En Siena fue presentado "El pacto sucio y el silencio". Junto a los autores estuvieron Salvatore Borsellino y el referente de las Agendas Rojas, Giuseppe Galasso
"La comisión parlamentaria antimafia va en una dirección que, en mi opinión, es muy peligrosa para determinar la verdad. Y es el de la fragmentación, de la atomización, de no abordar la campaña de masacres en su conjunto sino sólo de un episodio muy grave y emblemático, la masacre de via d'Amelio, y sólo con una pista procesal que se ha considerado en varias sentencias no decisivas". Esta es la alarma dada en el Teatro dei Rozzi de Siena por el fiscal nacional adjunto antimafia Nino Di Matteo, durante la presentación del libro, escrito junto al periodista Saverio Lodato, "El pacto sucio y el silencio" (Editorial Chiarelettere ). El magistrado, que recientemente regresó a la Dirección Nacional Antimafia después de su experiencia de cuatro años en el Consejo Superior de la Magistratura (CSM), fue invitado a participar en el ciclo de conferencias "Pagine di Legalità", una iniciativa cultural creada por Giuseppe Galasso, representante en Siena del Movimiento Agendas Rojas. Di Matteo respondió a las preguntas y reflexiones del editor en jefe de ANTIMAFIADuemila, Aaron Pettinari. Entre los temas abordados, de hecho, se encuentra la controvertida investigación iniciada por la actual Comisión Antimafia sobre las masacres. Una tarea que, sin embargo, como subraya Di Matteo, ignora el contexto general y global de toda la estrategia de masacres de Cosa Nostra. "Creo mucho en lo que pueden hacer las comisiones de investigación -dijo Di Matteo recordando los grandes resultados del informe minoritario de 1976 firmado por Pio La Torre sobre el fenómeno mafioso- pero, por lo que veo, el enfoque es absolutamente peligroso porque atomiza, fragmenta, considera sólo una de las siete masacres como si estuviera separada del contexto de las demás".
De hecho, la Comisión presidida por Chiara Colosimo se centra sólo en una de las páginas de aquellos años de terror que van de 1992 a 1994, a saber, el terrible atentado del 19 de julio, y parte de la pista del "expediente de licitaciones públicas de la mafia" como motivo del mismo y excluyendo lo que Di Matteo calificó como "un punto de partida sólido para identificar y sancionar judicialmente la responsabilidad de quienes, además de Cosa Nostra, quisieron, idearon y ejecutaron las masacres". Una base, recordó el magistrado, construida a lo largo de treinta años de investigaciones y fruto de múltiples sentencias definitivas. Según el magistrado, el camino recorrido por el Palacio San Macuto "corre el riesgo de alejar aún más a la verdad". Y esto, "ahora, treinta y un años después de las masacres, significa comprometer la verdad para siempre". Sobre el tema, Di Matteo quiso desmentir los rumores que dicen que en las últimas décadas no se ha hecho nada para llegar a la verdad sobre los atentados mafiosos.
"No es cierto que no se haya hecho nada -afirmó- de los juicios surgieron situaciones que nos hacen comprender que la implicación de sujetos ajenos a Cosa Nostra es absolutamente probable. Sin embargo -observó el magistrado- en lugar de partir de todo lo que salió a la luz, del examen global de las siete masacres, la Comisión Parlamentaria Antimafia no decide abordar toda la fase de masacres sino sólo esos 57 días (el período entre la masacre de Capaci y la masacre de via d'Amelio, ndr). Sólo espero que esto no aleje aún más la esperanza de verdad y justicia completa que todavía tienen hoy Salvatore Borsellino, las Agendas Rojas y muchos otros ciudadanos".
El pedido de Lodato a la Comisión Antimafia
El mensaje de Nino Di Matteo sobre el examen global de la estrategia de masacres y más aún del asunto de la Tratativa Estado-mafia, tema clave del libro presentado, fue lanzado aún antes por Saverio Lodato, quien también fue invitado al debate al cual, sin embargo, sólo pudo contribuir con un mensaje en vídeo.
"La infinita lista de masacres, desde Portella della Ginestra hasta Capaci y via D'Amelio, nos habla de grandes grupos criminales que se encontraron, en un terrible pacto con el diablo, para influir en la historia italiana", afirma Lodato, leyendo un escrito suyo. "Y sería poco, injustificado y desproporcionado explicar este inmenso rastro de sangre por una diatriba entre magistrados o una pelea entre empresarios por tal o cual contrato. Sería una forma irrespetuosa de reducir, al tamaño de un sello postal, las causas que provocaron la muerte de miles de personas".
