Las palabras de Di Matteo, Lodato, Borsellino, Scarpinato, Tescaroli, Donadio y Baldo En la conferencia "Masacre de Borsellino, la Agenda Roja y los autores intelectuales externos" "Querido Paolo, un alboroto de emociones, sentimientos y recuerdos estalló súbitamente en mi corazón. De inmediato sentí la conciencia precisa de no poder expresar en unas pocas líneas todo lo que llevo dentro desde que era un simple estudiante universitario. Un joven que, como tantos otros compañeros sicilianos, vio en usted, juez Borsellino, en su compromiso y coraje y en el de los demás magistrados del pool antimafia, el símbolo de una posible redención. Ese viento de limpieza, de moralidad, de legalidad, a mis ojos habría barrido para siempre la imagen insoportable de una Sicilia inevitable y eternamente ligada a la mafia, a la violencia, al hedor del compromiso y de la resignación. Hoy, después de tantos años, con tanta vergüenza, tengo ganas de confiártelo públicamente. Empecé a cultivar el sueño de ser magistrado, de hacerlo en Sicilia, de ocuparme de investigaciones y procesos mafiosos, impulsado esencialmente por la fuerza de tu ejemplo". Con estas palabras, escritas por el magistrado Nino Di Matteo con motivo del 19 aniversario de la masacre en via D'Amelio, el lunes se inauguró la conferencia de ANTIMAFIADuemila titulada "Masacre de Borsellino, la Agenda Roja y los Autores Intelectuales Externos". Interpretó la conmovedora carta dedicada al magistrado asesinado el 19 de julio de 1992, la actriz Sonia Bongiovanni, directora artística del movimiento Our Voice, quien representó perfectamente las emociones expresadas por el exfiscal sustituto de Palermo el 19 de julio de 2011, día en que leyó este homenaje en la calle donde mataron al juez junto y a los miembros de su custodia (los agentes Agostino Catalano, Vincenzo Li Muli, Eddie Walter Cosina, Emanuela Loi y Claudio Traina). Han pasado 12 años desde aquel homenaje. Sin embargo, esas palabras llenas de gratitud, de admiración, pero también de denuncia, aún resuenan muy actuales. "La política no ha hecho nada para enmendarse y liberarse para siempre de la contaminación criminal", dijo Di Matteo. "La corrupción rampante en nuestro país se está convirtiendo en un sistema, ahora se acepta sin objeciones, como un acompañamiento inevitable al ejercicio del poder. Más allá de las vagas palabras, nadie está haciendo nada para frenar definitivamente un fenómeno que pesa cada vez más sobre los honestos y los más débiles. Los valores constitucionales, y en primer lugar los de la separación de poderes y la igualdad de todos ante la ley, se ven amenazados por leyes y reformas que tienen sólo el objetivo evidente de transformar el poder judicial en un orden al servicio de la política, del gobierno de turno, a un poder que se quiere ejercer sin límites y contrapesos". La carta, leída anoche en el Teatro Golden de Palermo, concluye con un mensaje de esperanza para la búsqueda de la verdad de las masacres, incluida la de via D'Amelio. "Muchos, juez Borsellino, quisieran cerrar definitivamente ese capítulo. No se equivoquen -dijo Di Matteo- mientras haya una sola grieta que investigar, una sola puerta que abrir para reconstruir toda la verdad, los magistrados no escatimarán compromiso, coraje y sacrificio. Cueste lo que cueste, incluso eventualmente el surgimiento de verdades incómodas para las instituciones que representamos. Esto es lo que podemos y debemos hacer para honrar tu memoria". Desde hace 23 años, nuestra revista se ha comprometido a honrar la memoria de estos mártires de la justicia, convencidos de que este oneroso ejercicio no debe encomendarse únicamente al poder judicial. Y por eso decidimos organizar este congreso. Una iniciativa caracterizada también por espacios artísticos como las lecturas de Sonia Bongiovanni o la de Lunetta Savino, y por la proyección de un nuevo docu-film de la revista sobre la masacre y los autores intelectuales externos. La cita de anoche tenía por objeto rebobinar la cinta de estos 31 años que nos separan de la masacre de via d'Amelio, intentando resumir los hechos constatados hasta el momento e indagar en los aspectos aún desconocidos para llegar a esa verdad histórica a la que nos todos aspiramos. Para ello, ANTIMAFIADuemila ha invitado al exfiscal general de Palermo, Roberto Scarpinato, al hermano del juez asesinado en via d'Amelio, Salvatore Borsellino, al fiscal adjunto de Florencia Luca Tescaroli (quien nos ha hecho llegar una entrevista en vídeo exclusiva para la ocasión), al fiscal de Lagonegro, Gianfranco Donadio y al