Los ataques contra televisoras, prensa y radios de Rosario parecen ser un modus operandi de los grupos criminales en Rosario, que ejercen violencia contra estos establecimientos, y muchas veces, plantan amenazas. Quizás sea una forma de amedrentar al periodismo. Quizás sea una forma de visibilizar a ciertos grupos interesados, que están dispuestos a atacar en todas partes, y que no dejarán de crear fama a la ciudad, como medio de obtener resultados. ¿Cuáles? Poder, dinero e influencia. ¿A quién quieren mostrar sus ataques? Solo Dios sabe.

Sin duda, además de la violencia, es muy preocupante el ataque constante a la prensa, y a la libertad de expresión.

El pasado jueves, la radio LT3 de Rosario fue blanco de ataques y balazos, en dos oportunidades. En la mañana, según denunció el Sindicato de Prensa y el propio medio a través del aire y de su página web, la planta de transmisión, que se encuentra en el medio rural –a unos 15 kilómetros de la ciudad de Rosario, en Alvear- fue atacada. Las instalaciones fueron dañadas, y fue provocado un incendio.

A la noche, dos funcionarios de la emisora se acercaron hasta allí para reparar los daños. Mario y Gustavo Giuntini llegaron sobre las 22:30 horas, acompañados por personal policial, cuando dos delincue familia porntes en moto se acercaron y abrieron fuego contra un patrullero que se encontraba en el lugar, poniendo en grave peligro a los trabajadores. En el lugar la balacera enfrentó a policías y criminales, que dispararon con ametralladora.

El sindicato de prensa de Rosario emitió un comunicado donde lamentaron la situación, destacando que “solo por azar” el hecho “no se cobró la vida de nuestros compañeros, quienes están profundamente conmocionados por la situación” y exigieron además “de forma urgente una reunión con el gobernador Omar Perotti y las autoridades del área de seguridad”.

En el comunicado, replicado por los medios de prensa locales, señalaron que se cometieron “más de 20 actos vandálicos de distinto nivel” y que “en todo momento fueron denunciados por nuestro sindicato”.

“Otro oscuro atentado que preocupa al gremio de la Prensa, que viene sufriendo distintos ataques y amenazas que ponen en riesgo la integridad de nuestrxs compañerxs y el trabajo periodístico indispensable para garantizar el derecho humano a la comunicación”, concluye.

La Defensoría del Pueblo, se solidarizó con los trabajadores de prensa, y llamó la atención sobre lo que representan este tipo de ataques: “No son mero vandalismo. Son también un ataque concreto contra la libertad de expresión, porque impiden que un medio, la radio más antigua de Rosario (instalada en 1923), pueda continuar emitiendo”.

En esa misma línea, pidieron a las autoridades de Santa Fe adoptar “todas las medidas de seguridad necesarias a los fines de garantizar que la planta transmisora no vuelva a sufrir hechos de vandalismo y que se garantice la seguridad de los trabajadores de LT3”.

La radio actualmente se encuentra fuera de aire, y en arreglos para poder continuar con su habitual transmisión.

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