"La guerra representa la mayor vergüenza de la humanidad. Y creo que el cerebro humano debe desarrollarse hasta el punto de rechazarla por ser una herramienta inhumana".

Gino Strada

Después de dos años de pandemia, en las palabras del difunto Gino Strada encontramos el espíritu para una humanidad verdadera y más justa, él que fue un Maestro en defender a los últimos.  Médico y cirujano que vestía la bata como chaleco antibalas, cuando entraba a los conflictos armados para curar a los indefensos, y como capa de superhéroe porque eso era a los ojos de la gente -sobre todo niños y niñas- a quienes dio nueva vida con su compromiso civil. Una certeza. Un faro. Un hombre que guardaba dentro de sí el sentido de Humanidad, sirviendo a esta última mediante la asistencia a los heridos en los conflictos sin distinción de bandos. Un hombre todavía capaz de llorar por el horror de la guerra.

Y si bien por un lado el Covid 19 trastocó casi todos los paradigmas sociales, cambió los activos económicos y financieros y empoderó a la tecnología y a la medicina, por otro lado, amplió la distancia entre pobreza y riqueza, exacerbando la brecha social de la desocupación, de la justicia y del incumplimiento de un compromiso moral fundamental esperado por todos: poner "fin" a todos los conflictos bélicos, porque "la única verdad sobre la guerra son las víctimas".

Un objetivo que formaba parte del sueño utópico de Gino Strada y de Emergency: un punto de partida para unirse, en un esfuerzo común, para ayudar a los últimos, a los indefensos y a los rechazados de la sociedad. Pero también una oportunidad para comprometerse colectivamente en la búsqueda de la verdad y en la demanda de justicia con la esperanza de que llegue pronto para todas aquellas víctimas que nunca han sucumbido a la resignación.

Feliz Navidad y Año Nuevo de parte de Giorgio Bongiovanni y todo el equipo editorial de ANTIMAFIADuemila.

-------------------

*Foto de portada: antimafiaduemila.com