Sábado 27 Abril 2024

Resistencia, a 48 años de la dictadura militar, empresarial y eclesiástica

Marea de gremios y colectivos en Plaza de Mayo: consignas de libertad, cientos de artistas militantes, y entre ellos Our Voice

Histórico es poco decir. Fue resistencia pura. Fue la movilización de este 24 de marzo en la ciudad de Buenos Aires (y en otras ciudades del interior de país) , a 48 años del golpe militar empresarial y eclesiástico, en la Argentina. Fue una rotunda expresión popular, de reivindicación del “Nunca Más”, y de confrontación al poder, marcando la plena vigencia de la lucha social, y el más que merecido homenaje a los 30.000 desaparecidos. Una vez más, la gran avenida de Mayo fue escenario natural del sentimiento mas noble de los pueblos libres,como es ejercer la protesta social, y el recuerdo -pero para nada en términos de festejo- de una dictadura que hoy, desde nefastos sitiales gubernamentales, se pretende negar, justificando un terrorismo de Estado que dejo un horrendo saldo de muerte. Fue un día memorable, heroico,además. Porque el colectivo popular militante y plural del hermano país se hizo cargo de visibilizar al mundo entero, que, quien hoy gobierna -Javier Milei y Victoria Villarruel, más siniestros personajes afines, como la titular de la cartera de Seguridad Patricia Bullrich- no ha contemplado, que a 48 años de la dictadura -que tuvo como mano de obra a la casta militar y las fuerzas policiales- las movilizaciones populares no han claudicado, ni han sido vencidas por el silencio o por los miedos que se imponen desde las sombras, tal como aconteció cuando una mujer integrante del colectivo de DDHH "Hijos", fue golpeada y violada en su propia casa; o cuando, hace cuestión de horas, trascendió, que desde filas del mileismo se pretendió bosquejar -basándose en artilugios jurídicos sin fundamento- la liberación de los represores, que en su gran mayoría vienen gozando de prisión domiciliaria o de encierro, en instalaciones “carcelarias” (que tienen sobradas comodidades) en Campo de Mayo.

Lo más imaginable, en resistencia popular, se vio hoy en la marcha desde la Plaza del Congreso hasta Plaza de Mayo, donde se llevó a cabo el acto central. Desde las primeras horas de la mañana dominical se concentraron densas columnas de militantes de organizaciones de derechos humanos, de sindicatos, de partidos políticos de la oposición, de estudiantes, de artistas , de activistas y de ciudadanos, y fueron el marco más indescriptible de una suerte de movilización crítica, fundamentalmente, al accionar del gobierno argentino de nuestros días.

Ni Milei ni Villaruel pudieron acallar la voz del pueblo argentino 2

Consignas, pancartas, cánticos,intervenciones artísticas -con el sello propio del fervor popular-tomaron la avenida de Mayo y las calles adyacentes, como previa a una parte oratoria que tuvo lugar a media tarde en un escenario instalado de espaldas a la Casa Rosada.

Pero el contexto fue un solo grito dirigido a quienes gobiernan ignorando las necesidades del pueblo argentino. Fue un solo sentimiento, no solo de lucha social, sino de denuncia y de reivindicación de los múltiples derechos que en los últimos años se han ido pisoteando, como antesala de los días del hoy, donde las penurias económicas, la pérdida de fuentes de trabajo, los manoseos institucionales y los recortes presupuéstales, entre otras desviaciones alterando un estado de Derecho, son parte de la agenda de la convivencia entre los argentinos, sumándose además el agravamiento de la violencia narco, desatada en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, que seguramente será muy bien capitalizada por los segundones de Milei en materia de seguridad, para criminalizar de un plumazo la protesta social.

Este domingo 24 de marzo no se atrevieron ni a reprimir, ni a amedrentar. Miles y miles de personas fueron motivo más que suficiente, para que si hubo en algún momento esa idea, desde filas del gobierno, se diluyera en cuestión de segundos. Las calles de Buenos Aires y de algunas provincias fueron del pueblo. Del pueblo sin titubeos, ni dudas. Y reprimir a ese pueblo hubiese un suicidio político. Un aquelarre, quizás el mayor en muchos años.

