Las Agendas Rojas reconstruyen los hechosHemos recibido y ofrecemos a nuestros lectores este artículo publicado en el sitio web 19 luglio1992.com por las Agendas Rojas de Salvatore Borsellino. Una nota que aclara una vez más que el desvío de las investigaciones de via D'Amelio, que probablemente comenzó incluso antes de que ocurriera la masacre, fue realizado por sujetos que nada tienen que ver con el magistrado Nino Di Matteo, objeto de nuevos ataques por parte de la prensa habitual. (Aaron Pettinari) Tras el enésimo ataque al que es sarcásticamente definido como "el magistrado más protegido de Italia", culpable –según cierta prensa (minoritaria) que podría ser calificada eufemísticamente de negacionista– de pistas falsas y errores judiciales, acusado descaradamente de tener el más alto nivel de protección, como si hubiera sido su elección tener que vivir sin ninguna libertad durante décadas y como si ciertas decisiones dependieran de él y no del Comité de Orden y Seguridad (órgano colegiado del Estado italiano, experto e independiente), creemos que ha llegado el momento de dejar hablar a los hechos, los cuales, como tales, están libres de consideraciones y juicios de carácter subjetivo y oportunista. Así que hablemos del papel de Nino Di Matteo en el "desvío más grave de la historia de la República", o el "caso Scarantino", y empecemos por el dato más objetivo que existe: las fechas. El comienzo del desvío de las investigaciones Vincenzo Scarantino fue detenido el 26 de septiembre de 1992 e inició la (falsa) colaboración con la justicia el 24 de junio de 1994. En ese lapso de tiempo, el futuro falso arrepentido sostuvo entrevistas indagatorias con integrantes del grupo investigador de la Policía Estatal Falcone-Borsellino e interrogatorios con algunos magistrados del Ministerio Público de Caltanissetta (Giovanni Tinebra, Ilda Boccassini, Carmelo Petralia, Fausto Cardella y Francesco Paolo Giordano), en presencia del personal del grupo Falcone-Borsellino (en particular Arnaldo La Barbera). En el momento del arresto de Vincenzo Scarantino, Nino Di Matteo todavía era un simple auditor judicial (una vez ganado el concurso de ingreso, el nuevo magistrado está obligado a un período de dos años de apoyo junto a un magistrado ordinario, que se llama auditor judicial, ndr). Mientras tanto, el 3 de enero de 1994, la fiscalía de Caltanissetta, en el juicio Borsellino Uno, solicitó el envío a juicio de cuatro sospechosos (Vincenzo Scarantino, Salvatore Profeta, Pietro Scotto y Giuseppe Orofino) por el delito de concurso en la masacre de via D'Amelio. El juicio comenzaría el siguiente 4 de octubre. Nino Di Matteo, en esos años, ni siquiera formaba parte del grupo de fiscales que se ocupaban de las masacres y, al no haber terminado su instrucción, no participó en el juicio Borsellino Uno, que de hecho fue dirigido por los fiscales Carmelo Petralia y Anna Maria Palma (quienes se unirían al grupo de masacres en agosto de 1994). Como ya se mencionó, el 24 de junio de 1994, después de haber realizado una nueva entrevista de investigación en la prisión de Pianosa con Arnaldo La Barbera, Vincenzo Scarantino manifestó su deseo de colaborar con la justicia, afirmando que había contribuido a la organización de la masacre de via D'Amelio. Los magistrados presentes en su primer informe como "colaborador" fueron Carmelo Petralia e Ilda Boccassini. El segundo informe se firmó el 29 de junio: Scarantino fue interrogado por los magistrados Giovanni Tinebra, Carmelo Petralia, Ilda Boccassini y Roberto Saieva, en presencia de Arnaldo La Barbera. Entre el 4 y el 13 de julio de 1994, en la cárcel de Pianosa, tuvo lugar una anómala serie de entrevistas de investigación entre Vincenzo Scarantino y los hombres del grupo Falcone-Borsellino dirigido por La Barbera, conversaciones que luego serán objeto de duras críticas en el Borsellino Quater. Los magistrados que firmaron la autorización para esas conversaciones fueron Ilda Boccassini y Roberto