El drama de vivir al paso del progreso
Por Daiana Carracedo, desde Argentina-11 de marzo de 2022
Tartagal, en Salta, otra vez está en el centro de un nuevo atropello a las comunidades indígenas de la zona. No solo la desnutrición infantil, la precaria atención sanitaria o los 3 recientes feminicidios golpean la zona. Ahora los agro negocios están diezmando a la población.
Nancy López, la niyat (cacica) de la comunidad indígena del Pueblo Weenhayek, comunidad O Ka Pukie (Mi Troja), denunció que las poblaciones indígenas de la ruta 86 están siendo fumigadas con agroquímicos. López llego a filmar videos de la avioneta fumigadora que pasa sobre las casas comunitarias rociando productos tóxicos que producen picor en los ojos, mareos y problemas para respirar, entre otras consecuencias en su salud.
Mientras que Rojas, cacique de otra comunidad de la zona afectada, responsabilizó a la dueña de un campo de apellido Monserrat: "Hay una pista, a 50 metros de donde vivimos nosotros, donde bajan los aviones, cargan el veneno (los agroquímicos) y salen a fumigar", manifestó al diario Salta/12.
Las fumigaciones se producen todas las mañanas cuando la soja va creciendo. El olor es terrible, provocando picazón en los ojos, dolores de cabeza y fiebre, todos síntomas asociados al efecto de los agroquímicos.
"Hay en la comunidad El Quebracho dos señoras muy jóvenes con cáncer. Un niño del kilómetro 6 fue derivado a Salta la semana pasada, nació con una mal formación", señaló López en dialogo con el diario Salta/12. Los campos de soja están a menos de 50 metros de las comunidades. Además del evidente peligro de fumigar casi encima de los pobladores, las empresas deberían destruir los bidones con agro tóxicos. Como esto no sucede, muchas de las familias originarias los usaban para poner agua.
"Cuando uno empieza a reclamar, lo primero que te dicen es que tiene que ir un especialista a hacer estudios. Eso lleva mucho tiempo, mientras nos enfermamos. Nadie va a venir dar su tiempo, a hacer los estudios, mandarlos a Salta y a Buenos Aires", culmino López.
Los agronegocios están arrasando cada vez más con la naturaleza. Lo vemos con los incendios constantes en América Latina para despejar el suelo para la siembra de soja mayormente. Los más afectados siempre son los pueblos indígenas, ya que son los únicos que se enfrentan al llamado “progreso” y todavía mantienen sus comunidades en zonas rurales, mientras que la mayoría de personas emigraron a las ciudades. Un progreso que arrasa con todo lo que esté a su paso.
Hoy son las comunidades originarias, mañana puede ser cualquier integrante de la sociedad moderna. Y todo en beneficio de unos pocos, que seguramente no incluyen en su dieta ningún producto cosechado de los campos fumigados.
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*Foto de portada: Página/12
*Foto 2: Sitio web de Abel Cornejo / Tartagal población indígena