Enviados especiales a Paraguay Victoria Camboni y Georges Almendras-14 de octubre de 2022

Se dice que, en Asunción, cuando hay lluvia, la gente no sale a la calle. El temor a la inundación, producto de un sistema de desagüe inexistente, ha llevado a que los asunceños tomaran esta medida como algo habitual. Pero fue más fuerte el deseo de hacer y convocar, que mantener el silencio tan tradicional. Y como excepción -dentro de todas las excepciones que ha tenido este viaje-, y abandonando las paredes seguras del hogar, en la tarde del jueves 13 de octubre, los jóvenes del movimiento Our Voice, acompañados de una delegación de Antimafia Dos Mil, salió a la ciudad a convocar para el evento del próximo domingo, en homenaje a Pablo Medina y Antonia Almada.

La difusión se realizó en los pasillos y salones de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la universidad pública más importante de Paraguay. En el predio, donde funcionan varias facultades, los jóvenes de Our Voice repartieron volantes, pegaron afiches y conversaron con estudiantes, explicando de qué se tratará el evento, y por qué es tan importante que la ciudadanía participe.

Prácticamente todos, levantaban la mirada cuando escuchaban el nombre de Pablo. El interés en sus ojos, pero también cierto temor, asomaban en el gesto de la gente, que escuchaba, opinaba y agradecía por la actividad que se llevará adelante en su homenaje, y en el de todos los periodistas asesinados en el Paraguay.

Dentro de los salones, los profesores en general fueron muy abiertos y prestaron unos minutos de sus clases para que pudiéramos explicar e invitar al evento del próximo domingo 16 de octubre a las 17 horas en la Plaza de la Democracia, en el centro de Asunción. Algunos se emocionaron, quizás porque comprendieron qué importante es nuestra presencia en las calles, apoyando a la justicia que hace el bien, y denunciando a quien mira al costado y no acciona. Señalando a la criminalidad dentro y fuera del Estado, y rompiendo el silencio de la omertá que reina en la ciudad.

Quizás entendieron que el cambio empieza en la educación, en apropiarnos de la cultura y crear condiciones para que todos tengamos lugar, donde la legalidad y el respeto a la vida humana sean lo habitual. Desde la expresión artística, que moviliza y despierta a la realidad que nos rodea, hasta la expresión periodística, que la analiza y pone datos sobre la mesa, pasando por la educación desde las infancias, adolescencias y más.

Son muchas las aristas que forman parte de una creación colectiva, que apunte a una conversión de la sociedad, entendiendo que la criminalidad es una consecuencia de nuestra forma de vida, de un sistema excluyente, y de la falta de presión social sobre quienes nos gobiernan y toman las decisiones de todos.

Esperemos que la conciencia despierte a tiempo.

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*Foto de portada y restantes: Romina Torres / Our Voice - Antimafia Dos Mil