Viernes 29 Marzo 2024
Pues el prof. Sachs dentro de esta interrogante propuso en su exposición, con mucha claridad la realidad en la cual nos encontramos parados, dentro de un mundo que sostiene un modelo de desarrollo, que a su entender, ya no se puede sostener. Y dentro de esta afirmación él nos plantea la posibilidad de un freno. Nos pone un ejemplo: “hagamos de cuenta que en vez de estar subidos en un gigante buque petrolero nos pasamos a un barco velero más liviano, más unido a al naturaleza, con menos carga, menos consumo, haciéndonos ver que es posible “desmaterializar” este modelo, desarmarlo, repensarlo y poner en práctica de una forma masiva todas las formas de energías renovables, como la eólica, la solar, consumir menos, transformar nuestra forma de hacer las cosas, la ciencia, la ingeniería, la arquitectura, la agricultura y la cultura, transformarlas en ese “velero” que se vuelve funcional a la naturaleza y a la humanidad.” El Prof. Sachs nos dice que en vez de pensar quién lo puede hacer, si los gobiernos, las empresas, si las organizaciones, etc., etc., él nos invita a todos como humanos, a los profesionales, universitarios, empresarios, pero más que nada a todos los ciudadanos, a emprender un camino de pensar y actuar en consecuencia. Para pasar de un modelo desarrollista a un modelo mucho más humanista, ecológico, eficiente y conciente del rumbo hacia dónde vamos, para estar preparados al shock que nos pueda dar la naturaleza a consecuencia de las causas que hemos generado hasta ahora como humanidad, entonces nos dice Sachs que debemos pensar al planeta como si fuera un solo país.
Gracias a la invitación de la doctora Elizabeth Lattaro, directora del Goethe Institut del Uruguay, al día siguiente pudimos estar en una reunión más íntima con el Prof. Sachs donde profundizamos en algunos conceptos y le realizamos preguntas y nos dio claridad a nuestras dudas y que para conocimiento de todos plasmamos en estas líneas. Ante la pregunta de uno de los presentes: ¿qué experiencia tiene usted en cuanto a que los gobiernos puedan hacer en el corto, mediano y largo plazo sobre el cambio climático?
Prof. Sachs: “Yo les puedo dar el ejemplo del gobierno alemán, donde se creó un consejo de científicos sobre el cambio climático. Y este consejo ha publicado un informe muy interesante sobre Copenahgue. Por un lado se sigue una discusión científica más a largo plazo y otra política más a corto plazo. Entonces los países buscarán en Copenahgue políticas que puedan frenar los intereses económicos a corto plazo, pensando más en políticas de estado a largo plazo. Por ejemplo, lo que ocurre en la constitución de Ecuador es un intento de institucionalizar un valor que vaya más allá del interés inmediato. También en términos de la sociedad civil, hoy en el mundo la idea de crear un consejo de sabios, de hombres y mujeres que puedan ayudar en este sentido a una discusión más profunda que nos muestre que es posible un cambio en el mundo”.
Otra de las interrogantes en la reunión fue sobre cómo hacer un cambio cultural donde podamos repensar las relaciones internacionales, y también entre individuos, pensando al desarrollo en función de que todo el mundo pueda llegar a la justicia social.
Prof. Sachs: “A mi me preocupa todo este tema del ambientalismo que nos lleva a un nuevo nivel de dominio sobre la naturaleza. Ya no sólo se explota la naturaleza sino que se hace un control, una supervisión, un monitoreo completo de la naturaleza para prevenir la destrucción. Vamos a una metáfora: si uno va al abismo en un coche, hay dos posibilidades de cómo comportarse, primero, frenar, dar la vuelta y si mantiene una distancia segura del abismo, o si no se va directamente hasta el límite del abismo donde se pone a lo largo equipos de monitoreo, de supervisión, para saber con exactitud y mantener el coche lo más cerca posible del abismo. Me parece que la sociedad de hoy actúa como este segundo modelo. Nosotros queremos combinar las dos cosas, maximizar nuestras posibilidades y al mismo tiempo evitar caer al abismo. Por ejemplo, hay quien dice en Alemania, científicos ambientalistas lo hablan abiertamente, que en el futuro a lo mejor, habría que optimizar la ubicación de la agricultura, como los recursos en el mundo son escasos, tiene sentido seleccionar las ubicaciones óptimas para la agricultura. Esto viene de la mano en tratar de racionalizar globalmente, para ir donde las condiciones ecológicas son más favorables a la producción agrícola. Pienso que estos temas dentro de poco se hablarán más en el mundo.”
En un determinado momento en un intercambio entre los presentes se planteó el tema de las políticas y de los actores políticos, donde a veces por la escasez de tiempo o de interés es difícil conciliar los temas ambientales con la política, pusieron de ejemplo al Uruguay.
