Cinco personas afectadas, tres por estafas, en segunda denuncia

Damnificados irán a juicio por un millón de dólares contra la misma empresa

Por Antimafia Dos Mil-24 de febrero de 2022

Las demandas por estafa en Fiscalía de Delitos Financieros no paran. Días atrás fue presentada una denuncia penal contra Baeremaecker y Perera, una conocida empresa de corredores de Bolsa, acusada de realizar un fraude de 600 mil dólares. Se trata de la segunda demanda en las últimas semanas a la misma empresa. La denuncia tuvo tres firmantes, que expresaron haber perdido “los ahorros de toda la vida”. Según trascendió, la estafa implicaría a “varios actores”. Pero eso no es todo; dos personas alegaron haber sido víctimas de estafa de la misma empresa, a la que denunciarán por supuesto fraude que implicaría la pérdida de un millón de dólares.

Ya en octubre de 2021, unas 30 personas se vieron afectadas por un fraude millonario de sus inversiones en Baeremaecker y Perera, por un valor aproximado de 3,3 millones de dólares. La empresa denunció por las acciones a una empleada que trabajaba desde hacía 16 años, y era conocida entre los clientes como “Mary”.

A fines de 2021 diez personas, representadas por el abogado Andrés Ojeda, presentaron una primera denuncia contra la empresa por unos 10 millones de dólares. La actual denuncia es representada por el abogado César Castro.

Ahora, la defensa de los dueños, a cargo de Leonardo Costa y del exfiscal de Corte, Jorge Díaz, ampliarán la denuncia a la empleada que señalan, que trabajaba con la empresa desde hacía 16 años. Su hija es acusada por haber participado en retiros de efectivo en el contexto de las maniobras fraudulentas. Díaz aseguró que, desde la defensa, pudieron comprobar que la hija tenía una participación activa en el fraude, y que “Mary” se quedaba con el dinero de los inversionistas de diversas maneras, aplicando un sistema Ponzi (donde el dinero de nuevos corredores cubre el que irán cobrando los anteriores por sus “inversiones”).

El equipo de Díaz y Costa indicaron que la mujer tenía un contrato de introducing broker, un cargo intermedio entre el cliente y la empresa. Sin embargo, desde la defensa alegaron que la demandada trabajaba como empleada dependiente, y no como una broker externa, que cobraba un salario mensual, cumplía un horario en la oficina y acataba órdenes y directivas de sus empleadores. Lo que sucedía era que al ser jubilada bancaria cobraba en negro, es decir que no estaba registrada en el Banco de Previsión Social por su trabajo, indicó Balbi.

Además, el defensor dijo que ella nunca manejó dinero, en cambio quien hacía las maniobras era el Departamento Contable de la empresa, que estaba además sometida a auditorías y arqueos.

Desde el círculo cercano a la mujer, trascendió que los perjuicios económicos se debieron a la caída de las acciones, que generaron pérdidas millonarias.

El caso se encuentra bajo la órbita de la fiscalía de Delitos Financieros, a cargo de Gilberto Rodríguez.

Historia de una estafa

“Mary”, formaba parte de un grupo de amigos a los que ofreció servicios de la empresa desde lo que dijo que era su cargo de “ejecutiva de cuentas”. Así es que en 2013 los integrantes de ese grupo -entre los que se encuentran los tres denunciantes- comenzaron a invertir en Baeremaecker y Perera. La denuncia indica que la mujer atendía a los clientes en las oficinas de la empresa. “Ella nos enviaba a menudo información financiera con logos de la empresa, remitía estados de cuentas donde aparecía su nombre, nos daba recibos de ingresos y egresos de caja con el multicitado logo y datos de la empresa y (según sus dichos) utilizaba el celular corporativo de su empresa”, indica el escrito.

La demanda indica que las inversiones se hacían en efectivo en algunas ocasiones, recibiendo los denunciantes recibos de la empresa como comprobantes. Los pagos, al menos en dos ocasiones, fueron realizados en un cambio, a quien también se efectuó denuncia ante la justicia.

El problema apareció a la vista cuando los denunciantes intentaron cobrar parte del dinero que tenían ahorrado, a lo que luego de varias evasivas, les dijo la mujer que la firma habría tenido “un problema”. Al dirigirse a la empresa, fueron notificados de que no había registros de sus inversiones. Allí es cuando surge la denuncia desde Baeremaecker y Perera a la mujer.

Desde la Fiscalía, Rodríguez armó un grupo de asesoramiento interdisciplinario, que será integrado por integrantes de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft), Dirección General Impositiva (DGI), el Banco de Previsión Social (BPS), Fiscalía, y dos oficiales de Delitos Financieros (uno de ellos especializado en lavado de activos, y el otro en delitos comunes).

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*Foto de portada: La Voz de Melo