subdirector de ANTIMAFIADuemila, Lorenzo Baldo (este último conectado vía streaming). Todos proporcionaron una visión interesante de los hechos de la Primera República, así como sobre los hechos actuales que están afectando a la legislación antimafia y quienes, desde la sociedad civil, intentan luchar contra la mafia. El sentimiento que caracteriza este 31º aniversario, es, citando las palabras de Salvatore Borsellino, el de la amargura. En el lapso de unos meses se produjeron una serie de hechos que quedarán grabados en la memoria colectiva. Es legítima la sentencia del Tribunal de Casación sobre el proceso de la Tratativa Estado-mafia en la que el Estado decidió que se trata de las organizaciones criminales mafiosas más poderosas del mundo (Cosa Nostra, la 'Ndrangheta, la Camorra, etc.). Poco importa si esto ha generado víctimas. Poco importan los golpes a los estudiantes que se unieron al desfile del 23 de mayo "No han sido ustedes, pero fueron ustedes" organizado por Our Voice, la CGIL y otras asociaciones estudiantiles en via Notarbartolo, donde jóvenes, estudiantes y ciudadanos fueron golpeados sólo por haber ejercido el derecho a honrar la memoria de Giovanni Falcone, Francesca Morvillo y los agentes de su custodia, y por protestar contra las pasarelas y las hipocresías estatales. Por su parte, el ministro de Justicia Carlo Nordio ha abierto la puerta a nuevos y nefastos cambios en dos pilares de la lucha contra la mafia: las escuchas telefónicas y el delito de concurso externo en asociación mafiosa, delito que él mismo definió como "evanescente". A esto se suman los constantes ataques a la libertad de expresión realizados por varios miembros de la clase política: uno de ellos, el senador Maurizio Gasparri, que llegó incluso a pedir juicio y sentencia para quien desconozca lo dicho por la sentencia del juicio de la Tratativa Estado-mafia. Pero gracias a la Constitución, el derecho a criticar sigue existiendo, al igual que el deber de buscar la verdad. El volcán apagado de via d'Amelio y las verdades a punto de estallar Hablando de la búsqueda de la verdad, hubo gran expectativa ayer por la intervención de Roberto Scarpinato, el magistrado (hoy senador) que condujo la investigación "Sistemas Criminales" de donde luego se originó la más reciente investigación sobre la Tratativa Estado-mafia. Sistemas Criminales fue el primer juicio en identificar esa dirección oculta que se escondía detrás de algunos de los principales episodios sangrientos de la primera República, al poner el dedo en aquella unión turbia en la que confluían mafiosos, servicios secretos, neofascistas, masones y funcionarios públicos. Una masa de realidades que trabajaron para doblegar a Italia con un proyecto golpista preciso al son de excelentes masacres y asesinatos, que luego siguieron actuando para ocultarlo todo activando máquinas sibilinas de desvíos investigativos. La masacre de via d'Amelio, tema central del congreso de ayer, encaja perfectamente en este escenario. Y Scarpinato quiso desmentir la falsa narrativa según la cual la masacre solo puede atribuirse a Cosa Nostra. "Hoy tenemos todos los elementos para poder admitir la trágica verdad de que la masacre de via D'Amelio no fue solo una masacre de la mafia, sino una masacre que involucra componentes internos del Estado", comenzó Scarpinato sobre el punto. "Componentes que han ocupado posiciones estratégicas, como para poder operar de manera reiterada y continua en el tiempo para desviar las investigaciones y así evitar que se averigüe la responsabilidad de los niveles superiores a los de los perpetradores". "Actuaron de inmediato para hacer desaparecer la agenda roja en un momento extraordinario", continuó el senador. "La sincronización fue posible solo porque conocían el lugar y la hora de la masacre con anticipación, lo cual prueba que fueron cómplices". "Han seguido haciéndolo al operar de forma remota a lo largo de los años a través de construcciones de escritorio, como sucedió dos años después, en 1994, cuando crearon falsos colaboradores de justicia, con la compleja orquestación que vio a la policía y a los líderes de los servicios secretos interactuar en concierto". Y, añadió Scarpinato sobre el mismo el tema, "han seguido actuando en el tiempo con una continuidad inquietante, casi hasta el día de hoy, con acciones engañosas, con una presencia contaminante que se ha movido en las sombras, entre bastidores y que nos hace comprender precisamente, que la masacre de via D'Amelio sigue siendo un juego abierto, que la masacre sigue estando entre nosotros. Es