Exministro de Seguridad de Santa Fe presenta su libro “Ciudad de pobres corazones”

Marcelo Saín, exministro de Seguridad de la provincia argentina de Santa Fe, vuelve a las canchas. En los últimos meses, ha aparecido públicamente en varias presentaciones de libros. En este caso, presentó un libro de su autoría, en la librería Homo Sapiens de la calle Sarmiento, en la violenta pero bella ciudad de Rosario. Se trata de Ciudad de pobres corazones: Estado, crimen y violencia narco en Rosario. En esta oportunidad sirvió de encuentro con la diputada peronista y abogada de derechos humanos Matilde Bruera, el criminólogo Enrique Font, el abogado pro Macri, Roy López Molina, y las decenas de personas que colmaron la sala, preocupadas y atentas por la problemática que arrasa las calles de Rosario.

Es el año más violento de la última década: solo en los primeros meses de 2023, Rosario lleva ya 108 homicidios. Esta situación de descontrol es a las claras un llamado de atención para todos los actores políticos. En ese sentido, Marcelo Saín, junto a figuras políticas, ahondaron en algunos conceptos.

“El libro no es un relato de algo que sucedió, es algo que está”, describe Enrique Font. En su evaluación sobre el libro, comenta que, aunque hay quienes lo definen como un libro de criminología, entiende que es un recorrido de cómo los gobiernos, la policía y la justicia fueron abordando la problemática que lleva años creciendo sin parar.

“Si se da una historia de delito con cierta capacidad de producir dinero, eso es un fenómeno con potencialidad para corromper actores del Estado, empezar a contratar policías. Si esa policía es desorganizada, débil, abre el juego para que la policía sea contratada por las bandas”.

“No se puede entender el delito sin el control del delito”.

También denunció que el sistema anterior de justicia no esclarecía los homicidios; la policía, dijo, cobraba mensualidad a los criminales para no incriminarlos y de esa manera mantenerlos protegidos.

“Los que trasgreden se parecen mucho a todos los que estamos acá, todos los que están cruzando las calles. Son actores que no están sobre diferenciados, al contrario, hay que hacer un esfuerzo muy grande para mostrar como gente ‘común y corriente’, de sectores populares, de los que van a llevar los negocios financieros, de la administración de justicia, pueden transgredir la ley de manera grave, de manera banal a veces”.

“Nunca el núcleo de poder tras bambalinas en la provincia de Santa Fe estuvo tan expuesto”, dijo.

Los invitados a presentar el libro de Saín le dieron su tácito apoyo, quizás por cortesía, quizás por política, quizás por un real acuerdo implícito con sus actuaciones, polémicas, como sus declaraciones, pero que por eso mismo despiertan odios -muchos- y amores -algunos, seguramente-.

Matilde Bruera fue también crítica con el Poder Judicial y la policía, y dijo que hay impunidad en ambas instituciones. “Los tribunales federales parece que no saben qué es un narcotraficante”, manifestó; “los juicios eran armados”.

Incluso fue más allá. Recordando sus años de experiencia como abogada, dijo: “Cuando venían y me decían ‘la droga me la pusieron’, yo decía no te van a creer. Después me di cuenta que tenían razón, que se la ponía” la policía. “El que venía a hacer el allanamiento iba con un paquetito, si no, no descubría nada. Eso es un mecanismo de impunidad”.

Para Bruera, el juicio que se lleva adelante contra Los Monos es un juicio armado para sacarlos y hacer entrar en el juego a otras bandas. También destaca una frase del libro, que resume todo: “El problema es el Estado”, donde incluye la corrupción policial, judicial y política, pero además menciona a los empresarios que participan en el lavado y convierten la economía ilegal en un flujo legalizado de dinero. Esto es lo que Sain llama “bloque de poder”.

“La fragilidad institucional impide la regulación del delito, y persigue a quienes exponen las causas con datos específicos”, señala.