Saieva. Nino Di Matteo informó que solo supo de su existencia en el 2015, cuando se discutió el tema durante su declaración en el juicio Borsellino Quater. El 15 de julio de 1994 fue el turno del tercer informe: Scarantino fue interrogado por Ilda Boccassini, en presencia de Arnaldo La Barbera. El 19 de julio de 1994, la Fiscalía de Caltanissetta realizó una rueda de prensa para comunicar, con explícito orgullo, el gran paso adelante dado en la investigación de la masacre de Via d'Amelio: la colaboración de Vincenzo Scarantino. La rueda de prensa estuvo encabezada por el fiscal jefe Giovanni Tinebra y la fiscal adjunta Ilda Boccassini (la única que intervino, luego de una breve frase del adjunto Francesco Paolo Giordano). "Hoy recordamos el segundo aniversario de la masacre de via D'Amelio y tenemos la profunda, conmovida, consciente satisfacción de conmemorarlo de la manera adecuada, es decir, de manera eficaz. De hecho, ayer solicitamos y obtuvimos dieciséis órdenes de prisión preventiva contra algunos de los autores intelectuales y materiales de la masacre. (…) Scarantino. Creo que finalmente puedo decir que esta Dirección Distrital Antimafia ha cumplido con sus compromisos. (…) Tenemos una confesión plena con quince personas en coautoría y apenas estamos comenzando. Tenemos la oportunidad de afirmar en el campo y con los hechos que esta masacre también fue ordenada por Totò Riina, quien tuvo una reunión, con ciertos miembros de la cúpula, exactamente los jefes de las secciones involucradas bajo un perfil ejecutivo, es decir, las secciones de la Guadagna, Pietro Aglieri y Carlo Greco, y el de Brancaccio, uno de los hermanos Graviano en representación del resto". (Giovanni Tinebra). "Las investigaciones puramente investigativas fueron recompensadas una vez más. Nos movimos con una lógica de agresión al territorio y esto se vio recompensado cuando uno de los responsables de este crimen accedió a colaborar con el Estado. (…) Sin la ayuda de Di Maggio, sin la colaboración del director de Pianosa, de todos los agentes a los que estamos totalmente agradecidos, no hubiera sido posible interrogar por primera vez a Scarantino en la prisión de Pianosa, sin tener que transportarlo a un centro extra carcelario. Son excelentes resultados que estamos obteniendo. (…) Este concepto hay que repetirlo hasta el infinito, porque ya hubo investigaciones que nos permitieron evaluar cabalmente lo que nos dijo Vincenzo Scarantino. (…) Me pregunto por qué todavía hoy se publican noticias sobre dos falsos teoremas que comparan las declaraciones de otro colaborador de justicia, Salvatore Cancemi, a las de Scarantino, diciendo que se oponen entre sí, lo cual no es cierto". (Ilda Bocassini). Evidentemente, Tinebra y Boccassini estaban convencidos de la autenticidad de las declaraciones de Vincenzo Scarantino. Nino Di Matteo aún no formaba parte del grupo de fiscales que trabajaban en las masacres. En el verano las actas que firmó Scarantino fueron tres: 28 de julio de 1994. Scarantino es interrogado por Ilda Boccassini y Roberto Saieva, en presencia de Vincenzo Ricciardi. 11 de agosto de 1994. Scarantino es interrogado por Giovanni Tinebra, Anna Maria Palma y Carmelo Petralia. 12 de agosto de 1994. Scarantino es interrogado por Anna Maria Palma y Carmelo Petralia. En agosto, Ilda Boccassini se fue de vacaciones y, al mismo tiempo, Anna Maria Palma pasó a formar parte del grupo de fiscales de Caltanissetta que se ocupó de las masacres. Además, en el verano de 1994, la Escuadra Móvil de Palermo realizó inspecciones in situ con Vincenzo Scarantino (actividades de identificación de ubicación realizadas por el colaborador en presencia de la autoridad judicial y/o la policía judicial) para ubicar el garaje de Giuseppe Orofino y seguir el camino que hizo el Fiat 126 para llegar a via D'Amelio. Años después, Scarantino acusaría a la policía de haberle indicado todas las referencias que debía reconocer y de las que, en cambio, no tenía