Desde hace unas horas, fuentes cercanas a la familia de Gino Strada han comunicado la muerte del médico y cirujano de guerra que en 1994 fundó, junto a su primera esposa, Teresa Sarti, la ONG Emergency.
Tenía 73 años y hacía tiempo que padecía una enfermedad cardíaca: "Nadie se lo esperaba -comentó la presidenta de la ONG, Rossella Miccio, a la agencia Adnkronos-.Estamos aturdidos y tristes. Es una gran pérdida para el mundo entero. Hizo todo lo posible para mejorar el mundo. Le echaremos mucho de menos".
Además de Miccio también se expresó el dibujante Vauro Senesi, que escribió en las redes sociales: "Gino Strada se ha ido. En Afganistán, al igual que en Irak, como en tantos lugares de guerra, ocurría que nos quedábamos sin palabras ante el horror y el sufrimiento. A veces las buscábamos para denunciar el crimen que es la guerra. Teníamos que encontrarlas y las encontrábamos. Yo, en cambio, hoy no encuentro ninguna para expresar el dolor que la desaparición de Gino provoca adentro mío. No las encuentro porque ya no podemos buscarlas juntos. Adiós, querido Gino".
De izquierda a derecha: Gino Strada, Tiziano Terzani, Luigi Ciotti y Alex Zanotelli
Don Luigi Ciotti también quiso recordar a Strada, llamándolo "un amigo querido, un luchador, un hombre que vivía no solo para sí mismo sino para los demás. Consciente de que el 'bien' nunca es pasivo ni neutral, que todo verdadero bien es hijo de la construcción de la justicia".
Nació en Sesto San Giovanni en 1948. A los treinta años, en 1978, se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad Estatal de Milán y luego se especializó en Cirugía de Urgencias. Fue contratado por el hospital de Rho y luego ejerció en el campo del trasplante de corazón hasta 1988, cuando se dedicó a la cirugía de trauma y al tratamiento de las víctimas de guerra. Entre los años 1989 y 1994 trabajó con el Comité Internacional de la Cruz Roja en varias zonas de conflicto. Estos incluyen Pakistán, Etiopía, Perú, Afganistán, Somalia y Bosnia y Herzegovina. En 1994 fundó Emergency, una de las mayores asociaciones humanitarias internacionales. Una ONG especializada en la rehabilitación de víctimas de guerra y minas antipersonales que, desde su fundación hasta finales de 2013, ha brindado asistencia gratuita a más de 6 millones de pacientes en 16 países de todo el mundo.
En el último período, Strada también ha estado en el centro del debate político. Su nombre, de hecho, había sido mencionado varias veces como el nuevo comisionado de Salud de la Región de Calabria. A lo largo de los años, el médico a menudo adoptó tonos fuertes para criticar a los gobiernos italianos, la corrupción en la atención médica, la gestión de la inmigración, la actividad de la Unión Europea, el comercio de armas y los intereses económicos que hay detrás de las guerras.
En resumen, no era un simple cirujano. La bata a veces la usaba como chaleco antibalas, al entrar en tiroteos para curar a los indefensos y, a veces, como una capa de superhéroe. Sí, porque Gino Strada también fue esto a los ojos de la gente -sobre todo niños y niñas- a quienes dio nueva vida con el compromiso civil del filántropo que fue. Una certeza. Un faro. Un hombre que guardaba en sí mismo el sentido de Humanidad, sirviendo a esta última durante tantos años de asistencia a los heridos en los conflictos, sin distinción de alineación (Strada hizo el Juramento Hipocrático). Un hombre, como pocos, todavía capaz de llorar por el horror de la guerra. Un hombre que, ante una emergencia, nunca se apartó, cualquiera fuera el costo.
Pero, a pesar de su repentina muerte, el cofundador de Emergency no fue sorprendido "desprevenido". De hecho, el día de su muerte, Gino Strada le dejó a la humanidad un artículo final, escrito para La Stampa, una vez más en defensa de los más débiles y contra los poderosos que en Afganistán aniquilan un país en nombre del Dios Dinero. Es un legado del que transcribimos un extracto porque nos gusta pensar que, aunque ya no está con nosotros físicamente, Gino Strada sigue viviendo en el corazón y la vida de las personas, para ilustrar el sentido de Humanidad a un mundo cada vez más desigual e inhumano, a través de sus enseñanzas y obras.
"[...] Viví en Afganistán un total de 7 años: vi aumentar el número de heridos y la violencia, mientras el país era devorado progresivamente por la inseguridad y la corrupción. Hace 20 años dijimos que esta guerra sería un desastre para todos. Hoy tenemos ante nuestros ojos el resultado de ese ataque: un fracaso desde todos los puntos de vista. Además de las 241.000 víctimas y los 5 millones de personas desplazadas, entre internos y solicitantes de asilo, Afganistán es hoy un país que está a punto de caer nuevamente en una guerra civil, los talibanes son más fuertes que antes, las tropas internacionales han sido derrotadas y su presencia y autoridad en la zona es aún más débil que en el 2001. Y sobre todo es un país destruido, del que muchos intentan escapar, aunque sepan que tendrán que sufrir un infierno para llegar a Europa. Y precisamente en estos días algunos países europeos están cuestionando la decisión de la Comisión Europea de detener la repatriación de refugiados afganos a un país en llamas. Para financiar todo esto, Estados Unidos gastó un total de más de 2 billones de dólares, Italia 8.500 millones de euros. Las grandes industrias de armas les agradecen: al final, son las únicas en sacar un saldo positivo de esta guerra. Si ese río de dinero hubiera ido a Afganistán, el país ahora sería una gran Suiza. Además, al final, quizás los occidentales hubieran logrado tener cierto control sobre él, mientras que ahora se ven obligados a huir con el rabo entre las piernas. Hay personas en ese país destruido que todavía intentan proteger los derechos esenciales. Por ejemplo, los hospitales y el personal de Emergency -repleto de heridos- siguen trabajando en medio de los combates, aun corriendo riesgos en su propia seguridad: no puedo escribir sobre Afganistán sin pensar primero en ellos y en los afganos que están sufriendo, en este mismo momento, y que son los verdaderos "héroes de guerra".
Strada deja para siempre su inmenso ejemplo, sus descensos al campo entre las bombas en socorro de amor y en defensa de la paz, las denuncias en sus palabras claras e inequívocas contra la destrucción y los juegos de poder y dominación. Porque, como dijo: "La guerra es algo que representa la mayor vergüenza de la humanidad. Y creo que el cerebro humano debe desarrollarse hasta el punto de rechazar para siempre esta herramienta inhumana".
Chau Gino, maestro de Humanidad en defensa de los últimos.
La redacción de ANTIMAFIADuemila acompaña a la familia Strada y los colaboradores de Emergency.
-------------------
*Foto de portada: © Imagoeconomica
*Foto 2 y 3: antimafiaduemila.com