En su turno, el autor del libro, dijo que lo que se sustenta a nivel político contra los delitos “no tiene nada que ver con el control del delito, tiene que ver con un juego político para la tribuna por eso lo único que se aprueba son leyes que amplían la presión preventiva”.

“Este pacto político, la ruptura del doble pacto, del pacto político policial y policial criminal, evidentemente se ha roto en la provincia de Santa Fe y está desmadrado”.

“Esto que la gente dice en la calle, es así, Rosario es una ciudad liberada. No hay control de la calle, no hay control del delito, no hay control de nada”, declara el exministro.

“Y entre las anomalías que señalan las particularidades de la ciudad de Rosario, no solamente son los altos índices de delito, sino que el dinero del narcotráfico se procesa en las ‘economías legales’, los empresarios -algunos empresarios, no todos obviamente-, sus inversiones, su origen, es ese. Como decía Marx, el capital originario; mi capital originario es el narcotráfico”.

“Es muy importante porque es lo que ha generado desde el año 2011 hasta la fecha que es este grado de impunidad y este grado de sostenimiento del delito”.

“Las grandes bandas de narcotráfico, hay algo que es ridículo, la primera banda grande del narcotráfico que aparece en los años que son los monos, que aparecía como el buco del narcotráfico, nunca tuvo un juicio de droga, nunca pasó por los tribunales federales, pasó recién después en los juicios, pero en todos estos años, nunca habían pasado los narcotraficantes, no tenían una sola causa, un solo antecedente de un juicio por violación de la ley es fácil, esto realmente si esto no es la impunidad que es la impunidad”.

 “¿Cómo puede ser que la segunda economía nacional tenga un Estado tan endeble? (…). ¿Cómo se puede armar un emporio criminal en una ciudad como Rosario?”, se pregunta Saín. Y critica: “Nadie nace narco, nadie nace asesino, nadie nace ladrón y nadie nace policía torturador, hay una construcción social”.

“Este es un estado mafioso. La mafia es un emprendimiento privado, no estatal, de acuerdo en sus orígenes y fundamentalmente en Italia. Es una mafia de Estado, porque te extorsiona a través de los poderes públicos. Acá no te mandan a tirar tiros, te aprietan con jueces armándote causas, te aprietan con la policía. Es una mafia estatal; extorsionan, aprietan, presionan, pero desde el Estado, y con los poderes del Estado, no con los tiros”.

“Acá hay financiamiento de dirigentes políticos de dinero que salieron de acuerdos entre policías y nada. Y si ustedes son inteligentes y ven ciertas campañas, inclusive las pasadas, van a ver quién mueve más dinero y nadie se preguntó acá de dónde sale la guita y en qué cargos estuvieron las personas que manejan esos recursos y cuáles son las empresas familiares que tienen y cómo se inflaron patrimonialmente durante la gestión de esas personas al frente de determinados ministerios. Lo tienen en la vista. Lo que pasa es que cierto ministerio público no va a investigar eso porque algunos de esos dirigentes manejan bloques importantes de diputados”.

La propuesta de Saín para combatir el crimen organizado, que es conocida lamentablemente en muchos países, es por lo menos polémica: “La cosa importante es hacer todo lo posible para que los gerentes del narcotráfico sean gerentes, no violentos, como hacen los europeos y como hacen los norteamericanos, es decir, líderes del narco que manejen esa ilegalidad del negocio mientras es ilegal pero que hagan ciertos acuerdos tácitos con un Estado que no sea socio, que no pase a retirar droga, que no haga violencia, que haga controles fiscales, que no vayan en campañas”.

La discusión sobre qué hacer en Santa Fe y particularmente en Rosario, sigue levantando polvaredas, enfrentando posturas y buscando crear nuevas formas y nuevos entendimientos, para tratar de dar solución a un tema tan difícil como lo es la expansión de la violencia; un tema quizás más urgente para la política, que frenar la delincuencia. 

Quizás, por la necesidad de que los negocios criminales, sigan tapados.