conocimiento. Los jueces de primera instancia del proceso Borsellino Quater dijeron: "Y bien, de la ejecución de tal inspección, en el verano de 1994, hay amplio rastro en el presente juicio. Sin embargo, del informe de inspección, ciertamente realizado con Vincenzo Scarantino, no hay ningún rastro en los expedientes de los juicios anteriores (los allanamientos, ordenados por la Corte, dieron resultados negativos, y no hay menciones del hecho en las sentencias de los juicios anteriores)". Los magistrados que probablemente habían autorizado aquellas inspecciones, llamados a responder en el citado juicio, no recordaban nada, ni siquiera se habían quejado de la ausencia de ese importante documento. Nino Di Matteo, lo repetimos, aún no formaba parte del grupo de las masacres. El 6 de setiembre de 1994 llegó el turno del que resultó ser el interrogatorio más problemático para la colaboración de Vincenzo Scarantino. Si hasta ese momento el "arrepentido" había descripto las formas en que supuestamente había tomado posesión del Fiat 126 que luego se utilizó como coche bomba, con motivo del informe del 6 de septiembre, aparecieron las entonces muy criticadas declaraciones sobre la "reunión en la villa de Calascibetta". Scarantino, ante los magistrados Ilda Boccassini, Carmelo Petralia y Anna Maria Palma, informó que, en la reunión en la villa de Giuseppe Calascibetta, durante la cual Riina habría decidido el asesinato de Borsellino, estuvieron presentes los jefes mafiosos Salvatore Cancemi, Mario Santo Di Matteo y Gioacchino La Barbera. Nino Di Matteo aún no se había sumado al grupo de las masacres El 12 de octubre de 1994 fue redactado e impreso por Ilda Boccassini y Roberto Saieva un "recordatorio" (llamado así en el propio documento), llamado "Notas de trabajo para la reunión de la DDA (Dirección Distrital Antimafia) del 13.10.94". En su introducción dice: "... se somete a la atención de los colegas el siguiente memorando acompañado de propuestas operativas específicas"; en su interior, estaban expuestas las dudas sobre la confiabilidad del arrepentido Scarantino. Del citado recordatorio o memorando, al faltar las firmas de los dos magistrados, no existe ningún rastro en los archivos de la fiscalía de Caltanissetta. Su existencia solo se supo gracias al fiscal de Palermo en ese momento, Francesco Messineo, quien, después de haberlo encontrado en los archivos de la Fiscalía de Palermo, lo envió a la Fiscalía de Caltanissetta. Nada se sabe si y quién, de la fiscalía de Caltanissetta, recibió la nota en 1994. La reunión del 13 de octubre, para la que se redactó esa nota, nunca se llevó a cabo. A pesar de ello, Ilda Boccassini afirmó habérselo entregado a los doctores Tinebra, Palma y Di Matteo, mientras que Roberto Saieva recordó habérselo entregado únicamente al Dr. Tinebra. Ningún magistrado interrogado en el cuarto juicio de la masacre de via D'Amelio (el instruido tras el desvelamiento del engaño) recordaba haberlo tenido nunca en sus manos. Los doctores Palma y Di Matteo, además, excluyeron expresamente haberlo visto alguna vez en las oficinas de la fiscalía de Caltanissetta. ¿Lo recibió la fiscalía de Caltanissetta? ¿Lo leyeron los magistrados? Se pueden adelantar hipótesis, algunas más probables que otras, pero ninguna se puede verificar con certeza. Lo único cierto es que se perdieron los rastros de esa nota en la Fiscalía de Caltanissetta y que los doctores Boccassini y Saieva no consideraron necesario informar al CSM (Consejo Superior de la Magistratura) de su contenido. El 14 de octubre de 1994, habiendo finalizado el período de aplicación, Ilda Boccassini y Roberto Saieva abandonaron la Fiscalía de Caltanissetta. En noviembre de 1994, el fiscal jefe Giovanni Tinebra, luego de la reorganización del pool tras la salida de los magistrados que habían dejado la Fiscalía, le pidió al joven fiscal Nino Di Matteo que hiciera constar en acta todas las declaraciones de Vincenzo Scarantino. El primer interrogatorio de