Ni Milei ni Villaruel pudieron acallar la voz del pueblo argentino 3

No hubo violencia estatal. Hubo lucha y festejo. Hubo arte militante, danza, teatro; hubo conciencia política. Hubo madurez ideológica. Hubo libertad. Hubo conciencia política en los innumerables carteles. Carteles y pancartas de todos los tamaños, con diversidad en sus textos. En sus reclamos. Reclamos y expresiones legítimas. Que demuestran el hartazgo del pueblo argentino, ante un gobierno de neto sello fascista, hambreador y dictatorial.

Y si bien los gremios y las organizaciones participaron de toda la gran columna, los artistas militantes dieron el toque indispensable a la masiva jornada de protesta, con la sátira, con el humor, con el baile, con la percusión. Con la voz. Fue una protesta masiva. Segundo a segundo. Metro tras metro. Cuadra tras cuadra. Paso tras paso, sobre el asfalto de la gran avenida y en los espacios destinados a las fugaces intervenciones.

Una de las expresiones de arte, que sobresalió (y lo digo objetivamente) fue la del Movimiento artístico, cultural e internacional Our Voice (nuestra voz). Dos muñecos exhibidos, de rostros inconfundibles: Javier Milei, y Victoria Villarruel, más dos garras, partiendo de sus entrañas, y carteles con muy precisos mensajes, dieron la forma al cuadro artístico militante, presentado a la vista pública. Y no paso inadvertido. Fue foco seguro de los miles y miles de celulares de la masiva concurrencia, de cámaras de televisión y de reporteros gráficos de diarios, agencias internacionales y de medios alternativos.

“Son 30.000 desaparecidos”, “Piquete y cacerola, la lucha es una sola”, “Cuidado que están vivos los ideales de los desaparecidos”, “Deuda”, “Ajuste, Terrorismo de Estado, FMI”, fueron algunas de las leyendas del manto negro adherido a las cabezas de Milei y Villarruel, haciendo parte de la presentación.

En determinado momento la diputada del Frente de izquierda Myriam Bregman, presente en la marcha junto a otros referentes de su agrupación política, se sumo por unos instantes al cuadro militante de Our Voice, y más tarde declaró a Antimafia Dos Mil su conformidad con esta movilización “especialmente en un momento histórico muy peculiar de la Argentina, en el que un gobierno como el de Milei se caracteriza por ir en contra de las clases trabajadoras y tiene el sello del autoritarismo”.

Finalmente, los artistas de Our Voice, cartelería y figuras en mano, hicieron parte de la columna humana hasta el destino final, las proximidades de la Plaza de Mayo. Allí, los discursos fueron contundentes, fortaleciendo el espíritu de una movilización, que fue calificada por los medios de prensa -que hacen parte de la resistencia en el vecino país- como una marcha sin precedentes, como una de las mayores de los últimos 40 años de democracia, no solo por la concurrencia, sino por el mensaje dirigido a los gobernantes. Ese mensaje que habla a las claras de que el pueblo argentino (que ha sufrido los efectos de la dictadura) no apoya ese negacionismo lacerante que pregonan personajes siniestros desde los puestos de poder, con Javier Milei a la cabeza.

Ni Milei ni Villaruel pudieron acallar la voz del pueblo argentino 4

El intenso calor en la capital argentina, en la jornada de esta inédita movilización, y los mensajes de autoritarismo que recientemente se lanzaron a boca de jarro sobre los sectores populares y sobre Madres de Plaza de Mayo, Hijos, y muchos más referentes de derechos humanos, no constituyeron intimidación alguna para bajar los brazos y la intensidad de la resistencia.

En contrario: esos brazos seguirán estando ahí; esas voces de resistencia seguirán estado ahi. Militantes presentes, atentos y unidos. Siempre. Siempre para fortalecer el grito de “Nunca Más”. Para que ellos, que están allá, del otro lado de la vereda, lo tengan muy presente.

“Nunca Más” es el grito que oirán siempre. El grito que Javier Milei y Victoria Villarruel, y los represores, no pudieron (ni podrán) acallar.

Fotos: Antimafia Dos Mil y Paola Becco