Viernes 6 Diciembre 2024

Fabio Repici, eminente abogado conocido por su incansable defensa de las familias de las víctimas de la mafia -entre ellas, por ejemplo, la de Salvatore Borsellino y Adele Borsellino (hermano y hermana del juez); de la familia de Attilio Manca; de la familia Agostino y de la familia de Graziella Campagna- denunció con indiscutible profundidad, durante una manifestación celebrada ayer, 19 de julio, en via D'Amelio, la connivencia entre esferas gubernamentales y las los ejecutores de las masacres, tanto de la mafia como de la extrema derecha. En un momento histórico en que la lucha contra la maldad y el extremismo se torna imperativa, el abogado Repici apuntó a esta nefasta simbiosis que atenta contra la estabilidad y la democracia de nuestro país. Repici subrayó la necesidad de defender los valores de la Constitución, única referencia posible en estos tiempos de revisionismo salvaje y de búsqueda obsesiva de la impunidad para los poderosos.

A continuación, reproducimos la intervención de Fabio Repici

"Parresia es hablar con sinceridad y con respeto por la verdad en el discurso público, aun cuando cueste sacrificio y sobre todo cuando no convenga. En el momento actual, para ser un ciudadano constitucionalmente orientado, es preciso utilizar la parresia.

Ya desde hacía tiempo que venía viendo y me preocupaba, al verla, una conexión entre mundos que, en apariencia, deberían estar sideralmente distantes.

Una cierta milicia que podríamos llamar San Garantista, es decir, ambientes que, en el aspecto militar, o nazi tal vez sería más apropiado decir, cultivan la negación de la estrategia de tensión atribuible a la ultraderecha, a las mafias y a los aparatos de poder. Aparatos de poder que hoy deberíamos negarnos a llamar desviados. Quizás los 'desviados' sean los pocos que siguen respetando con sacrificio a nuestra Constitución.

Había visto esta unión en torno a un personaje que es el exponente más importante de la 'Ndrangheta en el norte de Italia y quizás el más importante en la historia de Italia: Domenico Papalia. Y comprobé ese vínculo tras el escandaloso caso judicial que llevó a la revisión a su favor, con una absolución en Perugia, de un juicio por el que había sido condenado por asesinato décadas antes. Y la misma compañía de canto acompaña hoy a Domenico Papalia en un recorrido en el cual querría encontrar como conclusión la gracia.

Domenico Papalia es responsable de innumerables asesinatos y uno de estos asesinatos es el que ordenó, desde la prisión (por lo tanto, exactamente en las condiciones por las que merece el 41 bis que no se le aplica) del educador penitenciario Umberto Mormile. Hoy, ese vínculo que antes se podía vislumbrar, se puede ver en toda su plenitud. Sin embargo, hay una razón política contingente por la cual esto está sucediendo y es una razón nada más que política. El grupo político de extrema derecha que, pese a representar una ínfima minoría, se apoderó hábilmente del gobierno y se vio reducido a sujetar la pantufla de la OTAN y Estados Unidos.

Por otra parte, se ha subordinado con alegre deferencia al establishment económico financiero. Ese mismo establishment, ciertamente no por espíritu de generosidad, sino por convergencia de intereses ha concedido a esa clase política de extrema derecha y a sus aliados, siempre con la correa en la mano, pero con la cuerda larga para los amigos de los mafiosos, al partido de los Hermanos de Italia (o cuñados de Italia, según las relaciones familiares) y al partido fundado por un miembro de la P2 y a un mafioso, en el campo del negacionismo y de la impunidad.

Y esto explica la conferencia celebrada en el parlamento para conmemorar al miembro de la P2, desviador de las investigaciones y fugitivo general Maletti. Una conferencia que fue organizada hace menos de un año por el honorable Mollicone, hijo del exponente de Nuevo Orden, Nazzareno Mollicone. Esto también explica el nombramiento a la presidencia de la comisión antimafia de la honorable Colosimo, amiga del asesino de las masacres Luigi Ciavardini, responsable, entre otras cosas, de la masacre del 2 de agosto (Bolonia, 1980), como ejecutor material del asesinato del magistrado Mario Amato.

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Así se explica también el nombramiento en la subsecretaría del ministerio de Defensa de la hija de Pino Rauti, uno de los principales autores de la estrategia de la tensión, y justo en el ministerio de Defensa. Solo nos falta que refunden el instituto Pollio y que luego le confíen la educación cívica en las escuelas. Espero que alguien advierta al ministro Valditara (ministro de Educación y del Mérito) que esto era una broma porque en estos tiempos existe el riesgo de que se lo tome como una propuesta viable.

Pero esto también explica la elección del alcalde de Palermo y del presidente de la Región de Sicilia con el apoyo explícito de Marcello Dell'Utri y Salvatore Cuffaro.

