Por Antimafia Dos Mil-1° de agosto de 2022
Todavía nos cuesta acostumbrarnos a su partida. Un año atrás, Enrique Viana perdía la vida, en plena calle, en plena Ciudad Vieja, en un Montevideo frío y gris, producto del concreto que cimienta el barrio más antiguo de la ciudad, producto del invierno, producto de la indiferencia nuestra de cada día. Su salud venía siendo alertada, su corazón estaba herido de angustias, del estrés propio de su profesión, pero más seguramente por todo lo que le exigió durante tantos años, cuando como un Quijote de la Mancha, desde su lugar de fiscal del Estado, interpuso en reiteradas ocasiones demandas contra el propio Estado -su propio jefe- por actividades que iban en contra del bienestar de la ciudadanía, o mejor dicho de la soberanía.
Aún hoy lo echamos de menos, y recordamos con emoción y hasta las lágrimas, la bondad de un hombre valiente, que no le tembló el pulso para ser coherente, aun yendo en contra de sus propios intereses personales. Un hombre amable, que supo recibirnos en su despacho, y también en el seno de su hogar, con tal disposición, elocuencia y amabilidad, que es difícil recordar a otro igual. Un profesional de extensa formación. Un hombre como hay pocos. Un ser humano excepcional y digno de seguir, de estudiar y de tenerlo como referente, si de justicia o si de jurisprudencia se trataba.
El pasado 27 de julio se cumplió un año de su fallecimiento, y su colega y amigo Gustavo Salle lo homenajeó con su presencia y un discurso, en la calle 25 de mayo esquina Solís, donde cayó su cuerpo, pero se elevó su espíritu y su memoria entre todos los que lo recordamos con emoción.
Bajo una lluvia tenue que se convirtió en torrencial (como llanto del cielo) una veintena de personas se reunió en el lugar, con el mismo cometido que llevó a Salle al lugar: recordarlo, honrarlo, y preservar su memoria.
“Aquí en este lugar, cayó muerto, víctima de un sincope nuestro querido amigo, pero al mismo tiempo conductor e inspirador de los más extensos valores, nos referimos al doctor Enrique Viana Ferreira. A mí me gustaría participarlos de distintas vivencias, que tuve el privilegio de compartir con él”.
“Cuando en el país, la putrefacta casta política, los “empresuarios”, llevaron adelante una estrategia de destrucción del sistema de administración de justicia, importando un Código foráneo -que procedía del Departamento de Estado de los Estados Unidos-, esa extrapolación que atentaba contra la integridad y la soberanía del país -que la viabilizó, nada más y nada menos que el Frente Amplio, con el concurso de los otros partidos-, mediante el cual se creaba una institución, un servicio descentralizado, la Fiscalía General, que tenía la tutela administrativa del gobierno, se creaba, como bien decía Viana, una institución del gobierno que le confiscaba al poder judicial la potestad investigativa en materia penal y de esa manera les permitía saquear, robar, coimear, con total impunidad; como sucedió, y como sigue sucediendo. En función de sus principios de decencia, probidad, honorabilidad, valentía, autoestima, Enrique Viana, en ese momento era fiscal, ganaba un regio sueldo, en una oficina, cómodo, con una gran capacidad de trabajo, com una gran formación jurídica que le permitía en cuestión de dos o tres horas, que la oficina estuviera totalmente al día, es decir, estaba en una zona de confort. Pero por su hidalguía, su valentía, su hombría de bien, no estaba dispuesto a formar parte de un engranaje criminal antipopular, que atentaba contra la soberanía, contra el sistema democrático, contra el sistema republicano. Entonces tomó una decisión, que en buena medida pudo determinar, que el 27 de julio del 2021, aproximadamente a esta hora, cayese aquí sin vida. Muerto. Tal vez de haber estado en la oficina, calentito, con la calefacción, con el tecito y el cafecito, como suele suceder con los funcionarios públicos, un día de muchísimo frio, en una audiencia que tuvo allí abajo, lo hizo entonces venir desde lejos trepando un repecho con mucho frio, lo extinguió físicamente. No lo tenemos físicamente”.
