Domingo 5 Mayo 2024
El editorial-insulto de Eduardo Lamberti Castronuovo por ReggioTV
 
Por Giorgio Bongiovanni-3 de agosto de 2021

La semana pasada en Reggio Calabria concluyó una parte, con rito ordinario, del proceso denominado Gotha, que permitió identificar la forma en que se estructura el vértice superior (como escribieron los jueces de primera instancia en el trámite abreviado) "llamada a realizar tareas de gestión estratégica y, en última instancia, la gestión 'oculta' de las opciones de política criminal de la asociación de tipo mafioso".

El principal imputado de este tramo del proceso es el abogado Paolo Romeo, exdiputado del PSDI (Partido Socialista Democrático Italiano), cercano a la derecha subversiva y a estructuras paramilitares como Gladio, considerado uno de los siete miembros de la dirección estratégica de la 'Ndrangheta junto con Giorgio De Stefano (condenado en sentencia de trámite abreviado en apelación a 15 años y 4 meses de prisión, después de los 20 de primer grado).

Con la histórica sentencia del Tribunal Colegiado presidido por Silvia Capone, Romeo fue condenado a 25 años. Y junto a él, entre otros, fueron declarados culpables el cura de San Luca Don Pino Strangio (9 años y 4 meses de prisión); el abogado Antonio Marra (17 años de prisión), considerado el hombre de confianza de Romeo; el exsubsecretario regional Alberto Sarra (13 años), el hombre sombra de los clanes en la región de Calabria, Franco Chirico (16 años), el miembro del SISMI, Giovanni Zumbo (3 años y 6 meses), y el dirigente comunal Marcello Cammera (2 años, y absuelto de la agravante mafiosa).

En el juicio fueron absueltos el senador Antonio Caridi, acusado de concurso externo, y el expresidente de la provincia, Giuseppe Raffa, más otras 13 personas.

Y es en estas absoluciones donde cierta prensa inescrupulosa llevó a cabo el más vil de los ataques contra la Fiscalía de Reggio Calabria y los fiscales que encabezaron la acusación. Hablamos de Reggiotv.it con un editorial de Eduardo Lamberti Castronuovo ("El estrés que mata").

Una perorata de palabras, como no sucedió ni siquiera en el peor Palermo de la época de Falcone y Borsellino, en la que se hace referencia al "estrés" que pueden causar "algunos periodistas que, en alianza con los jueces, o mejor dicho con Fiscales no demasiado circunspectos pero dispuestos a pelear como si fueran Don Quijote ayudados por Sancho Panza, lesionan el derecho de imagen de cada uno de los habitantes de este extraño país que es Italia, y que tienen un comportamiento transparente". En la invectiva contra los fiscales, en particular contra el fiscal adjunto de Reggio Calabria Giuseppe Lombardo, cuya imagen en el servicio se propone continuamente, habla de "posiciones que derivan exclusivamente de un poder vulgar que se utiliza de forma gratuita y sin consecuencias". Surge entonces una pregunta "¿por qué los magistrados, o más bien los fiscales, que insultan a personas respetables no deberían pagar por su despojo gratuito, inaceptable, a menudo infundado?". Se mencionan las sentencias y, de hecho, las absoluciones. Incluso las no confirmadas por muerte del acusado, como el caso del juez Giuseppe Tuccio, ex presidente de sección de la Suprema Corte de Casación.

El editorial habla luego de Raffa, de Caridi y de las inexistentes acusaciones en su contra.

Habiendo reconocido que los jueces absolvieron a los citados con la fórmula "porque el hecho no subsiste" es absolutamente inútil hacer valoraciones claras al respecto, antes de leer los motivos de la sentencia.

Sin embargo, lo cierto es que, en estos cinco años de proceso, se han conocido hechos y fechorías de un sistema de poder que favoreció a la 'Ndrangheta, pero también a una serie de sujetos que han tenido que ver con ella, y que ganaron terreno político, económico, social y cultural.

Porque, como recordó Giuseppe Lombardo en su acusación, la 'Ndrangheta ha pasado de ser "un interlocutor de las instituciones para convertirse en una institución en sí misma" en medio de un "juego de varias partes puesto en marcha gracias a una generalizada hipocresía social. Un escenario que muchos conocían y que la mayoría pretendía no conocer".

La deslegitimación que mata

Bastante grave, entonces, es el hecho de que en el editorial no se mencione en ningún momento que para once de los imputados fue la propia fiscalía quien no pidió ninguna condena, y que esto ocurrió a la luz de una reciente sentencia de la Casación que prohibió utilizar las escuchas telefónicas y que alivió enormemente las pruebas en su contra.

Mirando tanto el juicio abreviado como el juicio ordinario, se puede decir que la sentencia sigue siendo histórica porque el nivel más alto de la 'Ndrangheta, el conocido hasta la fecha, fue puesto bajo proceso, y junto al abogado Giorgio De Stefano está el nombre de Paolo Romeo. También por esto se torna grave hablar de responsabilidad de los magistrados ante hechos que pueden no tener relevancia penal, pero que a nivel social siguen siendo cuanto menos cuestionables, si no indecentes o censurables.

