Jueves 16 Mayo 2024
El alto precio por luchar sin descanso por la restitución de tierras usurpadas a los campesinos

Por Jean Georges Almendras-24 de febrero de 2022

La defensa ferviente, legítima y sana (y debería agregar, riesgosa) por la restitución de tierras en Colombia llevó a la muerte a dos lideres sociales. Estoy hablando de los activistas Teófilo Manuel Acuña y Jorge Tafur, muertos a balazos por integrantes de un grupo armado en la noche del pasado martes 22 de este mes de febrero. Ambos hechos, que ya no nos sorprenden (porque, desafortunadamente las noticias sobre la existencia de una alevosía criminal -contra el periodismo y el activismo social- en ciertos países de América Latina, se ha instalado también en nuestra rutina de redacción) enlutan a familias del hermano país y nos tocan -una maldita vez más- nuestra más sensible fibra humana, porque al dolor debemos sumar nuestra rabia y nuestra impotencia, frente a tanta maldad direccionada en contra de hombres que pensando en el colectivo, no hacen otra cosa que ponerse a merced de la insania asesina de quienes detentan poderes e intereses de neto corte económico, indiferentes a los movimientos sociales, en una tierra que desde hace tiempo ha sido objetivo de maquinarias de muerte, serviles a los consumismos de nuestra época. Consumismos que son funcionales a los graves atentados que se cometen contra hombres y mujeres que aman la vida en comunidades, la vida en sí misma, la madre tierra y la justicia social.

La terrible noticia de este doble asesinato nos pone en la dramática obligación de recordar al lector que -con estos dos hechos- ya son 30 los líderes sociales asesinados en Colombia, en lo que va del año, según evaluación aportada por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y La Paz.

Los crímenes de Acuña y Tafur, a juzgar por las informaciones que vienen desde Colombia, se cometieron en los límites del corregimiento de Puerto Oculto, en el norte de Colombia. Ambos hombres lideraban activamente la recuperación de tierras usurpadas a campesinos en el departamento del Cesar. Acuña, era vocero de la Comisión de Interlocución del sur de Bolivia; Tafur, en cambio, integrada la Junta Nacional de la Asociación Coordinador Nacional Agrario.

Las agencias internacionales, aludiendo al doble atentado, informaron sobre un reciente comunicado de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar expresando detalles sobre lo acontecido: “Hasta la casa donde se encontraban llegaron hombres armados que procedieron a disparar contra los dos compañeros, causándoles la muerte inmediata. Hace dos días, la Cisbcsc (Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar) había denunciado que comunidades campesinas de ese corregimiento estaban siendo hostigadas y amenazadas por la violencia, la policía, el alcalde de San Martín y una persona de nombre Wilmer Díaz, conocido terrateniente del municipio”.

Medios periodísticos locales, entre las muchas manifestaciones de repudio por los hechos que dieron a conocer, destacaron la opinión y el sentir la directora de Minga, una organización regional. Diana Sánchez, fue categórica: "Acaba de ser asesinado Teófilo Acuña, uno de los líderes más luchadores, aguerridos y perseguidos del Magdalena Medio. Esto es una tragedia, lo que sigue viviendo este país. Solidaridad con su esposa y sus hijos, con el Congreso de los Pueblos y sus organizaciones".

Desde filas del Congreso de los Pueblos, un movimiento social y político de orientación de izquierda, se responsabilizó directamente al Estado colombiano “por su omisión en la garantía de velar por la integridad y la vida de todos y todas las lideresas en el territorio nacional”.

A la distancia, desde Montevideo, lo menos que podemos hacer es homenajear sentidamente a estos dos mártires, de una revolución social que está en curso en nuestra sangrante América Latina, y que por cuanto -con todo el dolor del alma- se sobra de difuntos, también se sobra de militantes y de resistencias.

Ellos, Teófilo Manuel Acuña y Jorge Tafur, son ya ahora, parte de la historia de Colombia, y de una lucha regional para que las injusticias sean erradicadas de la faz de la tierra. Y su memoria la preservaremos siempre, desde el periodismo independiente, porque ellos se ofrendaron por una causa justa.

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*Foto de portada: Noticias Caracol