Vincenzo Scarantino en el que participa Di Matteo lleva fecha del 18 de noviembre de 1994 (también estuvieron presentes Anna Maria Palma y Carmelo Petralia), labor que continuó en los días siguientes del 19, 21, 22 y 25 de noviembre. Los elementos que confirman las declaraciones de Vincenzo Scarantino en esos años Ahora pasemos a los datos que tenía Nino Di Matteo cuando empezó a trabajar en la masacre de via D'Amelio y, en concreto, en el papel de Vincenzo Scarantino en ella: 1) La confesión de Salvatore Candura y Stefano Valenti, quienes señalaron a Vincenzo Scarantino como el instigador del robo del Fiat 126, del que se acusaban. Hoy sabemos que ellos también eran falsos arrepentidos, pero en ese momento nadie lo sabía. Hasta donde sabían los fiscales, y más Nino Di Matteo que no estaba presente en el momento de la detención de Candura y Valenti (septiembre de 1992), la Escuadra Móvil comandada por Arnaldo La Barbera (entonces considerado por todos como un excelente investigador y buque insignia de la Policía Estatal) había llegado a ellos a través de sólidas escuchas telefónicas; 2) La confesión de Francesco Andriotta, quien declaró ante los magistrados que había recibido las confidencias auto acusatorias (por la masacre de Via d'Amelio) de Vincenzo Scarantino durante un período de detención conjunta en prisión. Andriotta estaba detenido por un asesinato en el norte de Italia que no tenía nada que ver con la mafia. Hoy sabemos que él también fue otro falso arrepentido alimentado por hombres de las instituciones, pero en su momento nadie pudo albergar la menor sospecha. De hecho, precisamente en virtud de su posición, parecía ser un testigo confiable. 3) La confesión de Vincenzo Scarantino, quien se auto acusó de haber organizado el robo del Fiat 126 y su transporte al garaje de Giuseppe Orofino, donde luego sería llenado de explosivos. Además, las declaraciones auto acusatorias de Scarantino coincidieron con las de Salvatore Candura y Francesco Andriotta. Los magistrados, desconociendo el papel desempeñado por Arnaldo La Barbera, no pudieron hacer otra cosa que considerar genuinas sus declaraciones, ya que los "arrepentidos" no podían de otra manera haber tenido conocimiento de elementos que habían sido confirmados por las investigaciones. 4) La referencia, desde el primer interrogatorio de Vincenzo Scarantino, al garaje de Giuseppe Orofino (donde se robó la matrícula que luego se aplicó al autobomba), al robo del Fiat 126 mediante la rotura del bloqueo de la dirección y a la sustitución de las placas del vehículo. Todos elementos confirmados por las pruebas de las investigaciones de la Escuadra Móvil de Palermo y que ciertamente habrían sido ajenos al patrimonio del conocimiento personal de Scarantino, si él no hubiera sido el autor del robo (o, como se supo solo quince años después, preparado por hombres que habían realizado la investigación). 5) La llamada en complicidad de Pietro Scotto, un trabajador de la compañía telefónica Sielte que, según las acusaciones de Scarantino, estaría supuestamente involucrado en la intercepción ilegal de las conversaciones telefónicas entre Paolo Borsellino y su madre, medio a través del cual se eligió el día y la hora para llevar a cabo el atentado. Bueno, Pietro Scotto fue identificado por dos testigos oculares excepcionales, a saber, la hija de Rita Borsellino, que en ese momento vivía en via D'Amelio, y su novio en ese momento. Además, se agregó a los documentos del juicio una consulta técnica que confirmó la probable manipulación de la línea telefónica en el número 19 de via D'Amelio. 