Por Jean Georges Almendras-21 de diciembre de 2022 

Estaba requerido desde mediados de año, plenamente identificado como la persona que condujo la moto acuática, a la isla de Barú -en el caribe colombiano- transportando al sicario que dio muerte a balazos al fiscal Marcelo Pecci, el 10 de mayo de este 2022. Oportunamente, cuando las autoridades dieron a conocer detalles del magnicidio y la identidad de los detenidos -cinco en total- también se conoció públicamente la identidad del sexto sujeto implicado en el hecho de sangre que conmoción al país y al mundo, señalándose que se encontraba prófugo, y en territorio venezolano. Desde aquel momento, a la fecha, comenzó a ser buscado intensamente, y en las últimas horas, se le dio la voz de alto en un barrio periférico de la ciudad de Caracas.

Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, es nacido en Venezuela y seguramente por esa razón, a la hora de huir del escenario del asesinato, puso proa hacia su tierra natal, deducimos, porque la conocía perfectamente, y porque, además -dado su perfil delictual- allí hallaría protección, de hecho, entre el submundo de la mafia operante en esa región de América Latina.

Mientras sus cómplices fueron detenidos y sometidos a la justicia, acumulando condenas, su rostro fue dado a conocer por el mundo, y en consecuencia la búsqueda de las autoridades se intensificó notoriamente. 

Informaciones procedentes desde Colombia, dan cuenta que Salinas Mendoza no sería extraditado a Colombia, y que el procedimiento de captura se hizo en forma prolija, fruto de una planificación que tuvo como base datos que poseía la fiscalía general de la Nación.

Como se informó oportunamente -en sendos informes de Antimafia Dos Mil- ya fueron condenados los restantes sicarios involucrados en el magnicidio de Pecci. Se trata de las siguientes personas: Cristian Camilo Monsalve, Eiverson Zabaleta, Wendre Still Scott, Marisol Londoño Bedoya y Francisco Luis Correa, quien habría sido el cerebro del atentado mortal contra Pecci.

Datos ya consignados al periodismo pautan que Correa Galeano hubo ofrecido a cada uno de los implicados, en la acción misma de abrir fuego contra el fiscal, unos 190 millones de pesos; vale decir a Wendre Still Scott y el recientemente capturado Gabriel Salinas.

Fuentes de la Policía Nacional de Colombia dejaron bien en claro, en conversación con periodistas locales, que Correa hubo entregado en la ciudad de Medellín un primer pago de 80 millones de pesos y 40 millones a cada uno, como adelanto, acordando pagarles el resto, una vez consumado el hecho. En ese marco, Correa, una vez asesinado Pecci, entregó lo estipulado a Gabriel Salinas y éste se dio a la fuga, con todo el contante y sonante en su poder.

Todo este episodio de sangre, que causó impacto a diferentes niveles, desató igualmente una serie de hipótesis respecto a los ideólogos, o al ideólogo, barajándose como posibles instigadores o mandantes, a organizaciones criminales de origen paraguayo y brasileño, e inclusive al narco uruguayo Sebastián Marset, cuya fuga de los Emiratos Árabes, portando un pasaporte expedido por las autoridades uruguayas en el extranjero -Consulares- en virtud de que el que hubo presentado era falso, razón por la cual, hasta no tener uno legítimo no se le concedió la libertad. Gestiones mediante, finalmente Marset obtuvo el pasaporte lícitamente y se retiró de los Emiratos Árabes, permaneciendo prófugo. Expedirle a Marset el pasaporte constituyó un hecho que desató un escándalo en la administración de Lacalle Pou, tomando en cuenta que desde ese momento se ignora su paradero, tratándose de un sujeto hoy requerido por narcotraficante y presunto autor de lavado de activos en Paraguay.  

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*Foto de portada: rcnradio.com