Domingo 12 Mayo 2024
Sicarios narcos balean al colega Nelson Matur, en Acapulco, en el estado de Guerrero

Otra vez. Otro dolor más a la ya sufriente familia periodística mexicana. Este fin de semana un colega ha sido asesinado a balazos. Los sicarios que siempre son utilizados por las cabezas criminales del poder mafioso, de un país desangrado, han dado otro de sus golpes letales contra la prensa libre. Ha caído bajo las balas mafiosas el periodista Nelson Matur, y sería el segundo trabajador de la comunicación que cae abatido en una semana, siendo él un periodista especializado en temas de violencia criminal del estado de Guerrero. Matur, también era el director del portal de noticias “Lo Real de Guerrero” y su muerte se comete cuando éste subía a su automóvil en el estacionamiento de un comercio ubicado en el puerto turístico de la ciudad de Acapulco.

La prensa mexicana y las agencias internacionales dan cuenta que la muerte de Nelson Matus es la segunda -contra un profesional de la prensa- cometida en el correr de una semana. El periodista fue literalmente sorprendido por dos desconocidos que armas en manos comenzaron a dispararle, prácticamente a quemarropa. Los proyectiles alcanzaron su cabeza y otras partes de su cuerpo, por lo que Matus quedó tendido en el piso, agonizante. Sus asesinos rápidamente se alejaron del lugar, se estima abordando en una zona no muy lejana, algún vehículo.

Nelson Matur era un experimentado periodista especializado en hechos de violencia del estado de Guerrero (crónica roja), y una de sus últimas coberturas se relacionaba con el reciente hallazgo de restos humanos en bolsas negras a un costado del hotel la Palapa, en la zona de Acapulco.

Se pudo saber que ya en agosto de 2017 fue víctima de un atentado sobre el bulevar Vicente Guerrero, también en la turística zona de Acapulco, resultando ileso milagrosamente. También en ese año fue asesinada su madre, Reina Balbuena (por sicarios, obviamente) quien era administradora del portal del cual hasta ayer Matur era su director.

Tras su muerte, las repercusiones se hicieron sentir en todo México, en términos de absoluta recriminación y denuncia, por un hecho que causó conmoción, al punto que voceros de la Federación de Periodistas de Acapulco y la Asociación de Reporteros de información Policial en Guerrero exigieron enérgicamente al gobierno y a las autoridades competentes a trabajar denodadamente para aclarar el hecho.

“A las autoridades de los tres órdenes de gobierno también pedimos las garantías necesarias para llevar a cabo nuestro trabajo” puntualizaron los portavoces del gremio periodístico.

En México, uno de los países del mundo más peligrosos para el trabajador de la prensa, se comete, con esta muerte, la segunda en el correr de una semana. La primera víctima fue Luis Martín Sánchez, corresponsal del diario “La Jornada” en Nayarit, estado del noroeste mexicano, cuyo cuerpo fue hallado presentando signos de violencia, lapso después de haber sido dado como desaparecido.

A partir de este hecho desde la fiscalía general de Justicia de Nayarit se informó que tanto la desaparición de Sánchez, como la de los colegas Jonathan Lora Ramírez y Osiris Maldonado de la Paz -el pasado 8 de julio- que fueron hallados con vida lapso después, se relaciona estrechamente con su trabajo de informar sobre hechos específicamente de la crónica policial.

En la región de Acapulco, zona mexicana de intensa vida turística, últimamente se multiplicaron los atentados contra periodistas. Por ejemplo, la madrugada del lunes pasado, dos hombres atacaron a balazos, en la Colonia Morelos, al administrador de dos páginas de noticias de Facebook, de nombre Alan Castro Abarca, quien fue herido en el brazo y a nivel del cráneo.

Asimismo, el 16 de junio fue igualmente atacado a tiros José Carlos González Herrera, administrador de la página Facebook de “El Guerrerro, opinión ciudadana”.

Los datos relacionados con los atentados a los trabajadores de la prensa, son estremecedores. De acuerdo a Reporteros Sin Fronteras, desde el año 2000 fueron asesinados más de 150 periodistas en México. Según fuentes gubernamentales, en el 2022, se registraron 13 homicidios de reporteros.

Pero hay un tema paralelo a todos estos hechos criminales. Se trata de la impunidad, porque se ha consignado enfáticamente, que la mayoría de estos crímenes no han sido aclarados. Por su parte, la Organización Artículo 19 señaló que el 2022 fue el año más letal, en los estados de Veracruz, Guerrero y Oaxaca.

Todo este contexto, de terror, de dolor, de muerte y de un poder criminal instalado en México, y en particular en el estado de Guerrero, ha desatado una seguidilla de protestas a diferentes niveles. Los hechos criminales son atribuidos al narcotráfico, partiendo de la base de que las costas del Pacífico son consideradas rutas útiles para los narcos que allí operan.

La violencia descarnada, cruel y despiadada, sigue siendo moneda corriente en esa región mexicana donde el contraste es notorio: turismo y muerte. Muerte en manos de narcos desalmados que no contemplan la vida, sino que hacen lo que su negocio les pide: imponerse con las armas, con las más bestiales agresiones a la persona humana, y por si fuera poco atentando contra trabajadores de la comunicación, que obviamente les resultan harto molestos, porque tienen el coraje de enfrentarlos y denunciarlos, dentro de un contexto estatal de indiferencia, favorable notoriamente a que esos atentados no solo queden impunes, sino que además se cometan en cualquier momento impunemente.

Una vez mas en Mexico se llora 2

No es banal ni caprichoso, desde nuestra redacción, nuestro reclamo de justicia, nuestra solidaridad hacia las familias de los periodistas asesinados y hacia los colegas que deben enfrentar este tipo de situaciones, que, sin más peros, visibiliza el grado de connivencia que reina en México, entre el sistema mafioso y el poder institucional y gubernamental: un obsceno y escandaloso pacto, si se quiere de sangre, que no debería predominar ni existir.

Tal es el panorama de una sociedad mexicana que ve con pavor, cómo las instituciones ceden al pútrido quehacer criminal, que opera abrazado y cubierto por la impunidad de quienes, en vez de gobernar, no hacen otra cosa que imponer el terror, endulzados por las ganancias que se pueden obtener exclusivamente de los grupos criminales.

El terror impuesto por el narcotráfico no cesa en México. Ese negocio, que cercena vidas y democracias, se intensifica en México Y que cercena, también, desafortunadamente, esperanzas para las nuevas generaciones.

De ahí que, desde estas páginas, somos recurrentes en denunciar al sistema mafioso, en México y en el mundo, advirtiendo al lector que esa lucha contra la criminalidad organizada, debe ser una obligación impostergable y prioritaria, a nivel mundial, de quienes son periodistas, de quienes integran las fuerzas de seguridad honestas, y de los operadores judiciales y fiscales, y de los mandatarios, y de los legisladores, y de usted, como ciudadano.

Fotos: Morenación