Sábado 4 Mayo 2024

pegatinaPor Jean Georges Almendras, enviado especial a Paraguay-15 de octubre de 2017

Tres camionetas policiales se detuvieron sorpresivamente en un callejón de un sector del Palacio de Justicia y de ellas descendieron policías que encararon a varios integrantes de Our Voice de Uruguay, Paraguay y Argentina, al tiempo de rodearlos, cuando venían realizando una pegatina en la Plaza de la Justicia. Los jóvenes venían colocando pacíficamente los afiches (sobre la manifestación pública, convocada a tres años del crimen de Pablo Medina y de Antonia Almada) en el enrejado interior. Los funcionarios policiales les pidieron explicaciones sobre su presencia en el lugar anunciándoles que no estaba permitido colocar carteles en las rejas perimetrales del pasaje interior del Palacio de Justicia, ni tampoco realizar movilizaciones sin las debidas autorizaciones e indicaciones de la autoridad, y que el procedimiento consistía en un operativo de control, que no pasaría a mayores (obviamente, salvo que se reincidiera).

Los jóvenes Our Voice, debieron vivir ésta situación, que no fue muy agradable, la de verse literalmente rodeados por policías, que aunque no actuaron con prepotencia, mantuvieron una actitud recelosa, en su tarea de hacer cumplir las reglamentaciones vigentes, sin ceder un milímetro de su terreno de acción (y de poder)

Rápidamente intervinimos, como periodistas de Antimafia junto al director de la redacción Paraguay, y en el diálogo con una Sub Comisario a cargo se fueron aclarando las aguas pero igualmente la intervención policial impidió continuar con la tarea de colocación de los afiches con el título “Justicia Para Pablo Medina. No a la Impunidad”, al menos en el sector (al parecer “profanado”, por ocho jóvenes luciendo remeras con la identificación del Movimiento.

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Los funcionarios preguntaron sobre las características del Movimiento Cultural Internacional Our Voice ( Nuestra Voz), tomaron los datos personales de algunos jóvenes y del director Jorge Figueredo, quien además puntualizó a la oficial, que en los días precedentes él personalmente había entregado una comunicación oficial, a la comandancia de Seguridad del Palacio, consignándole que en la jornada del 16 de octubre, frente a la escalinata de ingreso al edificio judicial se habría de realizar una manifestación pacífica en apoyo a los familiares de Pablo Medina y Antonia Almada, en ocasión del juicio a Vilmar “Neneco” Acosta.

Como ya lo señalamos en publicaciones anteriores, la sorpresiva medida de cambio de fecha del juicio oral, que causo impacto a diferentes niveles, no generó –en absoluto- la suspensión de la manifestación ciudadana, tal como se anuncia en los afiches que causaron, en la tarde sabatina, la intervención de las autoridades en el Palacio de Justicia.

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Por lo contrario, la movilización se habrá de llevar adelante (con mayor espíritu militante y con mayor énfasis) con muchas pancartas y con la presencia del pueblo paraguayo (y de muchos jóvenes estudiantes) (conscientes de los difíciles momentos por los que atraviesa la sociedad paraguaya en relación a la narco política y a los conflictos sociales imperantes en el país) contándose además con la militante participación de periodistas de las redacciones de Uruguay, Argentina y Paraguay, integrantes de Our Voice locales y extranjeros, y con colegas de diarios locales, como así también con familiares de Pablo Medina.

El procedimiento policial llegó a su fin sin detenciones ni consecuencias legales. No obstante, ante la atónita mirada de los jóvenes, los policías actuantes retiraron del enrejado más de una decena de afiches colocados previamente. Y por si fuera poco, con un teléfono celular un funcionario sacó fotos a los jóvenes y algunas secuencias del operativo (¿?)

Cabe consignar además, que en ese contexto, los funcionarios no eran ajenos a que la actividad de los jóvenes estaba estrechamente relacionada con el pedido de justicia por el crimen del periodista Pablo Medina, y un no a la impunidad, por la muerte de 18 periodistas y de Antonia Almada, en manos de los narcos de diferentes regiones de Paraguay.

El episodio en sí, que no impidió que se siguiera colocando afiches fuera del predio judicial y en todo el enrejado perimetral exterior y público de la zona, no dejó de ser intimidatorio y molesto (e irritante), por más que desde la visión policial no fue más que un “control de rutina”. Y además resultó ser muy significativo, por tratarse de un procedimiento -reglamentaciones de por medio- que les dejó a los jóvenes del Movimiento Our Voice, el sabor amargo de una sutil censura (de un sistema que a estricta raja tabla) no contempla otras realidades que no sean las de las instituciones y las de la propiedad privada estatal (siendo un paseo público definido como Plaza), que tal parece, aquella tarde llegó a ser mancillada, nada más ni nada menos, que por afiches de un pedido de justicia, por la muerte de un ciudadano (Pablo Medina), no menos ilustre que las instituciones que se protegen con el ojo celoso de las fuerzas policiales.

A buen entendedor a pocas palabras.

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Tres horas antes de este “episodio”, los jóvenes de Our Voice, se dieron cita en la Plaza ubicada frente a la Comandancia de la Policía, cercana al Congreso en pleno centro de Asunción, para dar inicio a una jornada de pegatina de afiches en la zona comercial circundante. Una jornada que fue exitosa, llevada adelante con mucho entusiasmo y con mucho compromiso con la antimafia, como esencia y como estandarte de un movimiento que viene dando sus primeros pasos, con la fuerza de un gigante.

Esta vez en Paraguay, en una previa a una movilización de reivindicación y de lucha. Una lucha para que la mafia no siga adormeciendo a los pueblos y comprando a los gobernantes y a los políticos; y socavando a la democracia.

Una lucha que se hace entre todos. La misma lucha que desde su puesto de vida y de trabajo, costó la vida de Pablo Medina, de Antonia Almada, de Santiago Leguizamón, y de otros periodistas, del Paraguay y de América Latina.

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Fotos de Antimafia.