como un volcán que parece extinguido pero que en realidad conserva en sus entrañas un magma ígneo que se teme pueda estallar arrollando, con sus verdades, no sólo los destinos individuales, sino algunos baluartes de la República". Y es por eso que, según Scarpinato, via D'Amelio sigue siendo un lugar "prohibido para la retórica del Estado y las pasarelas de los políticos". "El Estado y sus representantes no tienen el ánimo de celebrar sus ritos en esa calle. Y prudentemente se mantienen alejados de él, deslizándose por lugares más apartados e inaccesibles para la gente común. Es una convicción tácita, una costumbre ahora consolidada y casi eliminada en la conciencia colectiva. Eliminada -explicó el exfiscal general de Palermo- porque es un hecho perturbador esta prolongada y forzada ausencia de los representantes del Estado en el lugar de la masacre. Significa que el Estado no puede presentarse en ese lugar con la conciencia tranquila. Con la conciencia de poder excluir con certeza el compromiso en la concepción y ejecución de esa masacre de aparatos internos del Estado y con la conciencia de haber hecho todo lo posible por esclarecer la identidad de los instigadores y cómplices externos. Y por eso sus representantes se escabullen, se escapan del peligro y de la incomodidad de las protestas públicas". "Presidenta Meloni, Borsellino no le pertenece" "Este año -continuó Scarpinato- incluso más que en todos los años anteriores, el Estado no podrá presentarse sin vergüenza en via D'Amelio con una de sus más grandes expresiones, la primera ministra Giorgia Meloni. La presidenta Meloni ha expresado repetidamente su admiración por Paolo Borsellino, declarando que la masacre de via d'Amelio fue el evento que la llevó a iniciar su propia actividad política. Pues está claro que Meloni debe haber caído en un malentendido o ella también está practicando una retórica vacía sobre la sangre de nuestros mártires. Porque no se puede decir que la acción de uno está inspirada en los valores de legalidad de Paolo Borsellino y luego declarar luto nacional, en un acto de compromiso político totalmente discrecional, por la muerte de Silvio Berlusconi. No es posible declararse admirador de Paolo y al mismo tiempo señalar a todos los italianos y al mundo entero como ejemplo a seguir, como modelo de virtudes republicanas, a un hombre como Silvio Berlusconi que fue la antítesis viviente de todos los valores a los que Paolo dedicó y sacrificó su vida. Un hombre como Berlusconi que primero hizo acuerdos con la mafia como empresario, luego decidió convivir y luego como político llevó a la mafia al Estado al elegir a Marcello Dell'Utri para el Senado, al nombrar al senador Antonio D'Alì secretario de Interior, protector de la mafia de Trapani, al hacer nombrar subsecretario de Estado a Nicola Cosentino, referente de la Camorra, y que llevó al Parlamento a Amedeo Matacena, hombre de la 'Ndrangheta. Tenga respeto por nuestros muertos, presidenta Meloni, todos somos nuestras elecciones, y usted ha elegido de qué lado estar. ¡Elecciones que demuestran que Paolo Borsellino no le pertenece!". Las cachiporras no pueden detener a la antimafia popular Luego, Scarpinato reanudó el discurso sobre la fractura entre el palacio y la calle, entre los lugares del poder establecido y el pueblo. Una fractura que "se manifestó el día inmediatamente siguiente a la ejecución de la matanza de via D'Amelio, con motivo de un hecho dramático sin precedentes en la historia de nuestro país". La referencia es al funeral del 21 de julio de 1992 de los agentes de la custodia de Borsellino en la Catedral de Palermo. "Ese día, una multitud de unas 10.000 personas que se desbordaron frente a la Catedral de Palermo, comenzó a gritar reiteradamente a las autoridades públicas que se encontraban dentro de la iglesia con la frase: 'Fuera la mafia de la iglesia'. Y cuando el presidente de la República y el jefe de la Policía salían de la iglesia, la multitud rompió los taludes del cordón policial y se abalanzó sobre ellos, rodeándolos de manera casi amenazadora mientras gritaban 'asesinos'. Así sucedió ese día que el pueblo, en lugar de agruparse en torno a las figuras simbólicas del Estado, y de reflejarse en esos símbolos, las acusó de ser el emblema de un Estado en el que uno no podía reconocerse. No sólo porque no había podido o querido proteger a Borsellino sino porque la mafia estaba dentro de la iglesia, es decir, dentro del Estado. Expresión cruda y ejemplificadora, que sin embargo capturó un núcleo profundo de verdad, a saber, que el mal no estaba