"Intereses colosales, grandes potencias, a veces incluso extranjeras, estuvieron detrás de estos ochenta años de vida republicana marcados por el terror. Las cosas fueron muy diferentes".
"La masacre de via D'Amelio entra de lleno en este escenario. No se puede extrapolar del conjunto", comentó Lodato, refiriéndose a la Comisión Antimafia y a su presidenta Colosimo.
"No puede estar sola bajo la lente para encontrar la verdad. Nos comportaríamos como enanos frente a los gigantes del crimen. Porque ni siquiera los historiadores, cuando llegue el momento, podrán decir a ciencia cierta cuándo terminó de morir Falcone y cuándo empezó a morir Borsellino. Y a nadie parece importarle".
"La actual Comisión Parlamentaria de investigación ha dado hasta ahora la impresión de querer abordar monotemáticamente los 57 días que separan las dos masacres".
Saverio Lodato recordó que "todavía hay investigaciones abiertas en Caltanissetta, Florencia y en otras fiscalías, de las que surgen importantes pistas y nombres de protagonistas que ponen en duda la subversión negra, el aparato estatal desviado y las estructuras militares clandestinas que tanto enorgullecían al ex jefe de Estado, Francesco Cossiga, por haber hecho el trabajo sucio en las masacres de Roma, Milán y Florencia en 1994".
Según Lodato "la comisión presidida por Chiara Colosimo no podrá volver la cabeza hacia otro lado. Sería demasiado fácil y significaría traicionar el peculiar espíritu del "grupo antimafia".
A continuación, el autor hizo un llamamiento a los 25 senadores y 25 diputados: "La comisión no deberá responder a indicaciones del gobierno ni, menos aún, a sugerencias de partes o de partidos. No es todavía el tiempo de reescribir la historia. Es el tiempo de escribirla. Y para ello es necesario reconocer, y sacar las debidas consecuencias, de esas referencias recurrentes a Gladio que Giovanni Falcone dejó anotadas repetidas veces en esas páginas de su diario, hoy por todos conocidas. Y tomando nota que hubo una tratativa entre Cosa Nostra y el Estado durante la temporada de masacres. Y que Paolo Borsellino no se quiso plegar a esa tratativa".
La tratativa y esos hechos imposibles de negar
En cuanto a la Tratativa Estado-mafia, Di Matteo, que junto con los magistrados Vittorio Teresi, Roberto Tartaglia y Francesco Del Bene representó a la fiscalía en la primera instancia del juicio del mismo nombre en Palermo (que terminó con duras condenas para todos los acusados: Mario Mori, Antonio Subranni, Giuseppe De Donno, Marcello Dell'Utri, Leoluca Bagarella y Antonino Cinà), recordó algunos hechos irrefutables que van más allá de las cuestionables absoluciones en apelación y en Casación de los acusados en el proceso de la Tratativa.
"Hemos vivido una temporada de masacres que, no lo olvidemos nunca, se refiere a siete episodios de masacres, pero también a asesinatos estratégicos como el de Salvo Lima y el de Ignazio Salvo", comenzó diciendo Di Matteo. "Esa estrategia fue el resultado de una visión política de los líderes de Cosa Nostra. Riina, en 1991, en la primera reunión de la Comisión Regional de Cosa Nostra en la que se planificó por primera vez la estrategia de masacre, dijo: 'Debemos empezar la guerra para luego hacer la paz. Tenemos que venderle los muertos al gobierno'".
"Un objetivo preciso: utilizar la violencia y el terror para crear las condiciones reales para que alguien a nivel político se presente a negociar y así llegar, en las intenciones de Cosa Nostra, a la creación de una nueva clase de representantes políticos diferentes de la anterior, que históricamente había pertenecido a la corriente de Andreotti, que al no respetar las promesas de solución del Maxi Proceso en el Tribunal Supremo había demostrado ya no ser fiable a los ojos de los mafiosos". "Y lamentablemente -recordó el ex consejero del CSM- las predicciones de Riina, al menos lo inmediato, se han cumplido. Después de Capaci (la masacre del 23 de mayo de 1992, ndr), algunos agentes del ROS de Carabineros, acudieron a Vito Ciancimino, ex alcalde mafioso de Palermo, porque sabían que tenía importantes relaciones con los entonces prófugos Riina y Provenzano". Luego Di Matteo relató "las primeras declaraciones del propio general Mori, cuando por primera vez en 1997, en el juicio por la masacre de Georgofili, dijo: 'Fuimos a Ciancimino, sabíamos que estaba en contacto con Riina y Provenzano. Y le dijimos, señor Ciancimino, qué es ese muro contra muro entre el Estado y la mafia. ¿Qué quiere esta gente para que cesen las masacres?'. Mori luego dice que en la siguiente reunión Ciancimino dijo que había hablado con sus representantes y que ellos habían aceptado el diálogo. Otras circunstancias comprobadas con sentencias definitivas afirman que Riina, entre Capaci y via D'Amelio, dijo 'ya está hecho, hice una lista de solicitudes'".
