Sábado 18 Mayo 2024

Fue en el departamento de Durazno, en el Uruguay

Ya no asombra. Ya no genera estupor, que, en una camioneta, que circulaba por una ruta de Uruguay, en el departamento de Durazno, en la que viajaba una pareja de ciudadanos paraguayos, con su pequeño hijo, se hubo encontrado cocaína, más precisamente unos 85 kilos. Un procedimiento, que lejos de alertarnos, no hace más que confirmarnos, que ya el pasaje de esa droga por territorio uruguayo, ya es un hecho si se quiere normal. Solo que esta vez, no fueron toneladas de cocaína, sino una cantidad menor. ¿De dónde venía la droga, y hacia dónde iba? Se viene trabajando en tal sentido. La cuestión es que unos paraguayos que dijeron estar vacacionando, parecería más bien que estaban transportando paquetes con una sustancia non santa. Definitivamente, en esta oportunidad el narcotráfico fue en menor escala, haciendo parte del contexto de la región, donde el narcotráfico ya es transnacional, y no de exclusividad local. Las autoridades sospechan que esta droga estaba destinada al consumo regional, monitoreada seguramente por personajes del gran mercado, como no puede ser de otra manera. Pero todos estos pormenores recién serán definidos con certeza luego de que concluyan las averiguaciones de rigor, para después comenzar a atarse cabos y llegar, a los peces gordos, que siempre los hay.

Fue en la ruta 5, en un control de rutina. Uniformados de Policía Caminera detuvieron el vehículo, seguramente por tratarse de un vehículo matriculado en el Paraguay, o quizás porque avistaron algún movimiento sospechoso que debe haber sido realizado por quien iba al volante.

Lo cierto es que, en el control de rutina, los policías actuantes solicitaron -como es norma- documentación reglamentaria de personas y del rodado. Y en esas circunstancias fue que la labor policial se dio de bruces con el cargamento.

Ruta 5 incautan unos 83 kilos de cocaina 2

La astucia policial de quienes llevaron adelante la revisación del vehículo dio sus frutos. En el interior de la camioneta se hallaron paquetes amarillos. No eran bombones ni comestibles. Nada de eso. Eran los ya conocidos ladrillos de una sustancia que luego se constató era cocaína de alta pureza.

Los ocupantes del vehículo -de alta gama- eran un hombre, una mujer y un hijo de ambos, de dos años. Como única respuesta al inicio del procedimiento, cuando le solicitaron al conductor explicar qué estaba haciendo en el Uruguay, fue que estaban vacacionando. Tras inspeccionar la camioneta, ya no hubo más diálogo. Los vacacionistas no pudieron explicar más nada. Se les informó que estaban detenidos y a disposición de la fiscalía y de la justicia, y que allí mismo, en la ruta 5, dentro de los límites territoriales del departamento de Durazno, se les habían acabado los días de descanso.

Cuál es la procedencia de la droga, por dónde y cómo fue ingresada al país. Si venía en el mismo vehículo, desde el punto de origen, pudiera ser Bolivia, o Perú, o mismo Paraguay, es algo que se habrá de determinar con el correr de las horas.

Por ahora, el cargamento fue interceptado, estimándose que capaz hacía parte de un negocio destinado al mercado interno, es decir Uruguay, pero no se descarta que quizás también podría ser, para el consumo en Argentina. 

Tanto la policía, como la Fiscalía deberán echar aguas claras sobres estos aspectos. Es muy prematuro aventurarnos a dar respuestas firmes, por ahora solo hay hipótesis, y la más absoluta certeza, desafortunadamente, de que nuestro país sigue siendo camino propicio para el pasaje de cargamentos de cocaína, ya sea en menor, mediana o mayor escala.

Y esto significa que estamos literalmente contaminados, por un negocio mortífero transnacional y colmado de beneficiarios. Un negocio para seguir destruyendo vidas y economías. Y lo que es peor, la credibilidad de las personas. Creer que estamos preparados para neutralizar todos y cada uno de los movimientos del narcotráfico. Nada de eso ocurre. Nuestro territorio sigue siendo zona fértil para esta forma de criminalidad, desgraciadamente. Y las evidencias, en los últimos diez años son abrumadoras.

Uruguay, es decir sus instituciones, no están preparadas para confrontar al narcotráfico, cuya instalación dentro de los límites fronterizos, hace ya bastante tiempo, no es una metáfora, es un hecho. 

Los narcos de allá, y los narcos de acá, lo saben. Y las autoridades, también. Solo resta afinar las voluntades necesarias para que la lucha arroje resultados. En la ruta 5, en las últimas horas, la buena tarea de policías de caminos, desarticuló un negociado narco, pero no siempre ocurre así.

Este cargamento de 83 kilos fue tan solo, la punta de un iceberg. Un enorme iceberg, existente en la región y en nuestro país, claro está.

Fotos: Ministerio del Interior