Sábado 18 Mayo 2024
Por Sebastiano Ardita-10 de agosto de 2021

Queridos amigos, he sentido con mucha fuerza vuestro afecto y estima en los últimos días y les debo una explicación de por qué no puedo ser alcalde de Catania.

En primer lugar, por el respeto que tengo por los roles. Porque ese no es mi trabajo y no quiero ocupar espacios que no me pertenecen. Hoy más que nunca, en que los magistrados son acusados ​​(no siempre erróneamente) de querer invadir los ámbitos de la política, sería una elección muy inapropiada, solo formalmente legítima.

Pero también hay motivos personales que vienen después, pero que valen mucho para mí. De mi vida profesional he tenido todo lo que pude desear y no tengo otras metas que alcanzar. La estima y el cariño de mis conciudadanos es ya un bien precioso; no estoy interesado en ejercer poder sobre ellos. En todo caso, me gustaría dar algo a mi ciudad -no solo cumpliendo con mi deber público, que no hace falta decirlo- sino de manera concreta, silenciosa y gratuita. A continuación, les explicaré cómo y en compañía de quién tendremos la oportunidad de continuar este debate con sus comentarios.

Dicho esto, entiendo de dónde viene todo y mentiría si negara que hay un problema para elegir al alcalde, que debe ser la bandera de una comunidad de vecinos y debe defenderlos y representarlos al más alto nivel.

Me pregunto si es aceptable que el alcalde sea elegido por el equilibrio político; o, en el pasado, a veces incluso designado desde arriba por personajes que, por muy ilustres que fueran, hablaban el dialecto de otras regiones. Y todo esto sucedió en el desinterés de la sociedad, que también expresa inteligencias y personalidades de alto perfil.

En Catania, el alcalde debería ser también, o, ante todo, el alcalde de los pobres y de los suburbios que albergan a las tres cuartas partes de los electores; además debe estar capacitado y no ser necesariamente una emanación de los partidos.

Pero no puede ser un magistrado, no puedo ser yo.

Catania tiene hombres con las habilidades necesarias y no puedo mortificarlos con lo que podría parecer una elección de imagen.

Si resulta útil, usaré mi imagen para formar a los jóvenes y donde pueda ser útil sin invadir los campos ajenos. Porque no rehúyo el compromiso civil y de hecho les pido a quienes como yo han tenido mucho, que empiecen a hacer algo concreto por Catania: donar parte de su tiempo a los niños de los barrios; destinar una pequeña parte de sus ingresos a iniciativas de intervención social; supervisar con debates públicos la elección del alcalde, paro luego darle apoyo en las acciones difíciles y valientes en los barrios y para su reequilibrio socioeconómico. Y hacerlo desde la perspectiva de quien quiere devolver algo a los demás por haber recibido tanto. Debemos actuar como individuos solidarios y luego exigir seriedad y rigor a las instituciones, porque el público nos pertenece más que nuestra casa. Solo así la ciudad recuperará el peso institucional que se merece, incluso a nivel cultural y deportivo.

Por todo esto, y por ustedes, estoy ahí y siempre estaré ahí.

Los abrazo y les agradezco de corazón el cariño y la consideración que me han mostrado. Me han hecho sentir orgulloso de ser catanés.

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*Foto de portada: © Imagoeconomica

*Extraído de: Facebook