"¿En qué país nos hemos convertido al no cuestionar la admisibilidad de un enfoque de este tipo?", preguntó Di Matteo. "¿Qué país es éste en el que, después de las absoluciones, muchos periódicos y exponentes políticos afirman que las tratativas nunca tuvieron lugar? Pero se olvidan de decir que incluso en una sentencia definitiva (la sentencia "Bagarella y otros 22", ndr) se afirma que las tratativas tuvieron lugar, que no se iniciaron por impulso de Cosa Nostra sino de los máximos exponentes del Estado, y que contribuyeron a fortalecer la creencia de Riina y los demás de que la estrategia de las bombas había valido la pena. Tanto es así que reforzó en los hombres de Cosa Nostra la intención de poner definitivamente de rodillas al Estado con los atentados de 1993, que no fueron puramente mafiosos, sino que se llevaron a cabo adoptando una estrategia terrorista para hundir al país en el pánico. Porque, como también se afirma en esa sentencia, Cosa Nostra había comprendido que, en la balanza de la tratativa, cuanto más pusiera su capacidad de sembrar el pánico en la población italiana, más fácilmente obtendría las ventajas que deseaba".
Di Matteo recordó también la sentencia de apelación del proceso de la Tratativa Estado-mafia que absolvió a los oficiales del ROS en la cual, a pesar de las absoluciones, "se dice que se buscó y de hecho se estipuló una alianza híbrida con el enemigo". "Es decir -explicó el fiscal nacional adjunto antimafia- una parte del Estado se alió con una parte de Cosa Nostra para derrotar a un enemigo considerado más peligroso, es decir Riina y todo el componente partidario de las masacres. Desde esta perspectiva, dice esa sentencia, son vistos como signos de distensión tanto el relato relativo a la falta de registro del escondite de Riina, como la cobertura institucional en los años siguientes a la figura de Bernardo Provenzano, que estuvo prófugo durante 43 años y fue detenido prácticamente en su casa, al igual que Matteo Messina Denaro".
"Las conclusiones de estos juicios, sean correctas o no, deberían hacer temblar", comentó el magistrado. "En un país normal deberían haber provocado un debate público a todos los niveles pero, en lugar de eso, se prefirió hacer creer a la gente que la tratativa es un disparate loco fruto de la imaginación de unos pocos fiscales aislados. Esos hechos siguen siendo, más allá de las condenas y absoluciones, pesados como piedras. Y contribuyen a esbozar el contexto en el que tuvieron lugar las masacres de 1992 y más aún las de 1993".
¿Las reformas de Cartabia y Nordio son heredadas del plan de Gelli?
Otro aspecto abordado durante la presentación del libro fue la cuestión relativa al proyecto de reforma de la justicia iniciado por ministro de Justicia, Carlo Nordio, así como también la reforma previa de la ex ministra Marta Cartabia. Reformas que han previsto o prevén modificaciones significativas en los instrumentos destinados a combatir el fenómeno mafioso y los delitos que afectan a la galaxia de los llamados "cuello blanco". Instrumentos obtenidos gracias al esfuerzo de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino y utilizados sólo después de su muerte. Como las leyes sobre los colaboradores de justicia, sobre escuchas telefónicas ambientales, la legislación sobre medidas de prevención, la cadena perpetua, el régimen del 41bis, el delito de abuso de poder y el de concurso externo.
"Entre la reforma de Cartabia y las reformas anunciadas por el actual gobierno, las reformas de Nordio, veo una continuidad de largo plazo. Estamos avanzando en la línea de un programa de política de justicia que sigue el de los primeros gobiernos de Berlusconi. Poco o nada se hace en la dirección que debería ser obligatoria, la de acelerar el proceso penal, que debería ser el principal objetivo de todo gobierno. Desde este punto de vista no se hace nada, al contrario, existen algunas disposiciones que lo retrasan, por ejemplo, la de atribuir a un órgano judicial colegiado la competencia para dictar medidas cautelares, lo que especialmente en tribunales de tamaño mediano-pequeño, por mecanismos de incompatibilidad, provocará la paralización de las oficinas judiciales", dijo Di Matteo. "Me parece que las últimas reformas están impregnadas de un espíritu de venganza hacia un determinado poder judicial, aquel que con el tiempo ha sabido cultivar la idea y el deber de aplicar la ley por igual para todos. Por tanto, hay que elevar el nivel de control de la legalidad también en lo que respecta al ejercicio del poder político e institucional".