6) La información del Servicio de Inteligencia y Seguridad Democrática, SISDE (involucrado por el propio fiscal de Caltnissetta, Giovanni Tinebra, quien solicitó asistencia al oficial de inteligencia Bruno Contrada) en las semanas posteriores a la masacre: el 4 de agosto de 1992, el Servicio Civil envió un informe detallado sugiriendo la participación del clan Madonia de Palermo en la masacre; el 13 de agosto de 1992, una nota del SISDE de Palermo comunicaba la llegada de noticias inminentes "sobre los autores materiales del robo del automóvil y el lugar donde habría estado guardado antes de ser utilizado en el atentado"; el 17 de octubre Lorenzo Narracci, subjefe del SISDE de Palermo, firmó una nota con los nombres de Luciano Valenti, Roberto Valenti y Salvatore Candura; finalmente, el 19 de octubre de 1992, el SISDE de Palermo informó sobre las "importantes" conexiones mafiosas de Scarantino, vinculado –según la referida inteligencia– no sólo a su cuñado Salvatore Profeta, hombre de honor de la familia mafiosa de Santa Maria di Gesù, sino también a la familia Madonia de Resuttana. A estos datos también hay que sumar la complicidad, por parte de Vincenzo Scarantino, con unos mafiosos acusados de estar presentes en el momento de la preparación del coche bomba, sujetos (como Lorenzo Tinnirello y Francesco Tagliavia) cuya presencia luego sería confirmada por Gaspare Spatuzza, verdadero autor del robo del 126 y que estuvo presente en el garaje donde se llenó el coche de explosivos. El careo con los arrepentidos Como hemos visto, en el interrogatorio del 6 de setiembre de 1994, Vincenzo Scarantino, hablando de la reunión cerca de la villa de Giuseppe Calascibetta, informó de la presencia de tres jefes de la mafia, que luego se convirtieron en colaboradores de justicia: Mario Santo Di Matteo, Gioacchino La Barbera y Salvatore Cancemi. El 13 de enero de 1995, Scarantino fue careado con los tres jefes, quienes se burlaron de él frente a los fiscales y descartaron que alguna vez pudiera haber sido parte de Cosa Nostra. Cancemi incluso aludió a un apuntador que habría instruido a Scarantino. La versión de Scarantino sobre la reunión en la villa de Calascibetta, aunque objetivamente poco creíble en la narración de los hechos, puso en tela de juicio a tres sujetos sobre cuya colaboración los magistrados tenían motivos para dudar: Cancemi, hasta ese momento, había negado haber tomado parte en la Masacre de via D'Amelio (confesaría su participación recién en 1996); Santino Di Matteo, cuyo hijo de catorce años ya había sido secuestrado, fue interceptado en la primera entrevista en prisión con su esposa, cuando esta le suplicaba que no hablara de los policías infiltrados en la masacre; sobre La Barbera había llegado información según la cual, "cuando regresó a Palermo, habría cometido delitos" (audiencia de Nino Di Matteo en el CSM, 17 de septiembre del 2018). Las retractaciones de Vincenzo Scarantino El 25 de julio de 1995 fue el día de la primera retractación pública de Vincenzo Scarantino. Ante los micrófonos del periodista de Estudio Abierto, Angelo Mangano, Scarantino confesó que había mentido y que no sabía nada sobre la masacre de via D'Amelio. En la entrevista, Scarantino acusó a Arnaldo La Barbera de obligarlo a mentir, pero esa parte no se emitió y la Policía Estatal incautó la grabación completa de la entrevista que nunca más se volvió a encontrar. Al día siguiente Scarantino declaró ante el fiscal Carmelo Petralia, ante quien se retractó. Antes del interrogatorio con el fiscal, Scarantino había recibido la visita de algunos hombres del grupo de investigación Falcone-Borsellino, incluido Mario Bò, con quien tuvo un acalorado enfrentamiento. Durante toda la permanencia de Vincenzo Scarantino en el lugar de protección en Liguria, Nino Di Matteo no tuvo ningún contacto con el arrepentido. El 15 de setiembre de 1998, durante una audiencia en el juicio Borsellino Bis, Vincenzo Scarantino se retractó públicamente por segunda vez y acusó a los magistrados y policías de obligarlo a mentir. Por esa confesión –de la que se retractó por segunda vez en 2002– Scarantino fue sometido a juicio por calumnias contra Anna Maria Palma, Carmelo Petralia y Arnaldo La Barbera, quien lo vio condenado, con sentencia firme, a ocho años de prisión. Los "periódicos" que hoy acusan a Nino Di Matteo de ser "el magistrado