En esta instancia pude hacer una reflexión y una pregunta al profesor Sachs. Yo tenía una pregunta inicial, pero retomo un poco sobre lo que se estaba planteando en la mesa de discusión. Siempre es bueno tratar de convocar mesas de trabajo, pero muchas veces en la política lo que no se hace es una verdadera mesa de trabajo. Obviamente hay que juntar personas como el profesor Sachs con estos conocimientos, que están en la ciencia, en la cultura, pero también deben ser personas que realmente quieran hacer. También depende que muchos en esta humanidad se sienten a discutir estos temas con la seriedad que merecen. Ayer en la universidad, y hoy aquí deberían estar muchos políticos y tomar en serio los planteos del Prof. Sachs y de muchos que piensan parecido en todo el mundo. La pregunta arriba de la mesa es drástica, si como tantas veces no se ha tomado en cuenta en estos grandes eventos de las Naciones Unidas y otros organismos como ocurrió con el Protocolo de Kioto que apenas se ha dicho en palabras, en letra muerta como decimos aquí, si ahora en Copenahgue o en el futuro próximo, hablo del dos mil diez, dos mil once, dos mil doce, pronto, muy pronto...si de verdad no se toman consideraciones profundas para hacer cambios reales, yo quiero saber su visión, ¿qué visión tiene usted, sobre el tiempo real que nos podría quedar a esta humanidad si seguimos en el tren que vamos? Porque los cambios parecen ser muy lentos, ¿Qué visión tiene usted más allá de la política, más allá de todo, su visión humana desde su conocimiento?
Prof. Sachs: “Quizás los cambios no se notan cuando pasan, se ven en la retrospectiva. El gran cambio no es de golpe, las cosas cambian de a poco, es difícil de percibir, solo los historiadores se darán cuenta que esta sociedad es muy diferente a la sociedad de hace cincuenta años. Tenemos esta imagen del cambio de golpe, algo que cambia radicalmente, en el día dos las cosas son drásticamente diferentes al día uno, eso nunca ha sido así, y seguramente no será así con los temas que nos preocupan acá.”
Más adelante el Prof. Sachs nos brinda una respuesta en base a las soluciones que debemos tomar en cuenta.
Prof. Sachs: “Ustedes sabrán que Alemania, Francia y también en Italia, la lucha antinuclear fue un paso muy importante hace treinta años, muchas personas y muchos procesos de aprendizaje se originaron allí hacia la idea de la energía renovable, fue una respuesta contra el cambio climático. Y lo que aprendimos hace treinta o cuarenta años, por ejemplo sobre la energía eólica, está haciendo un eco sórdido y es muy importante para gestionar el cambio climático, como también lo es la energía solar y otras.”

Me gustaría al respecto de esta entrevista expresar algunas opiniones y puntualizaciones sobre el tema. La idea de que el modelo de desarrollo que se lleva a cabo debe desmaterializarse es muy interesante. El hombre no puede seguir queriendo emparchar su conducta irresponsable y destructiva hacia si mismo y hacia la naturaleza, porque ya hemos pasado el punto de no retorno, es decir dañamos a la Tierra a una velocidad mayor a la que ella puede recuperarse. Esto significa que estamos exterminando la vida en el planeta. Así que debemos aceptar ideológicamente que toda la estructura de la civilización occidental debe cambiar, fundamentalmente debe dejar de funcionar por y para el mercado y empezar a funcionar por y para el hombre, para todos los hombres del mundo y no sólo para algunos.
Por otro lado un país pequeño como Uruguay, debe darse cuenta dónde está su verdadera riqueza. Ésta, está en la tierra que es la que guarda la capacidad de producir alimento sano, no contaminado, variado. Si no lo hacemos y creemos que la riqueza está en seguir las pautas de los organismos internacionales, de las multinacionales, que sólo están comprometidas con su mercado y sus ganancias, si no nos sacamos la idea de la cabeza de que eso de ser modernos, en realidad es ser inconcientes, nos quedaremos sin nuestra mayor riqueza. Pueden pasar dos cosas: una, que nuestra tierra se eche a perder producto de la contaminación que traen esos megaproyectos, como los de la celulosa, búsqueda de petróleo, energía nuclear, agrocombustibles, etc., etc. No nos engañemos, todos son altamente contaminantes, pero a quiénes los llevan a cabo no les importa, sólo les importa no dejar de ganar, no dejar de tener el poder en el mundo. También puede ocurrir que como ellos mismos necesitarán en el futuro lugares seguros donde plantar si no contaminan nuestro suelo en su totalidad, lo poseerán, ya que los uruguayos no estamos cuidando que nuestra tierra no caiga en manos extranjeras, y un día veremos pasar los productos de nuestro campo por encima de nuestras cabezas hacia el exterior. Nosotros, simplemente no podremos pagar los altos precios, o nos venderán productos contaminados de distintas partes del mundo a bajos precios, mientras se llevan los nuestros. Y nos engañarán una vez más diciendo que nos deja buenos dividendos en los bancos. Así nuestra lana se comercializa lejos, en Europa, mientras nosotros compramos el plástico reciclado, el polar chino. Pero esto será mucho más serio porque pagaremos con nuestra salud y la de nuestros hijos, con las enfermedades consecuencia de la mala alimentación, que se sumarán a las inclemencias generadas por el cambio climático, del cual seremos cómplices, así que no podremos quejarnos o replicar a Dios, sino a nosotros mismos, por no cuidar y defender la tierra en que nos ha tocado vivir.

Daniel Amaral.