El General fue devuelto al servicio a pesar de las serias sospechas sobre la masacre de via D'Amelio

En relación con la Agenda Rosa

Giovanni Arcangioli, hoy general de brigada de Carabineros, fue sacado de su retiro (reserva). Se trata del sujeto inmortalizado en el acto de abandonar el lugar de la masacre, precisamente en aquella desafortunada tarde del 19 de julio de 1992, en dirección a la calle Autonomía Siciliana, sosteniendo el maletín del magistrado Paolo Borsellino. El fotograma que lo muestra con la pequeña valija de Borsellino fue tomado entre las 17.20 y las 17.30 horas del 19 de julio y fue descubierto en el 2005 cuando nuestro subdirector, Lorenzo Baldo, informó a la DIA (Dirección de Investigaciones Antimafia) de la existencia de la foto.

Se abrió una investigación y Arcangioli fue indagado por el robo de la agenda roja (absuelto definitivamente el 17 de febrero del 2009) y por falso testimonio a los fiscales (orden de archivo emitida el 26 de abril del 2012).

El letrado Fabio Repici, abogado de Salvatore Borsellino, durante su discurso de clausura del juicio de primera instancia del juicio Borsellino Quater, había precisado que "el Capitán Arcangioli ha renunciado al plazo de prescripción de ese delito. Fue absuelto con una sentencia definitiva en la forma en que las sentencias, conforme al artículo 425, pueden convertirse en firmes, renunciando al plazo de prescripción por lo cual esa sentencia puede ser revocada, según el artículo 436".

Por lo tanto, esto deja abierta la posibilidad de que algún día pueda haber una revocación de esa sentencia absolutoria.

Ahora bien ¿por qué se eligió a Arcangioli para volver al servicio?

El Comando del Arma, en base a lo informado por el diario Il Fatto Quotidiano, explicó que, dada la escasez de coroneles, la elección de Arcangioli no tiene costos mientras que trasladar a un colega abriría huecos en otros lugares.

Se trata de una acción totalmente legítima, sin embargo, es necesario recordar las durísimas palabras de la sentencia de Apelación del proceso Borsellino Quater, donde la Corte dedicó un capítulo a la desaparición de la Agenda Roja destacando las "múltiples contradicciones entre las declaraciones de varios testigos examinados". Entre estos también el del entonces capitán Giovanni Arcangioli, en servicio en el Núcleo Operativo Provincial de Carabineros de Palermo.

Los jueces del tribunal, al tiempo que destacan la sentencia de 'no ha lugar para proceder', dictada contra él por el juez de instrucción de Caltanissetta el 1º de abril del 2008, luego confirmada por la Corte de Casación el 17 de febrero del 2009, hablan del comportamiento "gravísimo" del entonces Capitán del Arma.

Los documentos dicen que el oficial de Carabineros admitió la circunstancia "sin dar ninguna explicación plausible de su comportamiento poco claro, limitándose a declarar (de manera muy poco convincente) que el maletín en cuestión -desde su punto de vista- en ese momento se trataba de un objeto de escasa o nula relevancia investigativa y del que no recordaba nada". Para los jueces, se trata de una afirmación "poco creíble" y, además, "en clara contradicción con el hecho de que el testigo, en un contexto tan caótico y dramático, se haya ocupado de sacar la bolsa del vehículo blindado, mirando el interior de la misma".

Recordemos que la familia Borsellino había informado de la existencia de la Agenda Roja a Arnaldo La Barbera (fallecido en 2002, ndr) que había liderado el grupo de investigación tras la masacre de via d'Amelio, quien se limitó a replicar "que esa agenda era fruto de nuestro desvarío". Los últimos avances en las investigaciones revelaron más tarde que La Barbera, en los años previos a su nombramiento como jefe de la Escuadra Móvil de Palermo, había estado durante un período a sueldo de los servicios secretos bajo el nombre en clave "Rutilius". Y precisamente La Barbera, en la sentencia del juicio Borsellino quater, es señalado como uno de los autores del desvío de la investigación de la masacre.

El amargo regreso de Arcangioli 2

El testimonio de Giovanni Arcangioli

Entre los muchos "no recuerdo" de su declaración en primera instancia del juicio Borsellino Quater, el oficial inicialmente dijo que no recordaba de quién obtuvo la bolsa y a quién se la entregó posteriormente. "No recuerdo cómo y por qué obtuve el maletín del juez Borsellino, ni qué pasó con él -le dijo a la Corte- miré que había adentro, quizás junto con el juez Ayala. No había nada relevante excepto un escudo de Carabineros. Precisamente porque no había encontrado nada interesante a nivel investigativo, no recuerdo qué hice después con el maletín".