completamente fuera del Estado y no moraba solo en los corazones enfermos de personajes como Riina y similares, sino que acecha desde los pliegues secretos del Estado, corroyéndolo por dentro". Treinta y un años después, prosiguió, "debemos reconocer dolorosamente que ese clamor acusando a parte del Estado de ser cómplice de la masacre contenía un escandaloso y profundo germen de verdad". Y ese grito de hace 31 años, dijo el senador, "se calmará sólo si conocemos la verdad que hasta ahora se nos ha negado". "Aun así, no podrán apagar el otro grito de la multitud aquel día 21 de julio de 1992: 'Fuera la mafia del Estado'". Un grito que volvió a resonar este año, el 23 de mayo de 2023, recordó el exmagistrado, renovado por los participantes de la marcha organizada por la Coordinación 23 de Mayo, integrada por estudiantes, sindicatos y el tercer sector. "Ciudadanos a los que -recordó Scarpinato- se les prohibió, a golpes de cachiporra, como si fueran peligrosos alborotadores, acceder a través de la Notarbartolo y llegar al Árbol de Falcone porque se temía que de alguna manera perturbaran la actuación de la autoridad pública en el escenario frente al Árbol al que había sido invitado el alcalde de Palermo, elegido con el apoyo de Marcello Dell'Utri y Salvatore Cuffaro". Según Scarpinato "de esta forma se ha hecho oficial que hay dos antimafias. Por un lado, una antimafia autorizada que tiene el sello del gobierno y que sigue informando al público sobre una mafia pequeña, es decir, una mafia compuesta solo por los personajes feos, sucios y malos de siempre, como Riina y Provenzano, señalados como los únicos responsables del mal de la mafia y como los únicos autores de las masacres de Capaci y via D'Amelio. Una mafia que, según se repite hasta el cansancio, ya fue derrotada y pertenece al pasado. Y una antimafia inocua que lo arma todo con cuidado y que no avergüenza a los políticos elegidos para el cargo de alcalde o presidente de la Región gracias al beneplácito de personajes como Dell'Utri y Cuffaro. Por otro lado, tenemos una antimafia popular, no autorizada, de los desobedientes, a la que por lo tanto hay que silenciar y apalear porque no podemos comprar esta historieta, esta falsificación de la verdad y de la historia. Y con el grito 'fuera la mafia del Estado', renovado el 23 de mayo del 2023, seguimos recordando una verdad que ninguna cachiporra, ningún gobierno, ninguna policía podrá borrar. Porque fue escrito y verificado con decenas y decenas de sentencias escritas gracias a la sangre de nuestros mártires". Lo cierto, concluyó Scarpinato, "es que la mafia ha estado y está dentro del Estado y ha tenido rostros de primeros ministros, diputados, senadores, subsecretarios de Estado, presidentes de Región, consejeros regionales, jefes de los Servicios Secretos, jefes de la Policía y tantos otros sepulcros blanqueados que han construido carreras políticas y fortunas económicas con la mafia y gracias a la mafia". El 'fuego amigo' de las masacres de Estado "¿Quién se llevó la agenda roja de Paolo Borsellino? ¿Y quiénes son esos sujetos ajenos a Cosa Nostra que, como reveló Totò Riina a Salvatore Cancemi, 'lo llevaron de la mano para realizar la masacre de via D'Amelio?'", preguntó el subdirector de ANTIMAFIADuemila Lorenzo Baldo en la apertura de su discurso. "Estas preguntas -dijo- fueron contrarrestadas por dos simples palabras: 'fuego amigo'. Como es sabido, 'fuego amigo' significa en la jerga militar: 'aquella situación en la que soldados o vehículos se encuentran bajo fuego de baterías propias o aliadas'". "Estoy cada vez más convencido de que la historia de las masacres impunes en nuestro país está marcada precisamente por el 'fuego amigo'". "Un 'fuego amigo' que estuvo -y aún hoy lo está- en simbiosis con los enemigos 'oficiales', los que se pueden mencionar". "¿Se pueden definir como 'fuego amigo' las obvias contradicciones del oficial de Carabineros, Giovanni Arcangioli? ¿O tal vez su reticencia? Arcangioli fue filmado por cámaras de televisión el 19 de julio de 1992 cuando salía de via D'Amelio con el maletín de Paolo Borsellino. Y nunca aclaró bien sus movimientos en via d'Amelio; ni el hecho de que ese maletín -que tenía en la mano- reapareciera después en el coche de Borsellino sin la agenda roja". "¿Es acaso arriesgado llamar 'fuego amigo' a las cuatro versiones del exjuez Giuseppe Ayala sobre su descubrimiento del maletín de Paolo Borsellino? Lo cierto es que, con estas ambiguas y discordantes declaraciones suyas, Ayala no ha hecho absolutamente ningún aporte a la búsqueda