Domingo 28 Abril 2024
Desde el 27 de diciembre (en verdad desde hace mucho más tiempo) estamos sumergidos bajo casi-dogmas en los que nuestra lengua se enreda. «Israel tiene derecho de existir», es lo que leemos todos los días y lo que oimos decir desde todas las tribunas. Después vemos las tremendas imágenes de su potencia militar, sus F-16, los cañones, los helipcóteros, los tanques. Hacemos la cuenta del estrago que ya han hecho: más de 1000 muertos, 4.000 heridos de los cuales 400 graves o gravísimos. Una tercera parte son niños, la mayor parte son civiles. Por otra lado, de los que reivindican su derecho a existir y que quieren ser protegidos, no se cuentan más de diez víctimas.
Triste contabilidad, pero inevitable, porque es la viga en el ojo la que demuestra la diferencia entre David y Goliat. Solo que David es el pueblo palestino. ¿Pero entonces quién es el que tiene «el derecho de existir?»
¿De verdad hay alguien que piensa que la gente de Gaza puede amenazar la falange potente de los protectores de Israel, el principal de los cuales es nada menos que América? ¿Quien puede creer, de verdad, que la existencia de Israel esté amenazada? La lengua se vuelve de madera, o por lo menos tendría que volverse, en quien repite estas palabras.
Leo por donde paso que Hamas “ha roto la tregua” y que por esta razón ha sido castigada. ¿Pero que tregua? Nunca ha habido ninguna “tregua”. ¿Quién la ha negociada dado que Israel nunca ha querido negociar con Hamas o viceversa?
La verdad es que Hamas había interrumpido en julio, unilateralmente, el lanzamiento de sus Kassam, a pesar de que desde hacía 18 meses Gaza estaba sometida a un bloqueo casi completo, además de ilegal.
Después del paréntesis de calma se ha interrumpido. ¿Quién tiene las pruebas de las responsabilidades? Nadie, pero todos dicen que es Hamas. Por lo tanto, dado que Hamas son los malos, tienen que ser castigados. ¿Bastan los 300 niños muertos o se necesitan otros 300? O, como se pregunta Thomas Friedman en « International Herald Tribune » (14 de enero), ¿Cuál es el objetivo de Israel : «desarraigar Hamas o volverla a educar»?
A golpes de miles de muertos en cada lección.
Leo que Tsahal, el ejército de Israel, ha hecho miles de telefoneadas a Gaza. Dicen: marcharos de vuestra casa porque la bombardaremos. Gracias por la advertencia. ¿Pero a dónde vamos? Gaza se llama franja porque es un pañuelo de tierra. Y Hamas es el vencedor de las únicas elecciones democráticas de Palestina. ¿Cuántos tienen que ser castigados por haber votado a Hamas? Obvio: la mayoría. ¡Esta si que es democracia! ¿Dónde caen las bombas ? A juzgar por la cantidad y la calidad de los muertos se puede decir que caen donde se desea que caigan.
Hace sesenta y un años, en 1948, cuando los «filisteos» eran solo la mitad de los de hoy, en el mismo territorio y Al Fatah y Hamas todavía no estaban, Ben Gurion decía al Estado Mayor General: «Tenemos que usar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación de bienes, la reducción de todos los servicios sociales para liberar la Galilea de su población árabe». No había que distinguir entre culpables o inocentes. Es lo que ha sucedido sistemáticamente en estos años, ahora está sucediendo de nuevo, antes nuestros ojos. Pero hemos perdido las palabras para describirlo.
Sin embargo, las palabras más claras las dijo Sharon a la presencia del Parlamento de Tel Aviv el 4 de marzo del 2002, pero nadie parece que se las recuerde: “Los palestinos tienen que sufrir mucho más, hasta que se den cuenta de que no obtendrán nada con el terrorismo. Si no se dan cuenta de que han sido vencidos nosotros no podremos volver a la mesa de la negociación.
Aquí no se habla de Hamas, se dice “palestinos”. Los “palestinos” han votado Hamas precisamente porque Israel les ha explicado, en estos sesenta y un años, que por otro camino no pueden obtener nada.