"Espíritu de venganza con una finalidad específica y doble -explicó el magistrado- una de venganza, otra de prevención: evitar y dificultar cada vez más las investigaciones que tienen como objetivo controlar la legalidad del ejercicio del poder en Italia, y es cada vez más difícil realizar investigaciones importantes o juicios sobre corrupción sistémica, la relación entre la mafia y la política y el mundo de las grandes finanzas y las grandes empresas".
"Hoy corremos el riesgo, también por culpas evidentes del poder judicial, de avanzar hacia una transformación de facto de una magistratura con un orden independiente y autónomo de los demás poderes del Estado a otra colateral al servicio del poder político y ejecutivo".
Un riesgo que tiene sus raíces en tiempos muy lejanos, como recordó Aaron Pettinari, concretamente en la visión subversiva de la Constitución del programa de justicia del "Plan de renacimiento democrático" de la Logia P2. Según Di Matteo, el hecho de que este proyecto pueda ver la luz hoy "es particularmente inminente porque el poder judicial vive, en parte por sus propios errores, un momento de debilidad objetiva y de crisis de credibilidad. Y hay quienes quieren aprovechar estas debilidades del orden judicial por espíritu de venganza y diseñar una estructura eficaz en la que la magistratura se convierta en un vástago del poder político. Y creo que la atención de los ciudadanos debería centrarse en esto. Las minorías, tanto políticas como religiosas y étnicas, necesitan un poder judicial autónomo e independiente del poder ejecutivo porque, de lo contrario, quienes piensan diferente pueden ser procesados más fácilmente. Este país enfrenta el problema de que el magistrado ya no puede hablar de los hechos que surgen de estos juicios, hablo de documentos públicos, sino sólo el fiscal jefe en determinadas situaciones, explicando el motivo y mediante un comunicado de prensa. o rueda de prensa. ¿Por qué los familiares de Riina y Provenzano pueden hoy hacer declaraciones en televisión sobre las masacres y no un magistrado que se ocupó de esas investigaciones y esos juicios?". Y volviendo al Plan de la Logia P2, "la deseada disposición de que ni siquiera se mencionen los nombres de los magistrados que llevaban las investigaciones y juicios, iba en esa dirección: el magistrado debe ser una persona desconocida que, más aún, no tiene derecho a comunicar y divulgar la que ya no está amparado por el secreto. No creo que sea el camino correcto", concluyó sobre este punto el fiscal nacional adjunto antimafia.
La audiencia de Borsellino y la defensa de Di Matteo y Scarpinato
Salvatore Borsellino, hermano del magistrado Paolo Borsellino y fundador de las "Agendas Rojas", también participó en la presentación del libro, pero vía streaming. Borsellino, además de confirmar las opiniones de Di Matteo sobre las masacres y la tratativa Estado-Mafia, explicó a los presentes en la sala cuáles fueron los motivos que lo llevaron a aceptar la reciente audiencia en la Comisión Antimafia tras una negativa inicial.
"Había rechazado anteriormente una invitación que me habían hecho, porque anticipaba lo que luego sucedió. Es decir, el hecho de que las investigaciones de la Comisión se vayan a centrar en esos 57 días y en ese expediente de "contratos y licitaciones de la mafia" que no creo en absoluto que pueda ser la causa aceleradora de la masacre de via D'Amelio. Lo que me hizo pedir ser escuchado -dijo Borsellino- fueron los ataques que se produjeron contra dos magistrados, Nino Di Matteo y Roberto Scarpinato, hacia quienes quiero expresar mi estima y mi gratitud por haber buscado con todas sus fuerzas la verdad y la justicia por las que sigo luchando. El hecho de que, lamentablemente, esos ataques vinieran de una parte de mi familia, es algo que nunca hubiera esperado y que me empujó a hacerlo; una parte de mi familia a la que estoy ligada por el dolor de una tragedia que involucró a su padre, que también era mi hermano", añadió, refiriéndose a las críticas de los hijos de Paolo Borsellino contra el magistrado Nino Di Matteo. "Me une la incontenible necesidad de saber la verdad sobre la masacre (a ellos, ndr), pero difiero de sus posiciones procesales, diferencias que, con el paso de los años, han aumentado. Nunca hubiera pensado que se podría llegar a esto", comentó con amargura. "Permanecí en silencio por mucho tiempo, por mucho tiempo evité responder a ciertas declaraciones que hacía esta parte de mi familia, pero cuando se levantó el dedo contra estos dos magistrados de la Comisión Antimafia no pude evitar intervenir".
