También es amenazada de muerte, vía video WhatsApp la titular del Ministerio Público y su hija

Congoja y estupor, rabia y dolor, e indignación, tras el asesinato de un fiscal en el Ecuador a manos de sicarios que lo emboscaron y lo acribillaron a balazos con armas automáticas. Segaron la vida del agente fiscal Leonardo Palacios, quien desde el año 2011 estaba asignado a la Fiscalía del Guayas, en la Unidad de Fe Pública, y recientemente -desde el 2018- venía cumpliendo tareas en cantones provinciales, como Salitre, Daule y Durán, haciéndose cargo de casos criminales, relacionados a hechos de sangre y delitos de narcotráfico. El pasado jueves, en horas nocturnas, la mano criminal decidió hacerlo a un lado en Durán, precisamente cuando salía de una audiencia, oportunidad en que dos hombres lo abordaron tripulando una moto, descargando sobre él las armas que portaban, para finalmente darse a la fuga, dejando a sus espaldas a un funcionario público, caído en el suelo en medio de un charco de sangre. Era el punto final, para un hombre honesto. Un hecho de violencia más, en un país que se viene desmoronando desde hace ya algunos años, dentro de una espiral de barbarismos causados por las intolerancias políticas y por el crimen organizado, que, aprovechando debilidades institucionales, siembra muerte, dentro de un contexto de terror y de prepotencia criminal indescriptible. Y tanto es así, que prácticamente en paralelo, no lejos de Durán -donde abatían a Palacios- se registraba otro hecho nada menor, y no menos grave: la titular del Ministerio Público ecuatoriano, Diana Salazar denunció haber recibido amenazas de muerte, contra ella y su hija. Dos episodios estremecedores que están siendo investigados desde diferentes ángulos. Dos episodios que han causado fuerte impacto en el Ecuador y en la región, y que permite visibilizar el grado de penetración del crimen, dentro de la comunidad humana de ese país, siendo en definitiva una suerte de alerta que habrán de asumir las autoridades correspondientes, al tiempo de instrumentar severas medidas de custodia para la fiscal amenazada y para su hija, sin perjuicio de adoptarse otras medidas preventivas.

Historiando todos estos hechos, que desconciertan y nos ponen los pelos de punta, consignamos que el fiscal Palacios fue literalmente emboscado cuando circulaba en un automóvil acompañado de su secretaria, al momento de retirarse de una audiencia por un caso de asesinato. Según testigos presenciales, el vehículo del fiscal se desplazaba por la avenida Nicolás Lapentti, en Durán, cuando sorpresivamente fue interceptado por una moto y dos hombres -sicarios naturalmente- portando uno de ellos una subametralladora calibre 9, con la cual lo acribilló a balazos, prácticamente a quemarropa. Mientras que Palacios era alcanzado por los proyectiles -se encontraron cerca de 40 casquillos en el lugar del hecho- su secretaria logró ponerse a resguardo instintivamente, resultando ilesa.

Los sicarios se pusieron a distancia del vehículo con su víctima y se perdieron por las calles amparados en las sombras de la noche. De ahí en más se dieron las alertas y acudieron al lugar ambulancias y personal policial. Pese a los esfuerzos médicos no fue posible salvarle la vida al agente Fiscal. Sobrevino la desazón, la indignación y la jornada culminó con un luto generalizado en ámbitos tales como la familia de Palacios, y la familia del Ministerio Público.

Cabe acotar, como elemento dramático que se sumó a éste, fue que al final de la jornada, las autoridades y los medios de prensa tomaron conocimiento de la amenaza de muerte que recibió -ese mismo día- la titular del Ministerio Público, Diana Salazar y su hija.

Trascendió que Salazar recibió la amenaza en un video que llegó a su celular a través de WhatsApp, procedente de una cuenta asignada a un número de Ucrania -con prefijo 380- que en su foto de perfil mostraba una imagen suya.

Se dio a conocer que en el video se ven a seis personas armadas con fusiles y vestidas de negro y con gorras. Una voz dice específicamente: “Ya vas a cumplir años, no quiero arruinar tu fiesta matándote a tu hija”. La hoy titular del Ministerio Público es conocida en Ecuador, por haber procesado por corrupción al expresidente Rafael Correa.

Pero la parte más dramática resultó ser cuando la voz dice, al tiempo que los hombres armados apuntan sus fusiles contra el suelo: "Si no te vas por las buenas, te vas por las malas y por la malas te mando a festejar al infierno”.

Una amenaza de muerte tras otra: contra la fiscal Salazar y contra su hija. Un hecho inaudito, y terrible por donde se lo mire. Tal la espiral de violencia causada por el crimen organizado en ese país, donde el año pasado dos fiscales y un juez fueron asesinados a balazos, en manos de sicarios, en diferentes puntos del territorio ecuatoriano.

¿Hasta cuándo habremos de ser testigos de estos desmanes dentro de países donde se supone rige un estado de Derecho y hay garantías suficientes para que la democracia se ejercite sin terrorismos criminales? ¿Hasta cuándo habremos de informar de estos episodios cruentos causados por la mano mafiosa, en un continente que parece irse desangrando progresivamente, atravesado por ideologías criminales de todo pelo?

Denunciamos estos episodios, esperanzados, de que desde los sitiales del poder político y desde la instituciones de gobierno se cierren filas para frenar tanto barbarismo instalado en nuestras sociedades, de hecho a merced del delito, del sicariato, y lo que es peor, de quienes son los mandantes del sicariato, que son en definitiva quienes mueven los piolines del poder criminal, cómodamente situados bajo las sombras de la impunidad, haciendo estragos a su paso, muchas veces a la vista de todos los ciudadanos.

Y muchos hay, de entre esos ciudadanos, que ni siquiera perciben dónde se encuentran ubicados los mandantes de tanta sangre y de tanto dolor; y muchos hay, también, que sí lo saben, y hasta se atreven a llorar lágrimas de cocodrilo. Horrendo, pero muy real.

Foto de portada: Metro Ecuador

Foto 2: El Universo / Cristian Cagua

Foto 3: Fiscalía General de Ecuador