“Pero los grandes, los gigantes, tienen una cualidad muy específica, y es que no mueren espiritualmente, no mueren intelectualmente, no mueren moral, ética y axiológicamente. Sino que, por el contrario, aún desaparecido físicamente, su luz, de seres precisamente que brillan e iluminan, sigue estando presente. A tal punto, Viana poseía esas cualidades que en un reciente amparo en el que el doctor Dentone, el doctor Bordoli y el doctor Torres (se refiere a los abogados Maximiliano Dentone, Víctor Bordoli y Fernando Torres, por recurso de amparo por vacunación, ndr.), ganaron en función de un juez valiente, honesto, probo que por lealtad intelectual menciona a Enrique Viana en su sentencia. Porque Enrique Viana fue, de los juristas que, defendiendo al país, defendiendo a nuestros pobladores, defendiendo a nuestra soberanía, puso de manifiesto, la negatividad de los contratos ley. Cómo los contratos ley, avasallaban los derechos del pueblo, la soberanía nacional, la probidad en los contratos. Ese aspecto perverso de la confidencialidad, que tienen los contratos que firmó el presidente, obedece precisamente a esos institutos perversos que Viana combatió. Viana dio conferencias para enseñarle al pueblo, que precisamente, estos contratos iban a ser altamente nocivos, y ahora nos damos cuenta, padecemos la nocividad que ponía de manifiesto Viana en sus conferencias”.
“Viana era un individuo muy sensible, y eso lo llevó a realizar una defensa a ultranza de los derechos constitucionales y también fundamentalmente, obrando como fiscal, en defensa del medio ambiente. Ensayó cantidad de acciones como fiscal, contra las grandes corporaciones depredadoras y contaminantes. Actuó por la preservación de los distintos espacios ecológicos del país. Luchó a brazo partido contra la corporación que vino a establecer el modelo más perverso que haya conocido el Uruguay, que es el modelo narcoforestal, me estoy refiriendo a UPM, y a su banquero corruptor Björn Wahlroos, realizando contratos criminales, coimeros con el gobierno del Frente Amplio y luego con el gobierno actual, logrando saquear al Uruguay, y logrando establecer un modelo que nos ha llevado a la más profunda degradación. Si alguien luchó en el plano jurídico, denodadamente contra UPM, ese fue Enrique Viana. Una de sus últimas participaciones intelectuales, fue su colaboración en el libro “La entrega” (“La entrega. El proyecto Uruguay-UPM”, publicado por Uruguay Sustentable, ndr.). Viana era capaz de actos verdaderamente excepcionales. Tabaré Vázquez compró a la justicia, compró jueces y fiscales. Los compró a través de una ley, la Ley 19.485, una ley común, con la que les otorgó a jueces y fiscales un aumento de sueldo. Ustedes saben que los aumentos solamente se pueden establecer en leyes de presupuesto, de rendición de cuentas, porque eso lo establece la Constitución. Vale decir que esta limitación tiene rango constitucional”.
“Viana era fiscal en ese momento y se beneficiaba de un importante aumento de sueldo. Fue el único magistrado, ¡el único magistrado!, que interpuso la acción de inconstitucionalidad, obrando contra su propio bolsillo, contra sus propios intereses económicos. Nosotros tuvimos el privilegio de ser, el abogado patrocinante, para ser más franco y sincero, el abogado firmante, Viana no precisaba de un abogado, porque, pocos juristas en el país han tenido la enjundia, el conocimiento, el sentido común, la intuición que privilegiaba a Viana. Los intercambios de carácter político, jurídico, social que teníamos con Viana, eran profundamente enriquecedores, y por supuesto que los extrañamos. Con Viana teníamos un contacto fluido que si no era presencial era telefónico, y yo lo decía ayer en la radio Mirador del Gallo, había hasta si se quiere una telepatía. En la mañana temprano leíamos la prensa y, cuando él me llamaba, coincidíamos prácticamente en priorizar determinados temas. Era una suerte de sincronización telepática que teníamos con Enrique. Todo esto lo sufrimos, lo padecemos, lo extrañamos. Por suerte Viana, fue absolutamente prolifero escribiendo, genero mucho material escrito, que nosotros tenemos, que se utilizaron en el amparo, que los utilizó el juez. Que los utilizó Manini Ríos. Manini está en el Senado y no preso, por el conocimiento técnico de Enrique Viana. Por la acción de inconstitucionalidad que interpuso y le dio tiempo a llegar a los fueros. Pero ingratamente, llegado a los fueros, ratificó el golpe de Estado técnico. Se salvó él y dejó librado a las fauces de un sistema dictatorial y corrupto, al resto del pueblo uruguayo”.