Salvatore Borsellino también dijo que había hecho una propuesta a la presidenta Colosimo: "Propuse crear una comisión antimafia y en ese caso habría aceptado la audiencia sobre lo que creo que es la caja negra de la masacre de via D'Amelio, es decir, la desaparición de la agenda roja sobre la cual hasta ahora nunca hubo investigaciones verdaderamente encaminadas a llegar a los autores de este robo".
"Había pedido que algunos miembros de mi movimiento, que en los últimos años han estudiado y recopilado exhaustivamente todos los documentos y vídeos grabados inmediatamente después de la masacre, fueran escuchados conmigo -añadió- para identificar a quienes podrían haber tomado esa agenda. Estudiaron el tema examinando todas las fotografías tomadas en via D'Amelio, y los fragmentos de películas que a menudo nos han sido negados. Lo hicieron mediante el examen de fotografías que no tienen las definiciones que tendrían los originales. Pedí que la Comisión Parlamentaria Antimafia se ocupara de esto". Salvatore Borsellino afirmó que sigue creyendo "que es a partir de ahí que debemos empezar de nuevo, y no de un asunto como los 'contratos mafiosos' o las reuniones en el cuartel de Carini que mi hermano ni siquiera anotó en su agenda gris". Después de más de treinta años de desvíos y verdades parciales, según el hermano del magistrado asesinado por la mafia, "hay que retroceder y empezar desde el principio, desde la desaparición de la agenda roja. Y como lamentablemente ahora no puedo esperar demasiado, ya que mis expectativas de vida son cada vez más limitadas, si quiero llegar a la verdad es necesario que ciertas cosas se investiguen hoy, no mañana. Y que estas cosas salgan a la luz". En cambio, según el fundador de las Agendas Rojas, "en la Comisión Parlamentaria sólo quieren limpiar esa masacre de todo lo que concierne a la subversión negra, como bien dijo Saverio Lodato, y reconducirla hasta un solo sector. No acepto que se haga eso, no lo aceptamos y cuando se reanuden las audiencias en la Comisión mi abogado (Fabio Repici, ndr) profundizará en estas cosas con la esperanza de encontrar apoyo en una Comisión Antimafia que, por el contrario, parece querer avanzar en una dirección completamente diferente".
La mafia es la primera empresa en Italia
La velada terminó con una reflexión final del referente de las Agendas Rojas, Giuseppe Galasso, quien, agradeciendo a los ponentes y a la revista ANTIMAFIADuemila, recordó el último informe de la Unión Europea.
Respecto a las organizaciones criminales de tipo mafioso, "el último informe de la Unión Europea dice que la facturación anual de las mafias ronda los 150 mil millones de euros. En cuanto al componente italiano, podemos considerar a la mafia como la empresa líder en Italia", observó Galasso. "No podemos subestimar el problema de la mafia desde este aspecto, no podemos considerarlo lejos de nuestras latitudes. No preocuparnos por el fenómeno significa que el dinero que invertimos, precisamente para estas infiltraciones presentes en todos los territorios de todo el país, se destina a engordar a esta empresa con 150 mil millones de euros. No subestimemos este aspecto porque corremos el riesgo de que, lugar a lugar, piedra a piedra, las mafias consigan apoderarse de nuestras ciudades desde el punto de vista económico y político. Y porque muy a menudo todo esto sucede con la connivencia clandestina, aunque no siempre, de instituciones complacientes. Porque -concluyó Galasso- como subrayó el director de ANTIMAFIADuemila Giorgio Bongiovanni en una entrevista reciente, 'la mafia no sería tal si el poder no la buscara para realizar negocios sucios'".
Fotos: Piero Di Stefano
Foto 2: llegada del fiscal adjunto, Nino Di Matteo
Foto 5: de izquierda a derecha, Giuseppe Galasso, Nino Di Matteo y Aaron Pettinari
Foto 8: participación del editor jefe de Antimafia Duemila, Aaron Pettinari
Foto 9: intervención vía streaming de Salvatore Borsellino