Viernes 26 Abril 2024
Huestes del millonario Joe Lewis, impunemente sembraron el terror en esa región de Argentina

Por Alejandro Diaz-10 de febrero de 2022

Como informamos en las últimas horas, un grupo de activistas fueron amedrentados por personal civil que responden al millonario Joe Lewis. Los incidentes tuvieron lugar en los alrededores del lago Escondido, en la Patagonia argentina, donde desde hace décadas el británico tiene usurpadas tierras públicas contradiciendo las órdenes de la justicia. Durante la jornada de ayer, uno de los manifestantes, el médico Jorge Rachid, tuvo que ser rescatado por un helicóptero privado, tras sufrir una recaída en su estado de salud como consecuencia del acecho de los delincuentes al servicio de Lewis.

Las primeras denuncias sobre el caso se difundieron desde FIPCA (Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua). La Fundación organiza anualmente una excursión hacia el lago Escondido como símbolo de lucha, resistencia y por sobre todas las cosas, como gesto de supremacía de la ley. La misma ley que ordena al millonario extranjero a liberar los accesos para que todo ser humano libre, pueda acceder al lago y a sus playas.

En esta edición, la sexta que se organiza ininterrumpidamente, bajo el lema ‘Marcha por la soberanía del lago Escondido', unos 21 activistas intentaron (en un terreno ya de por si complejo, considerando las distancias, los senderos de montaña y la lejanía de asentamientos humanos) acceder a las aguas del lago. Partieron por el camino del río Azul, un recorrido de 44 km, que impone una travesía a pie o a caballo de entre tres y cuatro días. Este acceso, desemboca en el lago Soberanía, que se ubica más allá del extremo oeste del lago Escondido.

Rachid, luego del rescate, relató a la prensa la situación de violencia que tuvieron que padecer durante la travesía. El médico contó que, durante la jornada del lunes, estaban atravesando el lago Soberanía divididos en cinco kayaks inflables. Al arrimarse a la orilla norte, una veintena de personas los estaban esperando. Desde lejos comenzaron a increparlos vociferando amenazas. Cuando intentaron encallar en la playa, uno de los atacantes pinchó con un objeto punzante el kayak donde se desplazaba Rachid. En ese momento unos 30 hombres se sumaron a las milicias de Lewis, haciendo un total de 50, algunos de ellos visiblemente armadas. La situación se volvió completamente atemorizante, teniendo en cuenta las experiencias que han sufrido los manifestantes durante los años anteriores, donde fueron intimidados más de una vez, e incluso forzados a naufragar en aguas donde la temperatura puede ser mortal. Todo esto con el agravante penal de encontrarse en una región descampada.

Luego de regresar sobre la estela motivados por las amenazas, los activistas acamparon en la zona de Los Laguitos, unos cuatro kilómetros al sur. Por la noche fueron constantemente hostigados por disparos de escopeta que retumbaban en la inmensidad de las montañas. El temor de un ataque, los obligó a montar guardias hasta las primeras horas de la mañana. Según relato el médico rescatado.

“Yo estaba muy mareado y no podía ya caminar; estaba insolado, con estrés e hipertensión. No podía mantenerme parado y me llevaron a la carpa. Y a la mañana seguía igual. Por eso me tuvieron que rescatar en helicóptero. Pero hemos fundado el campamento Dignidad en la playa del lago Soberanía y desde ahí iremos a reclamar nuestros derechos. La agresión fue contra todos los que se atrevan a confrontar con Lewis, una suerte de Yabrán de hoy, quien no se deja ver, es poderoso y amenaza. Si esto no se resuelve, estamos cediendo soberanía”, declaró Rachid al diario Página/12.

La intención del grupo era, una vez conquistada la playa del lago Escondido, cruzar a remo los 10 kilómetros que separan una costa de la otra, para bajar por el río Escondido, hasta el camino de Tacuifí, que conecta 22 kilómetros mediante, con la ruta 40, cerrando así la vuelta.

