Viernes 3 Mayo 2024
Nueve grandes empresas mineras buscan permiso para empezar explotación de tierras

Por Daiana Carracedo, desde Argentina-27 de febrero de 2022

La minería crece desmedidamente en Brasil. A partir de imágenes satelitales apoyadas con inteligencia artificial, la plataforma colaborativa Mapbiomas revela que el área dedicada a la minería -legal e ilegal- en Brasil, se multiplicó casi por seis, entre 1985 y 2020, y que el 72,5% está en la Amazonía.

La industria de la minería no puede ingresar a las tierras indígenas que actualmente son áreas protegidas en Brasil. Sin embargo, según un informe de la ONG ambientalista Amazon Watch y la Asociación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), nueve grandes mineras intentan operar en esas tierras. Entre ellas se encuentran la brasileña Vale, la británica Anglo American y la canadiense Belo Sun.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonado, busca desestimar la legislación ambiental y apoyar al sector minero. En Brasil, un 40,7% del área destinada al 'garimpo', minería artesanal o de pequeña escala en su gran mayoría ilegal, está en unidades de conservación, mientras que un 9,3% está en tierras indígenas (donde es completamente ilegal).

Además, Bolsonaro, apunta a los fondos estadounidenses Capital Group, BlackRock y Vanguard como los principales financistas de las empresas que buscan explotar tierras indígenas.

Actualmente el proyecto de ley 191/2021 está en el congreso. De aprobarse, puede causar la pérdida de 160 mil km2 de selva amazónica, ya que este proyecto pretende regular la minería en zonas actualmente protegidas, como las tierras indígenas. Específicamente este proyecto dice: “Reglamenta el punto 1 del art. 176 y el 3 del art. 231 de la Constitución para establecer las condiciones específicas para la realización de actividades de investigación y extracción de recursos minerales e hidrocarburos y para el aprovechamiento de los recursos hídricos para la generación de energía eléctrica en tierras indígenas e instituye la compensación por la restricción del usufructo de las tierras indígenas”.

Es decir que, si el proyecto se convierte en ley, la minería en tierras indígenas ya no sería ilegal, sino que estaría regulada. Pero sabemos muy bien por experiencias pasadas donde el Estado regula una actividad, sea el país que sea, que en realidad solo busca dejar el camino libre a las industrias que son impulsadas por miles de millones de dólares de bancos internacionales y firmas de inversión.

Y en todo ese proceso, los pueblos indígenas siguen perdiendo su lugar en nombre del progreso. Progreso que va a parar a los bolsillos de las multinacionales en complicidad con el gobierno. Y que no llega a los indígenas, pero tampoco al resto de la sociedad. Defender sus tierras es importante para validarlos como pueblos originarios, pero también es pensar en el futuro del planeta ya que son ellos los que mantienen un equilibrio con la naturaleza.

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*Foto de portada: The Conversation