de la verdad sobre la masacre. Muy por el contrario". "Se trató de 'fuego amigo' el de Arnaldo La Barbera, exjefe de la brigada móvil de Palermo, pero también a sueldo de los Servicios Secretos unos años antes, que había coordinado la investigación de la masacre de via D'Amelio, y que en la sentencia del juicio Borsellino Quater fue señalado como uno de los defensores del desvío e 'intensamente involucrado en la desaparición de la agenda roja'. Por no hablar del 'fuego amigo' de aquel sujeto ajeno a Cosa Nostra que, según relata el arrepentido Gaspare Spatuzza, estuvo con él en aquel garaje de Palermo mientras cargaban con explosivos el Fiat 126 destinado a la masacre de vía d'Amelio. Y el del exnúmero dos del SISDE, Bruno Contrada, (condenado por concurso externo en asociación mafiosa en el 2007), quien, tras la masacre de via d'Amelio, fue indagado por el fiscal de Caltanissetta, Giovanni Tinebra. Y qué decir del 'fuego amigo' de algunos amigos y colaboradores de Falcone y Borsellino que, llamados a declarar en el juicio sobre la Tratativa, se mostraron claramente reticentes, por no decir silenciados. Ese 'fuego amigo' que, dentro y fuera de la fiscalía de Palermo, ha deslegitimado, aislado y sobreexpuesto a las más extremas consecuencias precisamente a Falcone, Borsellino y otros compañeros antes y después de ellos". "Hasta llegar a los ataques furtivos y las graves amenazas contra Nino Di Matteo (ya condenado a muerte por Riina y Messina Denaro), amenazas dirigidas también a algunos de sus compañeros como Roberto Scarpinato, Luca Tescaroli, Giuseppe Lombardo y Nicola Gratteri. Y es igualmente muy grave que se haya probado que el expresidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, mintió en el juicio sobre la Tratativa acerca de la rotación del DAP entre Amato y Capriotti y la conexión del 41 bis con las masacres. ¿Otro 'fuego amigo' de alto nivel?". "Desgraciadamente, el 'fuego amigo' no ha eludido ni siquiera a algunos familiares de víctimas de la mafia que han arremetido, a veces también a través de sus abogados, contra aquellos magistrados y activistas que buscan la verdad sobre los autores intelectuales externos de las masacres y sobre la Tratativa entre el Estado y la mafia. Un 'fuego amigo' que duele aún más, que arde aún con más fuerza porque es el espejo del absurdo: un mundo al revés donde se ataca a los que buscan la verdad". Hacia el final, el periodista dijo que "cerrar los ojos ante las graves consecuencias de ciertos modelos para nuestros jóvenes nos hace cómplices. Cómplices de una sociedad donde los jóvenes se queman la vida siguiendo el ejemplo de los falsos ídolos, o se suicidan tras lanzar pedidos de ayuda desatendidos. Si no se le pone freno a todo esto, esta sociedad ha fracasado. Todos hemos fracasado si no creamos las condiciones para revertir el rumbo". Borsellino: la agenda roja es la caja negra de la masacre de via D'Amelio "No creo que haya tenido un peor aniversario que este, ni peor momento que este. Las últimas declaraciones del ministro de Justicia, Carlo Nordio, han sido un durísimo golpe. El Guardasellos, aunque de palabra dice honrar a Paolo Borsellino y Giovanni Falcone, en realidad quiere destruir la herencia de leyes que Paolo y Giovanni nos han dejado para dar al poder judicial las armas necesarias para poder luchar contra la mafia", dijo Salvatore Borsellino durante su intervención. "Este ataque al delito de concurso externo en asociación mafiosa es verdaderamente un ataque a la memoria de Falcone y Borsellino. Y si Meloni baja a Palermo para la conmemoración de mi hermano, se lo preguntaré. Cómo puede conciliar lo que dice con palabras cuando asegura haber entrado en política tras la masacre de via D'Amelio por su admiración a Paolo, para luego dar espacio y no censurar como debe hacer un ministro a quien hace estas afirmaciones que son un ataque tanto a la herencia de leyes que nos han legado los dos magistrados como sobre la independencia del Poder Judicial". Borsellino también habló de la masacre del 19 de julio de 1992 y de su aceleración anómala: "Hubo una aceleración de la masacre en via D'Amelio para evitar que Paolo revelara a la opinión pública la tratativa que él ciertamente había descubierto. Imaginen lo que hubiera pasado en 1992 cuando la opinión pública estaba indignada por la masacre de Capaci, si Paolo hubiera revelado a la opinión pública que partes del Estado estaban negociando con los asesinos de Giovanni Falcone. Habría habido una guerra civil en Italia. Además, querían impedir que Paolo fuera a Caltanissetta a