Cabe destacar que sobre la costa este, el magnate extranjero tiene emplazada su mansión de 3.200 metros cuadrados. Este “casco de estancia”, es una de las numerosas estructuras que el británico ha hecho construir en la zona. Entre las edificaciones hay un centro de convenciones, una pista de karting, un hipódromo, helipuertos y una docena más de construcciones donde se albergan los aproximadamente 80 empleados que administran y mantienen el predio, juntos a sus familias. Se calcula que unas 200 personas habitan diariamente el complejo.

Entre las excentricidades que “adornan” el establecimiento hay una importante colección de arte, que incluye varias pinturas de Picasso, Matisse y Cezanne, entre otros. También hay una pequeña “jungla”, donde el magnate tiene especies animales alojadas a modo de zoológico. El valor económico de esta propiedad es incalculable, tomando como referencia que solo una de las piezas de arte que adornan los espacios costó 40 millones de dólares, según difundió el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en las filtraciones de “Panamá Papers”.

En total el complejo tiene 12 mil hectáreas, las cuales rodean el lago. Esta propiedad el magnate las adquirió durante los años 90, cuando la república menemista estaba en pleno frenesí extranjerizador. El valor que el británico usurpador pagó por estas tierras fue de 12 millones de dólares, una cifra irrisoria. Más allá de la estafa que esto representó al pueblo argentino, trajo consigo la complejidad de que son tierras de fronteras, las cuales deberían tener un régimen especial de transacción. Además, al circundar la propiedad el lago, el usurpador optó por cerrar todos los accesos públicos a un espacio que por derecho constitucional pertenece a todo argentino, en primer lugar, y en segundo lugar a todo habitante del mundo que desee transitarlo como pregona el preámbulo constitucional.

El abogado de FIPCA e integrante del grupo montaña, Sergio Cuestas, aclaró que las personas que coordinaban el grupo de atacantes eran Nicolás Mandinga y Nicolás Van Ditmar, este último es el administrador de Hidden Lake SA, la empresa que gestiona las propiedades de Lewis en el lago. Los activistas conocen a Van Ditmar desde hace años, y es famoso por su conducta bravucona. Durante el 2011, encabezo una movilización en Viedma, la capital de la provincia de Río Negro, donde fueron montados a caballos a amedrentar al juez de la causa que en aquel entonces había dado sentencia sobre el uso público de camino de Tacuifí, usurpado por el magnate desde aquel entonces. También durante aquellas redadas patriarcales cruzaron a Omar Lehner, uno de los pioneros activistas, militante del Proyecto Sur, que reclaman por la soberanía de la Patagonia. Lehner, en aquel tiempo próximo a los 70 años, tuvo que soportar la embestida de los caballos montados por los “gauchos británicos” al servicio de Lewis.

Rachid declaró durante una entrevista en radio AM750: “Indudablemente hay un proceso de ocupación de tierras y de cooptación de autoridades provinciales, judiciales e institucionales que va funcionando alrededor de los poderes concentrados”.

El reclamo permanente de numerosos activistas ambientales y abogados defensores de la ley y de la soberanía, ha chocado durante años contra la corrupción y la impunidad de las distintas gestiones provinciales y nacionales del país, cipayos todos, que prefieren doblegarse ante las fuerzas dictatoriales que se imponen por la violencia, por la coerción y por la omertá sobre las libertades constitucionales de las personas. Por si fuera poco, cuando las burocracias administrativas y judiciales no logran persuadir a los activistas, el magnate dispone de una guardia pretoriana a caballo que nada tiene que envidiarle a las Ligas Patrióticas que desde hace lustros atormentan a los habitantes de la Patagonia, para sostener los lugares de privilegio y de poder, conseguidos y consolidados históricamente a punta de pistola y de la práctica de tormentos, secuestros y violaciones sistematizadas.

En lago Escondido hoy, imperan los modos de una dictadura fascista. Mientras, el Estado de derecho del gobierno provincial de Alberto Weretilneck y del gobierno nacional del tibio Alberto Fernández, se hacen los tontos para, mediante la autoridad del ministerio del Interior, hacer cumplir la ley al ciudadano extranjero, usurpador de tierras, Joe Lewis.

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*Foto de portada: Infocielo