Lunes 29 Abril 2024

Ya van casi cinco meses que Israel -justificándose en los hechos del 7 de octubre del año pasado- no para de atacar a la población palestina en su propia tierra. Más de 100 mil palestinos han sido "mutilados, heridos, desaparecidos", según palabras de la embajadora palestina en Uruguay, Nadya Rasheed. Unas 30 mil personas fueron asesinadas; de ellas, al menos 13 mil son niñas y niños, y casi 9 mil, son mujeres.

Cifras impensables en tiempos en que la información llega al instante, en tiempos en que los organismos de derechos humanos se cuentan por miles y se reproducen en todos los lugares. En tiempos en que la comunicación forma parte del cotidiano vivir, y con apenas un celular se esparcen las noticias, las imágenes, los hechos, a la vista de todas y todos.

¿Cómo es posible que el mundo siga siendo testigo de una matanza de niveles de inhumanidad profundos, y no haya un organismo, un Estado, un líder, que haga algo para detenerlo? En cambio, alzar la voz te hace acreedor a un hermoso expediente en las listas negras de Israel y de sus secuaces.

La jornada de este 29 de febrero que pasó estuvo colmada de personas que salieron a las calles a protestar. Bajo la bandera de la Coordinación por Palestina en Uruguay -que nuclea a decenas de organizaciones sociales-, en varias ciudades tomaron esa posta y dijeron "no al genocidio del pueblo palestino" y exigieron un "alto al fuego inmediato".

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En el centro de la capital varias cuadras fueron literalmente copadas por una multitud fortalecida por la fuerza de los cantos, los bombos y la indignación; miles de personas se hicieron eco de una marea que recorre el mundo. Desde la explanada de la Intendencia marcharon por la avenida principal hacia el corazón del gobierno uruguayo, la Torre Ejecutiva.

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En el camino, la intensa movilización de pronto se frenó ante cuatro jóvenes que vestían kufiyas palestinas en sus cabezas. Un bombo, un cartel, una bandera palestina y una performance dejaron sin respiro a las miles de personas que se agolparon y detuvieron a ver y escuchar. Mientras la bandera Palestina flameaba atrás y los poderosos golpes del bombo marcaban el compás de la intervención y de los corazones, una joven tomó una bandera de Israel y la rasgó, partiéndola al medio y arrojándola dentro de un tacho, de donde salía humo negro. A continuación y megáfono mediante, dio un discurso muy distinto a todo lo que se había escuchado hasta el momento sobre el genocidio en Palestina:

"No son cinco meses de genocidio, son 76 años de genocidio. 76 años de ocupación sionista en todo el territorio palestino, y nunca reconoceremos el Estado de Israel. Seguiremos en las calles hasta que toda Palestina sea libre. Hasta que las más de 6 millones de personas desplazadas vuelvan a sus tierras. Hasta que todas las presas y los presos políticos sean liberados.

La Palestina es unión de luchas, de culturas y de creencias. Musulmanes, judies, atees, cristianes, todes forman parte de un único pueblo y de una sola tierra que se llama Palestina.

Elles no tienen la necesidad de que nosotros estamos de acuerdo con su resistencia, elles van a seguir resistiendo siempre, no son víctimas que hay que llorar. No son personas de las que haya que contar historias tristes. Son un pueblo que necesita su libertad. Por eso apoyamos y defendemos su autodeterminación y su rebeldía en todas sus formas. No habrá paz hasta que no haya justicia y libertad. ¡Palestina libre!".

En el final, la proclama fue compartida por algunos de los integrantes de la Coordinadora, y contó además con la voz de la embajadora palestina, que agradeció al pueblo uruguayo por el apoyo a su pueblo, y apuntó a Israel, a quien “el mundo exige que cumpla con el derecho internacional, los derechos humanos y las resoluciones de la ONU, que piden un alto el fuego”.

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Negacionismo

En una semana en la que el gobierno de Luis Lacalle Pou instauró que sea quitado de la currícula escolar el término “terrorismo de Estado”, envalentonando a fascistas y represores que aún caminan por las calles, e incluso por los edificios institucionales, para que continúen negando la historia del pueblo uruguayo, y no solo.

El gobierno de Luis Lacalle Pou, en la ONU, se abstuvo de pedir un alto al fuego sobre el territorio palestino. Un hecho aberrante que lo deja de un lado de la historia, del mismo lado que el de los negacionistas que pululan en el Uruguay, como un señor que en plena marcha por la paz y la libertad de un pueblo, desde el balcón de su departamento sobre 18 de julio, desplegó una bandera del Estado sionista, hoy más que nunca convertido en un Estado genocida. ¡No pasaran!

Fotos: Antimafia Dos Mil