos de Florencia, Luca Turco y Luca Tescaroli y por el fiscal Lorenzo Gestri. Los dos jefes estaban en misión en Roma por orden de Salvatore Riina con el objetivo de estudiar uno de los objetivos a alcanzar, Maurizio Costanzo. Este episodio precede por algunos meses al dramático acontecimiento del 14 de mayo de 1993: en via Fauro de Roma, no lejos del teatro donde se celebraba el espectáculo, explotó un coche bomba, pero Maurizio Costanzo y Maria De Filippi lograron salir con vida.
Esa noche, con Costanzo no estaba el conductor habitual con su Alfa 164, sino un sustituto en un Mercedes. Fue esa sorpresa la que provocó el momento de vacilación de los asesinos, y sólo ese momento evitó la masacre que de todos modos causó heridas a siete personas.
En la prisión de Ascoli Piceno, Graviano también había hablado de ese ataque: "Meschino, el perro saltó. Cuando ocurrió el ataque, el perro se escapó y nunca más fue visto. Tenían la ventana abierta y salió disparado como un cohete".
El arrepentido Gaspare Spatuzza dio su propia interpretación de este ataque. Totò Riina ya había ordenado a otros en el pasado que lo siguieran en Roma y luego dispararan contra el conductor en 1992. Luego, el "jefe de jefes" ordenó que se detengan y comenzó la temporada de ataques en Capaci el 23 de mayo de 1992. El arrepentido luego explicó a los fiscales de Florencia (las declaraciones fueron obtenidas en un informe presentado ante el mismo tribunal el 14 de diciembre del 2020, ndr) el motivo de las masacres de 1993 y el cambio de la forma en que se llevaron a cabo, con el explosivo reemplazando a las balas: "En 1992 Costanzo era un enemigo de Cosa Nostra, y esta quería vengarse de los ataques que había sufrido en la televisión, y por ello había que matarlo con armas para poder dejar la firma, pero en 1993 se decidió. en cambio, usar explosivos contra Costanzo, para que fuera fácil deducir que esta acción formaba parte de lo que antes definí como una estrategia única de golpe al Estado con métodos terroristas (...). Creo que se debe hacer una asimilación con el ataque en via d'Amelio: así como Paolo Borsellino fue un obstáculo para la Tratativa, Costanzo representó un obstáculo para el logro de los objetivos que se perseguían con la estrategia de masacres y por ello se recurrió al uso de explosivos, abandonándose el uso de armas ligeras".
Incluso el abogado Antonio Ingroia, en marzo de 2023, durante su participación en el juicio denominado 'Ndrangheta Stragista, donde actúa en representación de la parte civil de los familiares de los carabineros asesinados en 1994, expresó su opinión al respecto, afirmando que la bomba en via Fauro fue "ciertamente un ataque a la persona física (de Maurizio Costanzo, ndr) pero también un mensaje a Silvio Berlusconi".
Fuente: reppublica.it
Diseño gráfico de portada: Paolo Bassani
Foto 2: Giuseppe Graviano, a la izquierda, y Matteo Messina Denaro, a la derecha