Sin embargo, en el informe de fecha 5 de mayo del 2005, entregado a la autoridad judicial (cuya incorporación al proceso fue solicitada durante la audiencia), dice: "Si no recuerdo mal, abrí la puerta trasera izquierda y vi en el piso, donde habitualmente se apoyan los pies, un maletín, creo que marrón, de cuero, el cual tomé y llevé a donde estaban esperando el doctor Ayala y el doctor Teresi". "Uno de los dos magistrados antes mencionados –precisó entonces el oficial– abrió el maletín y encontramos que dentro no había ninguna agenda, sino solo unas hojas de papel. Verificado esto, no recuerdo con exactitud el desenvolvimiento de los hechos. Por lo que puedo recordar, instruí a uno de mis colaboradores, cuyo nombre no recuerdo, para que lleve el maletín al coche de servicio de uno de los magistrados. Es un recuerdo muy fugaz y podría ser inexacto".

El testigo, muy tenso a pesar de su experiencia, ha dicho en reiteradas ocasiones que no recuerda los hechos y que teme que lo investiguen de nuevo. "No sé qué hice para merecer esto. He visto a muchos otros que han cambiado sus versiones y ni siquiera han sido investigados y yo terminé en un juicio: llevo 8 años viviendo en esta situación que me ha destrozado a mí y a mi familia con los ataques de los diarios y la televisión".

Cuando se le preguntó por qué se había alejado más de 60 metros del auto de Borsellino con el maletín en la mano, respondió: "Yo giraba constantemente para darme cuenta de lo que estaba pasando. Al principio pensé que los Carabineros, en particular los del ROS, nos encargaríamos de la investigación de la masacre, luego supe por el capitán Minicucci (su superior en ese momento) que lo iba a hacer la policía. Tal vez hice ese recorrido varias veces. No recuerdo el momento en que tomé el maletín en mi mano. No recuerdo si lo puse en el auto, pero yo pensaba que no había nada relevante en el mismo".

Entonces Arcangioli afirmó haber informado del maletín a su superior, el entonces capitán Minicucci, "diciéndole que me llamó la atención el hecho de que tenía un escudo de Carabineros en su interior". Y sobre por qué no hizo un informe de servicio, se lamentó de que "en los últimos años se ha considerado extraño que no escribiera un informe de servicio sobre el episodio solo porque no consideré, quizás erróneamente, que fuera interesante el hallazgo, y no se considera extraño que el operador policial haya hecho el informe 6 meses después".

Posteriormente, la fiscalía, utilizando un iPad, mostró al propio Arcangioli un video parcialmente inédito de la masacre de via D'Amelio en el que el entonces capitán de Carabineros aparece en varios fotogramas conversando con otras personas. En el primero habla junto al carro blindado de Borsellino con una persona vestida de civil (sujeto no reconocido por Arcangioli, ndr). En el segundo con una persona en uniforme (el coronel dijo que podría reconocerlo con una foto ampliada, ndr). En la tercera se lo retrata más alejado mientras habla con tres suboficiales del Arma, identificados por el testigo. En este marco parece que Arcangioli está entregando un objeto (aparentemente el mismo maletín) a uno de los suboficiales.

Lo cierto es que al día de hoy se sigue investigando la masacre de via D'Amelio y los hechos relacionados con ella pero aún quedan varias zonas grises: misterios sin resolver que van más allá de la desaparición de la agenda roja, como la identidad del desconocido que Spatuzza dijo que estuvo presente durante la preparación del auto bomba; el infiltrado mencionado por la madre del pequeño Giuseppe Di Matteo a su marido en 1993; las confesiones que Borsellino le hizo a su esposa Agnese sobre Subranni y las que le hizo a sus colegas Massimo Russo y Alessandra Camassa sobre "un amigo que me traicionó".

Y treinta años después, el regreso de Arcangioli, a la luz de las sentencias del Borsellino Quater, deja un sabor amargo.

Foto de portada: Antimafia Duemila

Foto 2: la masacre de via D'Amelio en Palermo, el 19 de julio de 1992 / Shobha

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