Una nueva polémica en torno al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset se desató justamente en el programa “Polémica en el Bar” de Uruguay, el viernes 1º de diciembre. La aparición mediática de Marset con la entrevista realizada por Santo y Seña de Canal 4, el pasaporte otorgado por el gobierno al narco que le permitió fugarse de la justicia, la cultura narco, la infiltración del crimen organizado en las instituciones y en el sistema político, fueron algunos de los ingredientes que hicieron saltar de sus sillas a los integrantes de la mesa del programa.
Durante dos horas de acalorada discusión, los invitados Fernando Marguery, comunicador; Pablo Romero, docente y profesor de Filosofía; y el director de Antimafia Dos Mil, periodista Jean Georges Almendras, participaron en estudios de Canal 10, de una nueva polémica, junto al plantel fijo del programa, integrado por Julio Ríos, Patricia Madrid, Nicolás Lussich y el conductor, Jorge Piñeyrúa.
Una de las conclusiones principales del programa parece ser clara: hay infiltración en el sistema político, en la justicia, en las instituciones.
“Hace 7 meses yo dije en esta misma mesa que pronto en Uruguay íbamos a encontrar situaciones gravísimas en el gobierno”, sostuvo y agregó: “Marset es la punta visible del narco. Es un narco del montón que tiene una impronta particular, pero hace los mandados de sus jefes que no son necesariamente lo que salen en televisión”.
-¿Los narcos ya están sentados al poder? A mí me cuesta creerlo, preguntó Piñeyrúa.
“Si señor, lo he dicho en varias oportunidades. El sistema político está totalmente infiltrado y corrompido. Si no es corrupción o infiltración lo del pasaporte, ¿qué es?”, preguntó. Almendras insistió: “Estamos infiltrados de cabo a rabo”.
A esta aseveración, Madrid acotó que le parece “injusto generalizar a todo el sistema político” y sumó que “es una interpretación”. Almendras le contestó airadamente: “Son evidencias. Hace ocho meses que estamos hablando de pruebas”.
Marguery, por su parte, acompañó el concepto de infiltración: “Basado en hechos hay que saber que algo pasa”. Y también se refirió a Marset como un “4 de copas”: “Acá en Uruguay narcos del nivel de Marset está lleno. Los narcos de verdad están en otro lado. Los busca el mundo; a Marset lo buscaba Paraguay”.
“Es impensable creer que no van a permear políticos. Marset -continuó- es un narquito. Si los narcos mueven el mundo, ¿por qué creer que en Uruguay esto no va a permear?”.
Pablo Romero es profesor de filosofía en secundaria. En su intervención hizo particular énfasis en el tema de la educación: “La narcocultura corrompe la institucionalidad y los lugares de base”. También se refirió a la entrevista a Marset y a “la narrativa del narcotráfico en el que Marset aparece como un emprendedor. Es casi un reality de la vida del narcotraficante”.
“Lo están buscando alertas rojas internacionales y aparece en horario central de la televisión. El principal problema es que representa el narcotráfico como algo que seduce, que comparte música como la de Farruko que toca una estética vinculada al mundo narco”.
“Tenemos una situación muy difusa, han desaparecido pruebas para evitar que se vincule al gobierno con Marset”.
El periodista Julio Ríos continuó la línea de la infiltración: “El narcotráfico ha corrompido el sistema judicial, político, la policía. Siempre están un paso adelante porque evidentemente tienen la complicidad y el dinero que tienen a mares”.
“No podemos decir que el narcotráfico no está instalado en Uruguay”, afirmó con énfasis.
“El sistema político se saca factura permanentemente. Lo que no veo es una actitud corporativa, que es lo que merece la población, una política de Estado más allá de quién esté en frente del gobierno”.
“Y no solo es tener una policía especializada y bien paga (para no ser corrompida por los narcos), es que la justicia banque, que las leyes sean duras”.
“Es incuestionable que el narcotráfico está instalado en el Uruguay. Y Marset no es cabeza de nada. Si un expresidente de Paraguay está considerado como narcotraficante, y Marset está en Paraguay, evidentemente hay conexiones”.
A este punto, Marguery introdujo la cuestión de la legalización de las drogas, recordando que algunos presidentes uruguayos hablaron de ello.
“La lucha contra las drogas es absolutamente estéril, porque lo único que hace la droga es crecer, los narcos tienen más poder”, opinó.
Además, resignificó el concepto de narcoestado: “Un narcoestado no domina el problema. Esa es la definición. No las controla, no las puede evitar. Está lleno de narcoestados”.
“La droga existe hace 4 mil años y la venimos consumiendo y la van a seguir consumiendo. La lucha contra la droga es un gran negocio. Hagamos educación y legalicemos la droga”.
A este punto, Almendras dijo: “El narcotráfico no tiene una sola cabeza, tiene muchas cabezas, y las que dominan no son los Marset, son las cabezas del sistema político”, y puso como ejemplo a Italia, de quien refirió que “es un Estado-mafia, que tiene un sistema político pútrido. Pero hay jueces honestos”.
“Uruguay es un país bananero, que tiene leyes que han sido aprobadas para facilitar a los narcotraficantes. El Código del Proceso Penal ya es una evidencia clara. El exfiscal de Corte quitó el protagonismo a los jueces”.
“El narcotráfico no es solo el narcomenudeo por poder de barrio. Detrás de eso, de Marset, está Horacio Cartes, y Cartes era un presidente de la república. Entonces Uruguay no está libre”.
“Yo le quise hacer un reportaje al doctor Della Valle, pero no quiso” que Rocco Morabito, su defendido, se contactara con la prensa, afirmó.
En este punto, Romero acotó: “Si no va de la mano de la prevención y la educación, es ahí donde fallamos. El mundo adulto legitima el consumo”.
“No estoy a favor de la legalización de las drogas. No estamos preparados humanamente para el consumo libre -prosiguió Almendras- porque no sabemos conducirnos como ciudadanos. El educador tiene que sustituir esta aberración de la liberación del consumo de drogas. La educación es lo fundamental. Tenemos que enseñar a los adolescentes no solo el consumo para evitarlo, sino el saldo que deja el narcotráfico”.
-¿Por qué se ve en el narcotraficante una especie de ídolo inspiracional a llegar? El narco parece el crack, y al que trabaja le dice el gil. Tal fue la pregunta planteada.
Romero tomó el guante y respondió: “Es muy seductor el personaje del narco, porque no requiere un gran esfuerzo. Si escuchan la narrativa de Marset, dijo que empezó fumando marihuana. Cuando hace referencia a la cárcel lo hace desde un lugar positivo, aprendí a cuidarme. Aparece la cárcel como un sistema de valores”.
“Él dice que vende drogas porque si no alguien más la va a vender. Hay una permanente referencia a fútbol, éxito, narcotráfico, mujeres, que es muy seductor”.
Sobre el final, algunas reflexiones se volcaron sobre la mesa. En el caso de Ríos, destacó: “El narcotráfico es la madre de muchas cosas en nuestro país. No puede ser observado como un delito menor en nuestro país”, agregó. “El narcotraficante debe tener penas severas”.
Por su parte, nuestro directo Almendras concluyó: “El tema del narcotráfico está en la boca de todos. Lo que tenemos que asumir es que hay un grave problema institucional en nuestro país. Porque el narcotráfico internacional está infiltrado en las instituciones. Invito a la audiencia a reflexionar”.
Fotos de Antimafia Dos Mil / Nicolás Pereiro