Entonces ¿qué se puede esperar de la comisión Antimafia con ese presidente y con esa mayoría?

Yo espero lo peor posible, lamentablemente.

Sería difícil repetir algo como la aprobación del informe de la comisión Antimafia sobre el asesinato de Peppino Impastato y el desvío de las investigaciones que siguió, elaborado en la época de la presidencia de Giuseppe Lumia.

Como es difícil que se pueda tener algo similar al informe sobre el asesinato de Attilio Manca, aprobado gracias a Stefania Ascari, Piera Aiello y Federica Fabretti, quienes también atesoraron el precioso trabajo que había hecho Giulia Sarti sobre el asesinato de Attilio Manca en la legislatura anterior.

Entonces ¿hay algo que se pueda hacer?

Siempre es bueno apoyar a las personas que merecen confianza dentro de las instituciones: el senador Roberto Scarpinato es el primero de ellos. Siempre es bueno esperar el regreso a los roles institucionales de personas que han honrado a la nación. Hay uno muy querido para mí, que viene aquí todos los años, sin hacerse oír nunca y sólo para testimoniar su presencia. Y es Luigi de Magistris cuya amistad me honra. Y Giuseppe Antoci y Renato Accorinti. Ha habido y hay personas, dentro de las instituciones, que pueden representar a los ciudadanos constitucionalmente orientados.

Pero la situación del empleo de las palancas del poder es esta, y debemos ser conscientes de ello. Entonces solo podemos hacer otra cosa tan fatigosa como la parresia: resistir. La resistencia de ciudadanos pensantes. Esgrimir, si se puede decir así, los valores de la Constitución republicana para orientar de alguna manera la vida pública. Y, sobre todo, esgrimir los valores de la Constitución republicana, pararnos ante los que en cargos institucionales quieren mantenerse cerca de los asesinos y de los mafiosos, y acompañar (ya que son sus amigos) a Luigi Ciavardini, Giusva Fioravanti, Francesca Mambro, Gilberto Cavallini y Paolo Bellini ante los magistrados de la fiscalía general de Bolonia para dar vuelta las cosas de una vez por todas y que expliquen por qué mataron a ochenta y cinco personas el 2 de agosto de 1980.

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Ya que son amigos, convénzanlos al menos de hacer una buena acción en sus vidas.

O bien, a otros amigos de otros amigos, que acompañan a Marcello Dell'Utri, Antonio D'Ali, Salvatore Cuffaro, etc., etc., etc., todos ellos condenados por delitos mafiosos.

Esto lo digo porque los llamados garantistas que dicen 'existe la presunción de inocencia', sí, es cierto, pero luego están las condenas. ¿Hay alguien dispuesto a dejar que Marcello Dell'Utri haga una buena obra?

Que se presente ante un fiscal, el que él elija, y que le cuente sobre los cincuenta años de connivencia mafiosa que conoce.

Desde que llevó a un mozo de cuadra que era un asesino de la mafia para acompañar a la hija del cavaliere de Arcore a la escuela. Después deberíamos ocuparnos de las miserias del debate público. Por ejemplo, la santificación de Contrada, o la santificación de los líderes del ROS en 1992.

El jefe del ROS (Reparto Operativo Especial del Arma de Carabineros) en 1992 era Antonio Subranni, el mismo Antonio Subranni del que Agnese Borsellino, la esposa de Paolo Borsellino, dijo en el año 2009, en sus declaraciones a los magistrados que pocos días antes de ser asesinado, su esposo le había confiado que se había enterado de que era 'punciuto' (bautizado con el ritual de ingreso a Cosa Nostra). Quiero recordar a aquellos que han perdido el sentido común y la memoria, cuál fue la respuesta de Antonio Subranni a esas palabras de Agnese Borsellino, para que se las escriban en las paredes de la casa, dijo: 'no se puede creer en las palabras de esa mujer porque tiene Alzheimer'.

¿Pero lo recuerdan? Hay que acompañar a los jefes del ROS a la comisión Antimafia, y a la amiga de Luigi Ciavardini.

Hay quienes sostienen que es preciso simplemente borrar y abolir las conmemoraciones, porque ahora parece que solo se hace uso de la memoria para hacer teatro y pasarelas.

Yo creo que si un día una de las decenas y decenas de madres en la Plaza de Mayo les hubiera dicho a todas sus amigas que estaban en las mismas condiciones y que buscaban a sus seres queridos desaparecidos, si les hubiera dicho 'basta, no vayamos más a las conmemoraciones', la hubieran llamado loca.

