Martes 14 Mayo 2024

"La batalla de los palestinos por un Estado soberano e independiente con su capital en Jerusalén Este está perdida para siempre a menos que la Unión Europea reabra la conversación". Así lo afirmó esta mañana en el diario Il Fatto el profesor de Sociología del Terrorismo, Alessandro Orsini, sobre el hecho de que la UE debería utilizar las dos únicas armas de que dispone. "La primera es golpear a Israel con sanciones: 4.000 niños palestinos masacrados en tres semanas exigen esta medida -explicó-. La segunda es imponer a Netanyahu (en la foto) una orden de arresto de la Corte Penal Internacional: 8.000 civiles palestinos masacrados en tres semanas justifican esta medida. Netanyahu, con su consenso en mínimos históricos, casi con certeza caería". Según el docente, "la UE no quiere tomar decisiones concretas para respetar el derecho internacional en Palestina; sólo quiere ser retórica. Por otro lado, una documentación histórica exorbitante demuestra que la Unión Europea y Estados Unidos siempre han trabajado para socavar a los palestinos en favor del colonialismo israelí. Los palestinos son los "pieles rojas" de Israel. ¿Cómo podría ser diferente con un ministro de Seguridad Nacional como Itamar Ben-Gvir, un admirador declarado de Baruch Goldstein, el terrorista de la masacre de la mezquita de Hebrón en 1994? La Unión Europea habla mucho de los palestinos para ocultar la inacción a favor de la ocupación israelí bajo un río de palabras". Según el análisis de Orsini, los palestinos nunca tendrán su propio Estado soberano e independiente con capital en Jerusalén Este, "porque ha desaparecido la condición necesaria, aunque insuficiente, para que triunfen las resoluciones de la ONU". Se trata del "equilibrio de fuerzas o de la posibilidad de que los dominados adquieran nuevas cuotas de poder para desafiar a los dominadores -añadió-. Dicho de manera más simple, los palestinos no tienen la fuerza para amenazar la existencia de Israel y la tendrán cada vez menos en el futuro. En segundo lugar, los Estados que alguna vez mordieron a Israel han perdido sus dientes. Siria, Irak, Yemen y Líbano, desgarrados por guerras civiles, son agujeros negros. Egipto y Jordania tienen un tratado de paz con Israel y ambos dependen de la Casa Blanca para obtener ayuda económica y militar. La historia de Arabia Saudita avanza en la dirección opuesta a una guerra con Israel, mientras que la Autoridad Nacional Palestina de Abu Mazen en Cisjordania tiene la fuerza de un hombre muerto".

En cuanto a la brecha entre Hamás e Israel, Orsini destacó sus respectivas inversiones militares. Hamás gasta "un millón de dólares al año en su brazo armado, frente a los 23,4 mil millones de dólares gastados por Israel en el ejército en 2022 -dice en Il Fatto- Hezbollah, con sus aproximadamente 150.000 misiles, podría poner a Israel de rodillas, pero no puede porque los barcos estadounidenses apuntan sus armas contra sus dominios. Si Hezbollah dispara contra Israel, Estados Unidos dispara contra Hezbollah. Los misiles de Irán pueden causar algún daño limitado, pero Israel tiene ojivas nucleares y una fuerza aérea impresionante". Lo que desestabiliza el escenario es la Turquía de Recep Tayyip Erdoğan, que podría ayudar a Hamás, "pero no puede enviar sus armas a Gaza bajo embargo. Así que imaginemos que Turquía ataca directamente a Israel y que Netanyahu amenaza a Turquía con armas nucleares. Turquía podría caer bajo el paraguas nuclear de Pakistán, pero un choque nuclear Ankara-Tel Aviv a través de Islamabad parece ciencia ficción, aunque esta hipótesis es discutida por algunos de los principales generales estadounidenses", concluyó Orsini.

Foto: Antimafia Duemila