Buenas intenciones y pocos recursos frente a un componente esencial del crimen organizado

Por Antimafia Dos Mil-8 de agosto de 2022

La Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft), dirigida por Jorge Chediak, puso su lupa sobre 57 entidades deportivas, entre las que destacan clubes de fútbol de primera línea, así como también clubes de golf y de tenis, porque estos organismos (por su naturaleza) están expuestos al flujo de dinero “sucio” proveniente de actividades ilícitas como el narcotráfico, el tráfico de armas, o la trata de personas entre otros.

La Senaclaft, continuando un proceso iniciado a mediados del 2021, pasará revista sobre aquellas entidades deportivas que tengan ingresos anuales superiores a los 4 millones de unidades indexadas (aproximadamente 20 millones de pesos), y también a aquellas que declaran un activo superior a los 2,5 millones de unidades indexadas (estimativamente 13 millones de pesos).

En lo que respecta a los clubes de fútbol, los primeros en la lista de Chediak, son el Defensor Sporting Club, el Club Altetico Peñarol, el Club Nacional de Fútbol. Otras entidades, son el Automóvil Club del Uruguay, el Carrasco Lawn Tennis Club, el Club de Golf del Uruguay y el Club Biguá de Villa Biarritz.

Es importante destacar, que los ingresos son declarados por las entidades, en este sentido, “nosotros no lo vamos a objetar a menos que de la fiscalización surja que hay elementos para pedirles que amplíen”, declaró a El País, el supervisor de Senaclaft, Gustavo Misa. Quien además agregó, “en el fútbol siempre hay negociados que primero nunca se sabe cuál es la verdad, nunca se sabe qué es lo que va a poder ocurrir. Después muchas veces tampoco es lo que el club te dice porque cobra derechos federativos. A veces hay tantos intermediarios que de los US$ 10 millones le queda uno, dos o cinco”, dejando en claro las intenciones poco trasparentes que hay en estas actividades.

Desde la Secretaría Antilavado ya alertaban en junio de este año, la falta de recursos con la que cuentan para fiscalizar adecuadamente el flujo de dinero que atraviesan a estas entidades de alto riesgo. Lo que deja en clara evidencia la falta de voluntad política para contrarrestar el accionar de las organizaciones criminales, que no pueden operar sin lavar el dinero. La falta de controles en áreas sensibles del flujo de capitales, es una problemática histórica y endémica en Uruguay.

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*Foto de portada: Antimafia Dos Mil