más protegido de Italia", señalaron reiteradamente con el dedo las declaraciones que el fiscal emitió tras la segunda retractación de Scarantino, enmarcadas (erróneamente, esto es poco pero seguro, pero en retrospectiva) como el intento de la mafia de contaminar las investigaciones y los juicios. Sin embargo, los "periódicos" antes mencionados tienen mucho cuidado de no señalar un "pequeño" hecho, que pasó desapercibido (por los medios) incluso durante el juicio Borsellino Quater, pero que arrojó una luz aún más inquietante sobre todo el asunto: después de la retractación de Scarantino, un sacerdote que vivía en la aparentemente lejana Emilia-Romagna, don Giovanni Neri, fue llamado a declarar en los juicios "Borsellino Uno" y "Borellino Bis". El hombre, párroco de Marzaglia (Módena), informó a los magistrados "sobre la fuerte presión ejercida sobre Scarantino a partir de junio de 1998 para que se retractara de las acusaciones originales" (sentencia del Tribunal de Casación, proceso "Borsellino Uno", 16 de diciembre del 2000). Pues bien, esas declaraciones del párroco llegaron a los fiscales de Caltanissetta, incluido Nino Di Matteo, incluso antes de la retractación del falso colaborador, tanto que los magistrados ya habían sido advertidos de antemano que Scarantino se había retractado aquel 15 de setiembre de 1998. Pero la cosa no terminó ahí. En el juicio por el desvío de las investigaciones de via D'Amelio (audiencia del 21 de junio de 2019) prestó declaración Luigi Catuogno, inspector de la Policía del Estado, entre 1996 y 1998 a cargo de la protección de Scarantino. El testigo relató a los jueces lo que sucedió tras la retractación de Scarantino, en 1998: "Hubo un gran revuelo ese día. Se omitió la ubicación protegida. Luego, Scarantino fue llevado a Rebibbia. No vi a la familia de este párroco (Don Giovanni Neri, ndr). Cuando llegamos allí, vimos un Hyundai de seis cilindros. En ese momento era un automóvil suministrado a los organismos estatales. Se nos acercó un hombre y le pregunté quién era. Él respondió: 'no te preocupes'. Luego me llevó a un ático de la iglesia y el mobiliario era como el que teníamos en la oficina, había armarios, carpetas y hasta las mismas luces que en nuestras oficinas. Hablamos durante tres, cuatro minutos. Tuve la impresión de que sabía quiénes éramos. Pero nunca supimos quién era esta persona. Solo sé que no me gustó hada ese hecho". Incluso Scarantino, durante su testimonio en el juicio Borsellino Quater (4 de junio del 2015), se refirió a la figura de don Giovanni Neri: "Después de que hablé con don Giovanni Neri, me llevó a su cuartito, desconectó el teléfono porque podían escucharnos y le conté todo. Me escuchó, me dijo que me calmara". Por lo que había sabido por su hermano, Scarantino estaba en conocimiento de que don Neri tenía relaciones con la policía "por un tema de prostitución, eran amigos, mi hermano me dijo que era policía". Para agregar humo a una situación ya opaca, las escuchas ambientales en la casa del prófugo Gaetano Scotto también ocurrieron en ese período. Según informó el propio Nino Di Matteo con motivo de su audiencia ante el CSM (17 de setiembre del 2018), la esposa de Scotto, Cosima D'Amore, "dijo que un abogado le había pedido a la familia del prófugo que recaudara fondos para dárselos a Scarantino para que se retracte. Por ello, tanto por nosotros como por la Corte, esa retractación se consideró inducida". Las decisiones de Nino Di Matteo en el juicio Borsellino Bis Como hemos visto, Nino Di Matteo no condujo la investigación y no participó del debate del proceso Borsellino Uno. Las sentencias dictadas a los acusados inocentes en ese juicio, por lo tanto, no le pueden ser atribuidas. En cuanto al proceso Borsellino Bis, segundo y último proceso sujeto a revisión tras la colaboración de Gaspare Spatuzza (el primero fue, precisamente, el Borsellino Uno), Nino Di Matteo, como ha quedado sobradamente demostrado, no participó en las investigaciones