Domingo 19 Mayo 2024
Por Antimafia Dos Mil-4 de abril de 2022

El Tribunal de Apelaciones envió a la casa a Ramón Rodríguez de Armas, el médico del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), que funcionó en Uruguay en el período de la dictadura, y que fue responsable de la persecución y captura de quienes el Comando General del Ejército -de quien dependía- consideraba disidentes. La sentencia, a cargo de la jueza Silvia Urioste, fue revocada. Las abogadas del doctor, son nada más y nada menos que Rosanna Gavazzo, la hija del represor fallecido el año pasado, y la siempre defensora de militares represores, Graciela Figueredo.

La defensa de “Óscar 5”, atacó la sentencia de Urioste apelando con el argumento de que la prueba presentada por la Fiscalía era “muy débil”, y la “única prueba con la que cuenta”. El acusado sostuvo que lo confundieron con otra persona.

La jueza penal de 27° turno, había procesado a Rodríguez de Armas, por “haber actuado como médico, interviniendo en prácticas de tortura contra los detenidos, o proveyendo atención. Medicar a estos para que pudieran seguir siendo sometidos a tortura o se disimulara su aspecto antes de ser puestos a disposición de la Justicia Militar”, es el texto de la sentencia. Sin embargo, los integrantes del Tribunal, Graciela Gatti, Alberto Reyes y Sergio Torres, no dieron lugar al fallo al pedido de prisión preventiva, que presentó fiscalía, bajo el argumento de que la parte acusadora no fundamentó los motivos para la prisión.

La causa contra “Óscar 5” fue abierta por Elba Rama y Alicia Cadenas, ambas detenidas en 1976 en Buenos Aires, trasladadas a Automotores Orletti, donde fueron torturadas, y posteriormente trasladadas en el primer vuelo a Montevideo. Luego de estar recluídas en el “300 Carlos”, un centro clandestino en Punta Gorda, las llevaron al edificio del Servicio de Información y Defensa (SID). Tanto ellas como tres personas más, todas víctimas del terrorismo de Estado, lo reconocieron como el médico responsable de prepararlos para tapar los efectos de las torturas en sus cuerpos, y blanquear la imagen de las Fuerzas Armadas ante la prensa.

“A estos hay que darles algo para que se recuperen porque van a parecer cadáveres”, así relató Cadenas que habló Rodríguez de Armas.

Rama, y Sara Méndez, ambas mujeres lo señalaron como el médico que controlaba el embarazo de María Claudia García de Gelman, y el responsable de su traslado cuando iba a tener a su hija, Macarena Gelman.

También un militar, Bernabé Saralegui, dijo haberlo visto en 300 Carlos, en varias oportunidades. En ese mismo lugar, lo habría identificado Ricardo Gil Iribarne, quien fue presidente de la Junta Nacional de Transparencia y permaneció allí detenido por varios meses.

En Argentina, fue señalado por Sergio López Burgos, a quien acusó de haber estado presente en Orletti: “Estaba presente en las torturas”, dijo, y apuntó: “Fue él que me dio las pastillas y el que me dijo que no tomara agua después de la electricidad o iba a reventar como una chinche”.

El Tribunal, a pesar de todos los testimonios en su contra, lo procesó sin prisión, como coautor de un delito continuado de abuso de autoridad, contra detenidos.

Quizás, lo enviaron a su casa a pensar. No como los casi 200 desaparecidos, que nunca pudieron volver.

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*Foto de portada: La Diaria / registro gráfico de Federico Gutiérrez