“Viana en la última audición, el 27 de junio de 2021, hora 11:30, -que la compartimos, que el compañero Jorge Bolani, tiene notable registro de todo lo actuado, dos por tres lo sube a las redes-, condenó explícitamente lo que hoy estamos sufriendo, la infiltración el dominio de la logia masónica sobre la administración de justicia. Cuando una mafia, ocupa una institución tan importante, como es un poder del Estado, y un poder del Estado que tiene una función de contralor, ya no podemos hablar de sistema democrático, ya no podemos hablar de República. Recuerdo que, en Paysandú, a orillas del río Uruguay, sobre una chalana que estaba en tierra, Enrique Viana decía algo muy importante. ‘Cada juez, en el momento que está juzgando, es el Poder Judicial’. Esto es importantísimo, ¿por qué? ¿Qué quería decir Viana con esto? Que no es admisible el espíritu corporativo, que el juez que actúa corporativamente, actúa corruptamente. El juez en el momento de juzgar, es él el Poder Judicial, y tiene que juzgar conforme a su real saber y entender. Yo recuerdo que Enrique se horrorizaba con la famosa ley de directivas generales. La ley de directivas generales, ley 19.483, es el avasallamiento de la independencia técnica, es la matrización del magistrado. Enrique le tenía absoluta aversión a la escuela de jueces. Ustedes lo pueden comprobar porque en el Poder Real, donde estuvo infinidad de veces, se tocó este tema. La escuela de jueces es la matrización del juez. Es quitarle al juez la independencia, el libre albedrío, la valentía y someterlo. La Udelar, la academia, el gremio de los magistrados, avala el sometimiento de los magistrados. Avala la matrización, avala la corporización, nefasta, para el sistema de administración de justicia”.
“Enrique, junto a nosotros, planteó denuncias penales contra el poder, contra personeros del poder. Planteamos la denuncia penal por la ratificación del contrato coimero ROU-UPM que llevó adelante este gobierno. El doctor Lacalle Pou criticó al contrato coimero ROU-UPM, entre otras cosas por la confidencialidad. Están los audios, está el video, saquito beige. Pero como todo político cuando llega al gobierno, se olvidan del pueblo, y gobiernan para las corporaciones, y gobiernan violando la ley. Gobiernan criminalmente, y Enrique Viana, junto a mí, presentamos la denuncia penal contra UPM. Que por supuesto, la presentamos en un servicio descentralizado cuyo jefe era el denunciado. ¿Cómo nos iba a ir? Como nos fue”.
“Adviertan en esta semblanza, la gigantesca figura de Enrique Viana, la gama, el espectro de acciones de defensa, que tienen un denominador común, la defensa del pueblo. La defensa de los humildes. Nunca estuvo del lado del poder. Nunca le tembló el pulso para actuar contra el poder. Poder nacional y poder internacional”.
“Nos ha dejado un legado, nos ha marcado un derrotero a seguir. Que es un derrotero de sacrificio, es un derrotero de peligros, pero es un derrotero que tiene la satisfacción, de ser, el derrotero de los valores. Nosotros tenemos una audición, y en homenaje a esto que estoy hablando la denominamos, trinchera de los valores”.
“Para terminar, les quiero decir que, si hubo un combatiente excelso, valiente, ejemplar, (soberano, independiente, patriota, honesto, arengó la gente), jugado, ese fue Enrique Viana Ferreira, y hoy los que estamos aquí lo lloramos, lo extrañamos, pero también lo honramos, porque seguimos su derrotero, seguimos su enseñanza. Por eso, Viana no ha muerto, Viana está entre nosotros”.
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*Foto de portada y restantes: Antimafia Dos Mil
*Foto 2: teledoce.com