Viernes 26 Abril 2024

Estaría vinculado también al secuestro de un niño de 3 años, y de un hombre, que sobrevivió

El fiscal especializado en Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, solicitó a la justicia prisión para el exmilitar Ricardo Arab, uno de los emblemas de la represión en Uruguay, por cinco delitos de homicidio muy especialmente agravado, dos delitos de privación de libertad, uno de abuso de autoridad y otro de supresión y suposición de estado civil.

La operación estuvo a cargo de agentes del Departamento III del Servicio de Información de Defensa (SID) de Uruguay, del cual formaban parte las grandes y sanguinarias figuras de la represión: José ‘Nino’ Gavazzo, Manuel Cordero, Gilberto Vázquez, y el ahora acusado, el excapitán Ricardo Arab, quien también desarrolló funciones para el SID en Argentina.

Luego de muchos años de investigaciones, de testigos de último momento, de libros con las crónicas y relatos, y de la aparición casi reciente de archivos que se mantuvieron en el más absoluto silencio, finalmente la Fiscalía encargada de los temas vinculados a la dictadura militar en Uruguay logró presentar una acusación formal contra Arab, acusado de tener responsabilidad en los fusilamientos ocurridos en diciembre de 1974 contra cinco hombres y mujeres militantes de izquierda en Soca, Canelones.

Graciela Estefanell, María de los Ángeles Corbo, Floreal García, Mirtha Hernández y Héctor Brum, fueron detenidos en noviembre de 1974 de forma ilegal. Junto a ellos, Amaral García –el pequeño hijo de 3 años de Floreal García y de Mirtha Hernández- fue secuestrado y entregado a una pareja de agentes de inteligencia de Argentina, siendo recuperado después de la vuelta a la “democracia”, en 1985.

Treinta años después, surgió el relato del único sobreviviente, Julio César Abreu, que por terror no se había atrevido a dar testimonio. En su declaración, señaló que los cinco adultos fueron derivados a tres centros clandestinos de detención, donde los torturaron, y posteriormente los drogaron para trasladarlos de forma totalmente ilegal y oculta a Uruguay, en lo que se conoce como el “vuelo cero”, ya que es el primer vuelo clandestino del que se tiene conocimiento.

Al llegar al país, fueron retenidos en la “casona de Punta Gorda”, donde fueron torturados. El 20 de diciembre, los llevaron vendados hasta la ruta 70 en la localidad de Soca, en pleno descampado, donde fueron fusilados.

Se dijo que los asesinatos fueron ejecutados en “represalia” por el homicidio del exdirector del SID, coronel Ramón Trabal, el 19 de diciembre de 1974 mientras se encontraba en París. El argumento fue que los asesinos habrían sido tupamaros. Sin embargo, trascendió más tarde otra versión, que apuntaba a que los responsables estarían dentro del propio Ejército.

Arab, se encuentra cumpliendo pena de prisión domiciliaria debido a su estado de salud, por otros delitos vinculados a crímenes de lesa humanidad que ejecutó siendo partícipe directo del aparato represor del Estado.

Foto: M24

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