Viernes 3 Mayo 2024

La violencia letal impulsada por el crimen organizado en la ciudad más violenta de Argentina, sigue escalando y parece estar decidida a golpear los poderes directos del Estado, incluso a la justicia. Las permanentes amenazas en forma de pintadas o panfletos, aseguraban que la “mafia” iba a comenzar a atentar contra la policía, la política y la justicia. El primer mensaje no se hizo esperar, se cruzó esa barrera que muchos, quizás ignorando la carencia de límites de estas organizaciones, parecía inviolable.

El pasado jueves 14 de septiembre, un policía inspector fue asesinado dentro su vehículo, un Fiesta Kinetic, en la puerta de la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en Lamadrid al 500. El efectivo se encontraba en el interior de un vehículo cuando fue interceptado por varias personas a bordo de un auto Citroen C3 color rojo. Horas más tarde, el auto utilizado para el crimen fue encontrado abandonado en las calles Bustamante y Leiva. La víctima fue identificada como César Carmona (50 años), quien se desempeñaba en la dependencia desde hace seis meses.

Ocho fueron los impactos contabilizados en su cuerpo, siendo trece los disparos que ejecutaron los criminales. César Carmona murió en el hospital Roque Sáenz Peña, lugar al que fue trasladado en estado crítico. De acuerdo al pre informe de la autopsia, la causa del fallecimiento fueron dos impactos de bala en el tórax. El cuerpo también presentaba impactos en las piernas.

Sin duda alguna este crimen terminará sacudiendo la estantería de los distintos poderes, aquellas amenazas comenzaron a concretarse, lo que claramente evidencia el estado de indefensión que tiene la sociedad en su conjunto de cara al accionar mafioso. Hasta el momento, quienes pagaban con su vida eran aquellos jóvenes integrantes de distintas bandas dedicadas al narcomenudeo, hoy ese paradigma parece haber tomado otro rumbo.

Las hipótesis que maneja fiscalía son muchas, ya que, si bien no suele trascender de manera mediática lo que por debajo se comenta dentro del seno de la institución policial, se ha filtrado, tras bambalinas, que el agente policial asesinado no estaría “sucio”, ni sería partícipe de actividades ilícitas. Las interrogantes son muchas, y si bien resultaría apresurado consolidar una teoría, la espinosa coyuntura que atraviesa la ciudad de Rosario invita a realizar un minucioso análisis y concentrar la investigación en el profundo anclaje que tienen las mafias en la ciudad puerto.

El caso, investigado por el fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazzo tiene al menos cuatro líneas investigativas. A continuación, detallamos las hipótesis del homicidio de César Carmona:

-Hacía adicional en una financiera del centro de la ciudad, el día jueves finalizó el adicional y se retiró con una mochila. Los asesinos lo seguían desde el centro.

- El martes hubo allanamientos y detenciones, César Carmona participó de los mismos. Actualmente la sede de la Delegación de Asuntos Internos se encuentra vallada.

- Hace 15 días se supo que un preso de alto perfil ofrecía 400.000 pesos por cada policía asesinado.

- La patente del Citroën es de la provincia de Tucumán, una hipótesis es que los asesinos pertenezcan a una banda delictiva que suele visitar Rosario, y no tenían registro alguno de la existencia de la Agencia de Investigación Criminal en el ex Batallón.

Un detalle para nada menor, nos conduce al pasado 25 de agosto, cuando dos “tira tiros” que se desplazaban en una moto, dejaron una nota y realizaron nueve disparos en la sede de la AIC. El cartel decía: “Nico Camino, Eric Masini, fiscal Edery, dejen de matar gente inocente. Si no, vamos a matar policías, jueces y fiscales”. Las referencias eran sobre los presos Pablo Camino y Héctor Rodolfo Masini, vinculados a Los Monos, que están alojados en el penal federal de Rawson.

La fiscal regional María Eugenia Iribarren sostuvo que el homicidio no puede investigarse como uno más: “Más allá de que cada muerte es importante, este tiene características particulares y lo trabajamos de esa forma, buscando dar una respuesta inmediata”. La fiscal no dejó dudas de lo conmocionante del crimen, por ello enfatizó que se trata de algo “que afecta no solo a la Policía y la Justicia, sino que también a toda la sociedad. Hablamos de cómo impactan las investigaciones y prevención de esos hechos si se ataca a quienes tienen que investigarlos o proteger a la ciudadanía”.

Cabe destacar, y si bien podría tratarse solo de una coincidencia temporal, el crimen de César Carmona se ejecuta días después del triunfo electoral de Maximiliano Pullaro, ex ministro de seguridad de la provincia de Santa Fe ¿Se trató de un mensaje? ¿Puede existir un hilo conductor? ¿La violencia en Rosario se extenderá incluso hasta golpear a las distintas instituciones?

Lo único cierto es que mientras se siga minimizando la cruenta espiral de violencia que atraviesa a estos arrabales, la realidad se tornará cada día más virulenta.

Uno de los proyectos que impulsará el futuro gobernador Maximiliano Pullaro, tiene su anclaje en la Ley de Narcomenudeo, la cual supuestamente ayudará a combatir el narcotráfico en todas sus ramificaciones. La ley nacional N° 26052 que data de 2005 y a la que ya adhirieron provincias como Córdoba, Provincia de Buenos Aires, Salta, Chaco y Entre Ríos, ha demostrado con creces no ser una herramienta valiosa, ya que no ataca el corazón del narcotráfico, pues el lavado de dinero sigue su curso mientras que los eslabones más pequeños son los que terminan pagando con su libertad sirviendo tan solo de rancia publicidad electoral.

Rosario, al igual que la luna, tiene dos caras, una de cara al río, opulenta y levantada con capitales de muy dudosa procedencia, y la otra, la de los barrios, esa que no escatima en derramar sangre joven para que el boom inmobiliario junto a la especulación, sigan ganándole por goleada a los sueños rotos del piberío.

No habrá salida alguna sin un proceso judicial como el que supo tener Italia y que se denominó mani pulite (manos limpias). Pero claro, para ello hace falta magistrados éticos, y ese parece ser un atributo que en Argentina no se consigue fácilmente.

La realidad nos ha demostrado que la ciudadanía vive en un limbo, en un cúmulo de ignorancia que nos deposita inexorablemente en la indiferencia que tiene su ligazón con un gran paso criminal dado dentro de una democracia de muy baja intensidad.

El sistema mafioso necesita y se fortalece a través de la indiferencia ciudadana, cuanto menos se sepa de nombres y razones sociales que intervienen en el blanqueo y fuga de dinero, más se fortalecerá el accionar del crimen organizado.

Foto: Conclusión