declarar, como pidió ante los jueces de ese tribunal por lo que había descubierto, él, que era el mejor amigo de Falcone, el único que había leído sus diarios en su totalidad. Había pedido expresamente poder declarar ante la autoridad judicial. Estoy convencido de que esta es la segunda causa acelerante de la masacre de via D'Amelio, no ese expediente de 'contratos públicos de la mafia' del que ciertamente se ocupó Paolo pero que no habría justificado la aceleración. Y, sobre todo, no habría justificado la sustracción de la agenda roja que siempre llevó consigo en esos 57 días. Una agenda robada porque sin ella matar a Paolo hubiera sido inútil", dijo. "Y el hecho de que hoy, 31 años después, no haya habido un proceso específico para la desaparición de esa agenda roja es prueba de que en este país no se quiere ni verdad ni justicia". "La última sentencia de la magistratura dice 'absueltos por no haber cometido el delito'. Así que no porque el hecho no constituya delito, sino porque el hecho no se cometió. Una sentencia de Casación que nos traslada a los tiempos de Corrado Carnevale. Una sentencia grave como una lápida. También se dan por prescriptos los delitos de la contraparte mafiosa. Se sanciona definitivamente la renuncia del Estado a asegurar la justicia y la verdad. Nuestro Estado no es, y quizás nunca lo fue, un estado de Derecho. Hemos sido unos ilusos al creer que el Estado podía auto juzgarse porque el hecho se produjo. Ha habido masacres, robo de la agenda roja, ha habido desvíos, pero no hay culpables. O, mejor dicho, hay culpables, pero están dentro de las estructuras mismas de este Estado asesino y engañoso. Y por lo tanto son intocables. Este no puede ser el Estado por el que se sacrificó mi hermano. Y sólo por respeto a su sacrificio no puedo ni debo añadir nada más. Porque se ha hecho justicia, pero algo ha cambiado tras la sentencia de Casación en el proceso de la Tratativa Estado-mafia que sancionó la auto absolución del Estado-mafia. Después de esta sentencia, se fortaleció dentro de mí ese sentimiento que tal vez nunca hubiera querido admitir, y que me ha llevado en estos años a luchar por una justicia que en el fondo sabía que nunca llegaría". Bongiovanni presenta el documental sobre la masacre de Borsellino Durante la conferencia también se presentó el docu-film de la revista sobre la masacre de via D'Amelio, la agenda roja y los autores intelectuales externos. Fue el director Giorgio Bongiovanni quien lo exhibió. "Espero que este video les haga entender que la masacre de Capaci, la masacre de via D'Amelio y las de 1993 fueron realizadas por Cosa Nostra y por los servicios secretos del Estado que, no solo las sugirieron, sino que participaron en sus fases ejecutivas. Creemos que los hombres de Cosa Nostra y parte de los servicios que suministraron los explosivos de tipo militar prepararon las bombas. Pensamos que Paolo Borsellino, que había dicho a los colegas franceses del Canal + que estaba al corriente del papel de Vittorio Mangano, fue asesinado porque había insinuado que se ocuparía de Mangano y de sus relaciones con Silvio Berlusconi y Marcello Dell'Utri". "Pensamos que Paolo Borsellino fue asesinado porque en vida hubiera evitado 20 años de gobierno de Berlusconi y la mafia. Pensamos que Borsellino fue asesinado porque Estados Unidos no podía permitir que Italia, en el momento de la caída de la lira, tuviera un gobierno comunista. Alguien como Berlusconi tenía que llegar al poder para permitir que Italia siguiera siendo una colonia americana". Bongiovanni recordó entonces que una mujer perteneciente a la CIA le reveló a un criminólogo de Palermo que los servicios secretos estadounidenses estuvieron presentes en la realización de la masacre y sobre esos hechos esperaba que la investigación siguiera en curso y que pudiera ser investigada por la fiscalía nacional Antimafia. Tescaroli: "Las mafias aún conviven con el Estado. Las masacres fueron un ataque a la democracia" La memoria de Paolo Borsellino y los agentes de su custodia; el análisis de un fenómeno, la mafia, que aún no se puede erradicar; el peligro de nuevos ataques. Estos fueron algunos de los temas que el fiscal adjunto de Florencia, Luca Tescaroli, abordó en el video grabado con motivo del evento. La masacre de Via D'Amelio es un crimen "peculiar que cambió la forma de actuar de Cosa Nostra con respecto al pasado, porque por primera vez cometió una masacre muy cerca de otra de igual o mayor gravedad, la de Capaci, solo 57 días después de la primera. Eso significó una voluntad precisa: la de atacar al