O la comedia del garantismo a la italiana, que es una extraña bestia convertida en instrumento de poder. Porque ¿alguna vez escucharon a alguien hablar de los miles de inmigrantes que han llegado en condiciones infrahumanas durante décadas y que siempre terminaron chocando con el Estado italiano en un juicio sin ninguna posibilidad de defensa, sin que nadie les reconociera que se estaban equivocando, como lo reconoce un magistrado, en un juicio?

Nunca supe de los garantistas en esas ocasiones, nunca los vi, nunca los sentí.

¿Alguien escuchó a los garantistas cuando asesinaron a Federico Aldrovandi? ¿Alguien los escuchó cuando Stefano Cucchi fue asesinado?

¿Y qué es el garantismo? ¿Es solo hacer de lacayos de los poderosos cuando son procesados? ¿Es esa la garantía?

El garantismo, en un sentido noble, debería ser lo aquello capaz de acercar a víctimas y victimarios en un país, respetando la ley. Solo eso puede ser. Garantizar las condiciones para un juicio justo. Pero en los últimos años ¿qué tuvo de justo proceso que la familia de Nino Agostino debió esperar durante décadas?

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Un juicio "que comenzó casi treinta años después del crimen"

¿Y cuál fue el garantismo en los tribunales, en Bolonia, Brescia, Milán, en los lugares donde se habían cometido las masacres contra la república, cuando las investigaciones se desviaban puntualmente y las pruebas se falseaban?

"Ni siquiera sobre la falsificación de pruebas, sobre las pistas falsas, sobre quitarles a las familias de las víctimas la posibilidad de tener justicia, sobre todo eso el 'circo Barnum' del garantismo italiano nunca dijo una sola palabra. Es una extraña teoría filosófica la que sostiene que los asesinatos, especialmente en Sicilia, siempre son apasionados. Porque se mata en Sicilia, a policías y a periodistas.

Y por supuesto, si hay explosiones en el norte, son todas causadas por calderas defectuosas, uno de los dramas de la historia de Italia. Eso se dijo el 12 de diciembre de 1969 y el 2 de agosto de 1980, como reflejo condicionado de la búsqueda de los responsables, de la impunidad.

El 'circo Barnum' del garantismo italiano se creó en torno a este criterio.

Y luego están los grandes intelectuales. Hay un zorro, entre estos grandes pensadores, que se llama Lupo.

En su último libro, se burla de una vez por todas de la gran conspiración, es decir, de los acuerdos entre el gobierno estadounidense y la mafia durante el final de la Segunda Guerra Mundial. Yo pensé: ¿conseguirá demostrar que el gobierno americano no hizo acuerdos con las familias mafiosas americanas? Las que durante la regencia del Amgot (Gobierno militar aliado de los territorios ocupados, en inglés Allied Military Government of Occupied Territories) mantuvieron a sus hombres alejados del poder, los que luego fueron nombrados alcaldes de las distintas ciudades, por ser elementos de su confianza.

Pensé que encontraría el hilo de la madeja que finalmente nos abriría los ojos a la verdad. En cambio, descubro que hubo acuerdos entre el gobierno estadounidense y la mafia, también hubo acuerdos en Sicilia, donde los colocaron al frente de las comunidades, pero no podemos saber cuántos alcaldes de la mafia había, y luego ¿qué descubro?

Y aquí es donde se comprende verdaderamente la inteligencia de ciertos intelectuales. Cita una fuente muy confiable para justificar el enriquecimiento de Vito Ciancimino en su juventud y lo atribuye a los americanos que nunca están muy lejos.

En una forma de fingir que no conoce los documentos que se encuentran en el archivo de la comisión parlamentaria Antimafia y que documentan, con nombres, apellidos y cargos, cómo se enriqueció Vito Ciancimino al obtener las concesiones para el transporte de vagones entre las estaciones de Palermo.

Y eso porque ya estamos en 1950 y ya no hay americanos.

¿Saben quién es el testigo fidedigno con el que despista el enriquecimiento de Vito Ciancimino?

Massimo Ciancimino; después de lo que él y su amigo Fiandaca habían escrito.

Este es el escenario del país fuera de las instituciones.

Y cuántas cosas hay para hacer para los que no quieren tirar la toalla".

Entrevista con el abogado Repici

Luego de su exposición el abogado Fabio Repici fue entrevistado por ANTIMAFIADuemila

En 1965 hubo una reunión en el Instituto Pollio en la que estuvieron presentes Pino Rauti, Stefano Delle Chiaie y muchos oficiales del ejército. Allí se decidió utilizar a las masacres como instrumento de lucha política. ¿Cuáles son las intersecciones entre las masacres neofascistas y las del 23 de mayo y el 19 de julio?