que dieron lugar a las medidas cautelares solicitadas y aplicadas el 19 de julio de 1994 y ni siquiera asistió a la audiencia preliminar. Sin embargo, condujo el juicio de primera instancia, sobre la base de las pruebas reunidas por sus colegas. Al concluir el Borsellino Bis, Nino Di Matteo sostuvo la limitada confiabilidad de Vincenzo Scarantino, tanto que pidió la absolución por el delito de masacre para tres de los siete sujetos cuestionados por el falso arrepentido (incluidos Gaetano Murana y Giuseppe Calascibetta). Además, en la acusación, argumentó que solo se podían utilizar los primeros tres informes de Scarantino de 1994, ya que posteriormente se había producido una "contaminación por el propio Scarantino". Por la misma razón, Scarantino ni siquiera fue incluido en la lista de testigos del nuevo juicio, Borsellino Ter, instruido desde el comienzo por el Dr. Di Matteo. 18 de diciembre de 1998. Al final de la acusación del proceso Borsellino Bis, los fiscales Anna Maria Palma y Nino Di Matteo solicitaron doce penas de cadena perpetua (para los jefes Salvatore Riina, Pietro Aglieri, Salvatore Biondino, Carlo Greco, Giuseppe Graviano, considerados autores intelectuales, y para Francesco Tagliavia, Natale Gambino, Giuseppe La Mattina, Lorenzo Tinnirello, Cosimo Vernengo, Gaetano Scotto y Giuseppe Urso, considerados ejecutores materiales). Los fiscales pidieron la absolución del cargo de masacre para Gaetano Murana, Giuseppe Calascibetta y Antonio Gambino. Y absolución de todos los delitos imputados para Giuseppe Romano. El 13 de febrero de 1999, el Tribunal Penal del juicio Borsellino Bis condenó a Salvatore Riina, Pietro Aglieri, Carlo Greco, Giuseppe Graviano, Francesco Tagliavia, Salvatore Biondino, Gaetano Scotto y otras diez personas a cadena perpetua por asociación mafiosa. En cambio, Natale y Antonino Gambino, Giuseppe La Mattina, Lorenzo Tinnirello, Cosimo Vernengo, Giuseppe Urso, Giuseppe Calascibetta y Gaetano Murana fueron absueltos (del delito de masacre). El 16 de noviembre de 1999, incluso antes de que Scarantino formulara la segunda retractación (ocurrida en el 2002), los fiscales generales de Caltanissetta, Maria Giovanna Romeo y Dolcino Favi, en el marco del proceso Borsellino Bis, presentaron un recurso contra las absoluciones de Gaetano Murana, Natale y Antonino Gambino, Giuseppe Calascibetta, Giuseppe La Mattina, Lorenzo Tinirello, Giuseppe Urso y Cosimo Vernengo. La misma solicitud se hizo contra Salvatore Vitale y Salvatore Tomaselli, condenados únicamente por asociación mafiosa, y contra Giuseppe Romano, absuelto en primera instancia por asociación mafiosa. Además, el 7 de marzo de 2001, apareció en escena otro falso arrepentido: Calogero Pulci, un exmafioso de la provincia de Caltanissetta, que durante su audiencia en el juicio Bis, acusó a Gaetano Murano de haberle confiado que había participado en la masacre, dando así una respuesta a las declaraciones de Scarantino. El 1º de febrero del 2002, Vincenzo Scarantino se retractó de la retractación del 15 de septiembre de 1998. El 18 de marzo del 2002, el Tribunal de Apelación de Caltanissetta, en el juicio Borsellino Bis, endureció el veredicto de primera instancia, condenando a trece acusados a cadena perpetua, incluidos Cosimo Vernengo, Natale Gambino, Giuseppe La Mattina, Lorenzo Tinnirello, Gaetano Murana y Giuseppe Urso. Nino Di Matteo no participó en el proceso de segunda instancia. Conclusiones Hoy sabemos que Vincenzo Scarantino fue un falso arrepentido, adoctrinado por figuras institucionales, entre ellas, según certificó el Tribunal Penal de Caltanissetta del proceso Borsellino Quater, el exdirector de la Escuadra Móvil de Palermo, Arnaldo La Barbera. En ese momento, sin embargo, a nadie se le hubiera ocurrido acusar a La Barbera de realizar actividades contrarias a los deberes oficiales, y mucho menos de desviar las investigaciones. Y, a pesar de lo que ahora se afirma, con las certezas graníticas derivadas de la genuina