Pero este es el truco del garantismo que siempre han utilizado los serviles al poder.

Evidentemente Eduardo Lamberti Castronuovo debería recordar precisamente las palabras de Paolo Borsellino sobre la necesidad de distinguir la responsabilidad penal de la responsabilidad política y social, que se mantiene al margen del código penal.

Y es singular que Lamberti esté dispuesto a contar su profunda amistad con el presidente Tuccio o su cercanía con Raffa, pero no dice nada sobre Romeo y esas conversaciones grabadas durante el período de formación de la junta de Raffa.

Pero hay un aspecto aún más grave de un programa como el que se emitió en los últimos días en Reggiotv.it: la indicación, no demasiado implícita, de golpear a aquellos magistrados que tuvieron el coraje de investigar, sin ninguna reverencia, precisamente a ese sistema de poder que durante años se ha ocultado a las masas.

El escarnio y la deslegitimación son las herramientas que cierta prensa vulgar, mezquina y servil pone sobre la mesa.

Un acto grave si tenemos en cuenta que la historia ha demostrado que los sistemas criminales también actúan con masacres y ataques, sacando fuerza precisamente del aislamiento al que se somete a los magistrados.

Magistrados como el fiscal adjunto Giuseppe Lombardo en Reggio Calabria, o el fiscal jefe de Catanzaro, Nicola Gratteri, han señalado en repetidas ocasiones que las mafias también se dedican a hacer negocios, incluso ingresando al mundo de la información, comprando canales de televisión y periódicos para manipular el pensamiento de la gente, aprovechando la desinformación y manteniendo inalterado su rol dentro de un complejo sistema criminal. Un sistema en el que casi nunca aparecen los que realmente cuentan. Un sistema que ha dejado en evidencia el juicio de Gotha. Por eso se termina en la mira.

Afortunadamente, hay quienes no guardan silencio (en este sentido se registra la intervención del Consejo Ejecutivo de la Asociación Nacional de Magistrados (ANM) del distrito de Reggio Calabria, que informamos al final) con la esperanza de que otras instituciones también puedan intervenir. Como afirma el doctor Lamberti Castronuovo, el estrés mata. Algunas palabras, sin embargo, matan mucho más.

El texto de la ANM del distrito de Reggio Calabria

"La Junta Ejecutiva de la ANM del distrito de Reggio Calabria quiere expresar su fuerte preocupación por las intervenciones que aparecieron en algunos órganos de prensa, tras el pronunciamiento, el pasado 30 de julio, del dispositivo de sentencia relativo al llamado juicio Gotha”.

"Sin perjuicio del legítimo e indispensable derecho a criticar las medidas judiciales, que también debe ejercerse en cumplimiento de la denominada continencia, lo que no es aceptable es transmitir a la opinión pública el mensaje de que las absoluciones representan la manifestación de una patología del sistema judicial, y que, incluso, intervienen para remediar iniciativas arbitrarias o irresponsables, adoptadas por magistrados en alianza con algunos periodistas”.

"Lejos de representar el ejercicio de un poder vulgar, los actos y medidas judiciales, de cualquier signo, son el resultado de la dialéctica procesal (imposible de eliminar, afortunadamente), y del aporte de cada uno de los sujetos involucrados en esa compleja y rigurosa actividad que tiene lugar todos los días en las salas de justicia”.

"Actos procesales y medidas que, según la fase, están sujetas a diferentes reglas de evaluación, y se basan en un acervo de conocimientos que también son susceptibles de ser implementados, gracias al aporte de todos los actores del escenario del juicio”.

"Actos procesales y medidas, conviene recordar, adoptadas por magistrados que, entre las conocidas dificultades y con enormes sacrificios, incluso personales, concurren a administrar cotidianamente la justicia”.

"Actos y medidas adoptadas, finalmente, asumiendo la responsabilidad por sí mismos, en los casos y en las formas previstas por la ley, precisamente porque, al igual que para otras categorías profesionales, para los magistrados la palabra responsabilidad no es vacua”.

"Aun siendo consciente de que el propio proceso puede ser una pena, a veces alimentada por enfatizaciones mediáticas que no siempre respetan la presunción de inocencia, la idea de que la acción penal se lleve a cabo con el fin de atacar a ciudadanos decentes, debe ser, por lo tanto, rechazada enérgicamente, y someter el tema de la acusación a la necesaria verificación procesal”.

"Del mismo modo que hay que rechazar con fuerza la idea, dirigida evidentemente a deslegitimar de forma indistinta el trabajo de toda la magistratura, según la cual actividad judicial produce abominaciones, lodo y asco, proveniente de lugares que albergan malhechores”.

"Estas narrativas engañosas nada tienen que ver con la crítica legítima al trabajo de la magistratura, pero representan un ataque grave e inaceptable a la propia jurisdicción, que debe ser defendida para proteger a toda la comunidad".

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*Foto de portada: antimafiaduemila.com