Estado". "Se trataba de masacres terroristas y subversivos -dijo- que mediante el uso de explosivos querían sembrar el miedo y golpear al Estado para debilitar la estructura de gobierno". "Esas masacres pusieron en peligro a nuestra democracia", reiteró. "Si bien han disminuido las acciones delictivas atroces y ha habido ciertos cambios, la fortaleza de las estructuras criminales es apta para generar iniciativas de este tipo. Esta es una de las razones por las cuales la actividad represiva debe continuar de manera efectiva para tratar de hacer tierra quemada en torno a las organizaciones mafiosas". Y luego agregó: "Estamos frente a asociaciones de tipo mafioso que son organizaciones laicas de poder que conviven y logran disputar hasta la primacía del territorio con el Estado. Conviven con el Estado y eso demuestra que los esfuerzos por erradicar a estas organizaciones aún no son suficientes, aunque considerables", dijo el magistrado. "Las realidades mafiosas en nuestro país no son meras congregaciones criminales, sino feroces grupos con relaciones que van más allá del ámbito delictivo. La capacidad de generar un vínculo con representantes de la administración pública, miembros del mundo empresarial, con políticos, con miembros de la burguesía mafiosa, autónomos y sujetos insertos en los circuitos financieros, representa un punto de fuerza calificativo porque permite comprender cómo es posible esta convivencia entre dos realidades diametralmente opuestas, la mafia y el Estado. Es necesario cortar estos vínculos de conexión". Donadio: las masacres como operaciones "muy abotonadas" y de "falsa bandera" En su discurso, el fiscal de Lagonegro habló de la "conciencia en algunos círculos mafiosos de la circunstancia" de que "los muertos (es decir, los de las masacres), especialmente los de las masacres continentales, no pertenecían a Cosa Nostra". Un concepto subrayado por "una frase célebre reiterada por Gaspare Spatuzza: cargamos con muertos que no nos pertenecen". "Durante el trabajo de la comisión parlamentaria sobre la masacre de via dei Georgofili, consideramos esto como una especie de hilo conductor, una clave interpretativa", dijo el magistrado, recordando "una audiencia muy significativa que el comisario Giarrusso le dio al mafioso Giuseppe Ferro, un hombre de honor que hay que situar en el contexto de la mafia de Trapani, especialmente de Alcamo". Giuseppe Ferro, que declaró durante el juicio 'Ndrangheta Stragista, habló de operaciones "muy bien atadas": "La referencia era a la más grave de las masacres continentales, la que ocurrió en Florencia" que "implicó el exterminio de la familia Nencini y una herida imborrable para el patrimonio y la cultura nacional". Según Donadio, por tanto, ha habido entidades que han hetero dirigido el accionar de la mafia "independientemente de la organización. En varios contextos se ha hablado de una súper Cosa Nostra: si pudiéramos hacer un mapa geográfico de las familias mafiosas, ciertamente podríamos pensar en la existencia de niveles de la organización que históricamente han estado en contacto con la derecha subversiva, y de los servicios". Estos son los protagonistas de las operaciones "muy bien atadas según Ferro". "Esto implica que en las operaciones de Cosa Nostra también hubo 'otros hombres' y ciertas 'mujeres' que salieron al campo junto a Cosa Nostra para dirigir sus operaciones o en todo caso salieron al campo con recursos subversivos y terroristas aún más peligrosos de los que podrían haber venido de los hombres enviados por Italia para transportar, por así decirlo, un explosivo de segunda mano recuperado frente a las costas de Palermo". "La masacre de via dei Georgofili es un laboratorio perfecto para comprender en qué direcciones puede moverse todavía la investigación y en qué direcciones puede moverse todavía el análisis del fenómeno de la masacre", dijo Donadio. "Ya ha quedado sobradamente demostrado que junto al explosivo traído de Palermo entró en el campo otro explosivo de altísimo potencial y de derivación militar". "¿Quién puso ese súper explosivo allí, en Florencia?". "Buscando ese laboratorio de Florencia aparecen presencias operativas femeninas, pero en los años '90 no había mujeres en la mafia capaces de manejar explosivos y por lo tanto hay que buscarlas en otros entornos y en otras estructuras. Quizás en ese lado de organizaciones paralelas y terroristas que actuaron junto a Cosa Nostra en las matanzas continentales si no en las de Sicilia. Cosa Nostra -concluyó el magistrado- pudo haber sido utilizada como agencia de servicios