colaboración en el 2008 de Gaspare Spatuzza, en los años 90 la figura de Vincenzo Scarantino no movía tanto a risa como hoy se quiere hacer pensar: hasta el reportaje del 6 de septiembre de 1994, las declaraciones de Scarantino coincidían con los elementos que surgieron de las investigaciones policiales (elementos que Scarantino no podía conocer), había notas del SISDE que lo señalaban como sujeto vinculado a Cosa Nostra, estaba su confesión y la de otros tres arrepentidos (Candura, Valenti y Andriotta), estaba el testimonio de un párroco de Módena que se refirió a los intentos de terceros para convencer a Scarantino de retractarse. Ciertamente también hubo indicios de falta de fiabilidad, que de hecho Nino Di Matteo tuvo en cuenta, tanto que pidió la absolución de los acusados en el caso de que la prueba fuera únicamente la confesión de Scarantino. Nino Di Matteo no supo del pedido del fiscal jefe de Caltanissetta, Giovanni Tinebra, dirigido al número dos del SISDE, Bruno Contrada, para colaborar en las investigaciones. Nino Di Matteo no sabía nada de las conversaciones preventivas a puerta cerrada entre Giovanni Tinebra y Vincenzo Scarantino con motivo de algunos interrogatorios (circunstancia denunciada por la fiscal Ilda Boccasini recién en el 2020, durante el juicio por el desvío de via D'Amelio, a pesar de ya había declarado como testigo en el juicio Borsellino Quater en el 2014 y 2015, cuando Tinebra aún vivía, ya que falleció en el 2017). Nada se supo de las conversaciones de la investigación "fiume" de julio de 1994 entre Scarantino y los hombres del grupo Falcone-Borsellino, autorizadas de hecho por Ilda Boccasini y Roberto Saieva. Como se ha demostrado gracias a hechos indiscutibles, Vincenzo Scarantino había sido instruido mucho antes de que Nino Di Matteo comenzara a ocuparse de las investigaciones sobre las masacres. El desvío, por tanto, se consumó sin la aportación de Nino Di Matteo, que tuvo el único defecto de confiar en la corrección institucional de la Policía Judicial y de las investigaciones realizadas hasta ese momento. En retrospectiva, hoy, cualquiera (probablemente incluso el propio Di Matteo) podría decir que se cometieron graves errores de apreciación. Lo que no se puede decir con honestidad intelectual es que cualquiera, en 1994 y con los elementos que tenía a mano en ese momento, hubiera notado fácilmente el desvío. La verdad indiscutible es que el desvío de las investigaciones de via D'Amelio, que probablemente comenzó incluso antes de que ocurriera la masacre, fue realizado por sujetos que nada tienen que ver con el Dr. Nino Di Matteo. Y uno no puede dejar de preguntarse quién se está beneficiando de este intento de reducir todo el motivo engañoso de la investigación de la masacre de Via d'Amelio a un deseo de carrera de algunos y a la ignorancia, la presunción y la ingenuidad (que quizás también los haya habido) de otros. El desvío construido sobre la figura de Vincenzo Scarantino sirvió para distanciar las investigaciones de autores intelectuales ajenos a Cosa Nostra, cocreadores de la masacre y, hoy sabemos, gracias a la última sentencia del proceso sobre el desvío de las investigaciones, también co-ejecutores. El único gran ausente de las declaraciones de Vincenzo Scarantino en ese momento, a diferencia de las de Gaspare Spatuzza, es de hecho el hombre del Estado que estuvo presente en el garaje donde se preparó el coche bomba. No fue un tema de aspiraciones profesionales y de ingenuidad debido a su corta edad. Extraído de 19luglio1992.com .
Foto de portada: © Imagoeconomica
Foto 2: la exfiscal Ilda Boccassini © Imagoeconomica
Foto 3: masacre de via d'Amelio © Shobha
Foto 4: el exjefe de la Escuadra Móvil, Arnaldo La Barbera @ Imagoeconomica
Foto 5: el falso arrepentido Vincenzo Scarantino
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LA MÁQUINA DE EMBARRAR Y EL ROL DE NINO DI MATTEO EN EL DESVÍO DE VIA D’AMELIO
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