Desde el comienzo de las investigaciones sobre las masacres de 1992 y 1993, surgieron vínculos con algunos personajes que habían iniciado su carrera criminal en el mundo de la extrema derecha. Basta pensar que el autor intelectual de la masacre de Capaci fue Pietro Rampulla, cuyo primer juicio fue el de un atentado con una brigada fascista en la Universidad de Messina contra unos jóvenes de izquierda.

Luego se descubrió que el exponente de la Vanguardia Nacional, Paolo Bellini, había acompañado las maniobras de quienes en ese momento preparaban la masacre de Capaci, Nino Gioè el primero.

Y ya se había recibido el dato procesal según el cual la línea de masacres contra el patrimonio histórico y arquitectónico de la nación había venido de Paolo Bellini.

Básicamente haciéndose eco de una idea que en la primera mitad de los años 70 había nacido dentro de Nuevo Orden.

En tiempos más recientes los intercambios y los vínculos entre las masacres de la mafia y los exponentes de la extrema derecha han aparecido cada vez más.

Se descubrieron presencias durante el período en el que la idea de las masacres en Sicilia estaba en otros exponentes de la extrema derecha y este parecía ser uno de los terrenos a explorar para intentar llegar a una verdad, que afectara también a los autores intelectuales, y que arrojara la mayor luz posible sobre cuáles fueron los motivos en conjunto por los que se llevaron a cabo aquellas masacres a finales de la primera república.

Esto creó una coincidencia temporal inesperada con el inicio de dos juicios en Bolonia por la masacre del 2 de agosto de 1980 contra Gilberto Cavallini y Paolo Bellini. La reanudación de los juicios en Brescia por la masacre de la Piazza della Loggia. Esta coincidencia temporal con la aparición de otros elementos que combinan la acción de la mafia siciliana, es decir, de Cosa Nostra, pero también de la 'Ndrangheta con hombres de extrema derecha en un patrón que empieza a mostrar piezas comunes, ha dado lugar a una no imprevisible -en mi opinión- vinculación entre diferentes entornos. Este es el clima que hemos comenzado a respirar desde el momento en que la hija de Pino Rauti fue nombrada subsecretaria de Defensa y desde el momento en que una amiga del asesino Luigi Ciavardini fue nombrada en la presidencia de la comisión Antimafia.

Sustancialmente se han creado vínculos en esos muchos mundos de poder desviado, porque tanto las mafias como la extrema derecha asesina son poderes desviados. Desafortunadamente, los aparatos institucionales con demasiada frecuencia se desvían tanto que parecen casi normales. Se creó esta unión que tiene como único hilo ideológico la negación y la búsqueda de la impunidad, incluso para los ya condenados.

Por lo tanto, con el apoyo del parlamento, se deben encontrar nuevas causales para la masacre en la estación de Bolonia para exculpar incluso a Giusva Fioravanti, Francesca Mambro y Luigi Ciavardini, que ya fueron condenados por esa masacre y hay sentencia firme.

Este es el clima de nuestro país en un momento en que, lamentablemente, la clase política del Gobierno tiene relación directa con las masacres. Porque es así, hay que decirlo, lo vemos.

Quién hubiera esperado la conmemoración del general de la P2, Maletti, en el Parlamento. Pero ocurrió. Este es el clima y este es el enemigo contra el que creo que debemos luchar. Porque, en todo caso, no se puede permitir que ese escenario se imponga y derrumbe las verdades ya identificadas, o incluso anule la posibilidad, frente a los ojos de los familiares de las víctimas, de encontrar todas las verdades que faltan".

Ya en la masacre de la comisaría de Milán en 1973, la extrema derecha se sirvió de un falso anarquista, Gianfranco Bertoli. Ahora se especula que el anarquista insurreccional Scrocco pudo haber jugado un papel en las masacres. ¿Es el mismo patrón o hay algo diferente?

Es una discusión demasiado complicada para resumirla en dos líneas. En cuanto a la masacre en la comisaría de Milán, el consejo que se puede dar es leer el maravilloso ensayo escrito por Stefania Limiti (L'Estate del Golpe') en 1973. Pero hay que recordar que la idea de falsas banderas y de cometer delitos dejando huellas que serían atribuidas a posiciones políticas opuestas y especialmente a la extrema izquierda o al mundo anarquista, es una de esas ideas tramadas en la estrategia de la tensión con la idea de los carteles chinos y con la idea de una bomba detonada por error por el fascista Nico Azzi en abril de 1973 en un tren en Liguria. El ataque se llevó a cabo después de que Azzi apareciera por primera vez caminando por los vagones con una copia del periódico Lotta Continua en el bolsillo. La historia de las falsas banderas es una vieja historia. Seguramente hay algo que también ha sucedido en años más recientes: se han producido vínculos incluso entre mundos aparentemente distantes.

Foto de portada, 2, 3 y 4: Paolo Bassani

Foto 5: Deb Photo