criminales como drogas y sicariato. Alguien le pudo haber pedido a Cosa Nostra ciertas acciones y, hoy, considerar esas masacres como operaciones de falsa bandera podría ser un requisito previo para intentar avanzar más en la investigación". Lunetta Savino: "Paolo Borsellino. Yo recuerdo" En el último acto del congreso, la actriz Lunetta Savino leyó un artículo del escritor y periodista Saverio Lodato, publicado en nuestra revista y titulado "Paolo Borsellino. Yo recuerdo": "Paolo Borsellino pensaba que todos eran culpables. Paolo Borsellino era justicialista. Paolo Borsellino era todo menos garantista. Pensaba que todos eran culpables, en la medida en que exigió, con su trabajo, que los mafiosos pagaran con prisión los crímenes de sangre que habían cometido y con los que habían puesto de rodillas a Sicilia y a toda Italia. Era justicialista, en la medida en que la única arma que utilizó para luchar contra Cosa Nostra y sus cómplices fue la ley, dentro de un Estado de derecho. Justicialista, en cuanto iba armado de justicia. ¿Se entiende a qué hacemos referencia? Al antiguo equilibrio de los griegos. No era garantista, si por garantismo entendemos lo que hoy se entiende: las infinitas vías de escape, legales y procesales, que la política pretende garantizar al crimen mafioso. ¿Paolo Borsellino era fascista? Sobre este tema, hacía bromas. Al suscrito le concedió, en años muy lejanos, el honor de darle la primera entrevista para un diario nacional -L'Unità- cuando aún no había entrado en el radar de los diarios locales, ni siquiera de Palermo. Y cuando tampoco había entrado Giovanni Falcone. Así como no había aparecido todavía ese nuevo instrumento desconocido -el "pool" antimafia, que se haría legendario sólo mucho más tarde- la primera forma de autodefensa para aquellos magistrados, que se arriesgaban a ser asesinados cada día, y que todavía se intentaba poner a punto. El garantismo, la cultura de la sospecha, la "derecha", la "izquierda" y el "centro", es decir, la política, la dejaron del otro lado de la puerta. La veían como cortinas de humo ante los ojos. Pero volvamos a Borsellino. Nos preguntaron si había sido fascista. Como joven estudiante universitario, seguro que sí. Como después de esa entrevista le hice muchas más, ante el desinterés del resto de los periódicos italianos y sicilianos, un día, riéndose a carcajadas, con esos inolvidables bigotes que no lograba mantener quietos, me dijo: "Los míos no entienden por qué le doy tantas entrevistas a L'Unità y los tuyos se preguntarán por qué insiste en pedir siempre su opinión. Los estamos volviendo locos". Sí: "míos" y "tuyos", porque él se consideraba de derecha y a mí me consideraba comunista. Esa fue la clave de todo. Para Paolo Borsellino, las opciones políticas individuales de cada uno no debían interferir en la lucha contra la mafia. Y así, como él, pensaban Giovanni Falcone y todos los demás miembros del "pool" antimafia. Querían y obtuvieron, al precio de inmensos sacrificios, el "maxi" proceso. Lo menos garantista que se pueda imaginar. Aprobaba las acciones patrimoniales contra el dinero mafioso mal habido, ideadas por Pio La Torre, el secretario del Partido Comunista de Sicilia, asesinado por la mafia, antes de que el Parlamento aprobara la ley que lleva su nombre. Incautar los bienes de la mafia es también lo menos garantista que se pueda imaginar. Querían y obtuvieron cadenas perpetuas para los mafiosos, confirmadas por la Casación. Hoy, la primera ministra recuerda a los italianos que hace quince años decidieron entrar en política en nombre de Paolo Borsellino. Bien. Buena elección. Pero la gente de hoy no sabe que todo lo que hizo Paolo Borsellino no lo hizo porque "era fascista". Y no queremos decepcionar a Giorgia Meloni. Pero hizo todo lo que hizo porque pertenecía a una raza particular de hombres: los que no aceptan convivir con los poderes criminales. Ojalá hubiera hoy muchos 'fascistas' así". Foto de portada: Antimafia Duemila Foto 2: Sonia Bongiovanni lee a Nino Di Matteo Foto 3: Deb Photo Foto 4: Giorgio Bongiovanni y Lorenzo Baldo / Paolo Bassani Foto 5: Deb Photo Foto 6: Roberto Scarpinato / Paolo Bassani Fotos 7, 8, 10 y 11: Paolo Bassani Foto 9: Deb Photo Foto 12: Salvatore Borsellino / Paolo Bassani Fotos 13 y 14: Paolo Bassani Foto 15: Giorgio Bongiovanni / Paolo Bassani Fotos 16 y 18: Deb Photo Foto 17: Paolo Bassani Foto 19: Vincenzo Agostino junto a su hija Flora / Paolo Bassani |
EN EL CINE GOLDEN LOS AUTORES EXTERNOS DE LA MASACRE DE VIA D’AMELIO
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