Giorgio Bongiovanni-14 de abril de 2022

"Contra la guerra. El coraje de construir la paz" (Solferino-Libreria Editrice Vaticana) es el último ensayo del Papa Francisco, desde hoy en librerías y quioscos, junto con el Corriere della Sera. Una publicación que llega cuando el mundo es atravesado por una de las guerras más peligrosas del siglo XXI, donde el riesgo de una guerra mundial y nuclear no es una fantasía, sino una trágica posibilidad.

El Pontífice que va contra la corriente, y cuya actuación desagrada cada día más a algunos cardenales, ha querido recordar una vez más que la Tercera Guerra Mundial ya está en marcha, "aunque todavía se la hace de a pedazos". Pedazos que poco a poco se han ido multiplicando y agrandando. "Tantas guerras están ocurriendo en el mundo en este momento, causando un dolor inmenso, víctimas inocentes, especialmente niños. Guerras que provocan la huida de millones de personas, obligadas a dejar su tierra, sus hogares, sus ciudades destruidas, para poder salvar la vida. Son las muchas guerras olvidadas, que de vez en cuando reaparecen ante nuestros ojos desatentos". Guerras que, en realidad, parecían “lejanas”, pero que el conflicto de Ucrania las ha acercado.

Luego, continuando con el texto -del que proponemos el extracto publicado en el Corriere della Sera- lanzó un mensaje "herético" de denuncia, contra lo que a nivel teológico se señala en la Biblia y en el apocalipsis de Juan como el Anticristo.

No un jefe de Estado, ni Putin, ni Biden o el presidente Zelensky, sino los lobbies de las armas.

"La guerra lo trastorna todo -escribe el Papa Francisco- es pura locura, su único objetivo es la destrucción y se desarrolla y crece precisamente a través de la destrucción y si tuviéramos memoria, no gastaríamos decenas, cientos de miles de millones en rearme, para equiparnos con más y más armamentos sofisticados, para aumentar el mercado y el tráfico de armas que acaban matando a niños, mujeres y ancianos". Detrás de esos lobbies hay hombres que asumen el rostro del mal.

Contra la guerra el papa revolucionario 2

El Papa Francisco también propuso que una familia ucraniana y una rusa lleven la cruz durante el Vía Crucis en el Coliseo, pasado mañana. Un mensaje muy simbólico.

La noticia de hoy es que el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, arremetió contra la idea del Vaticano: "Considero una idea inapropiada y ambigua, que no tiene en cuenta el contexto de la agresión militar rusa contra Ucrania. Para los greco-católicos de Ucrania, los textos y gestos de la XIII estación de este Vía Crucis son incomprensibles e incluso ofensivos, especialmente en previsión del segundo ataque, aún más sangriento, de las tropas rusas contra nuestras ciudades y pueblos. También que nuestros hermanos católicos del rito latino compartan con nosotros estos pensamientos e inquietudes".

Mientras tanto, el presidente Zelensky guarda silencio, cuando debería intervenir para poner fin al conflicto. Por el contrario, lo único que hace es una demanda incesante de armas a Occidente. Esto significa que quiere la guerra y no la paz. ¿Y qué responderá el presidente Zelensky a su pueblo cuando termine esta guerra? ¿Que prefirió el camino de la sangre al de la paz? ¡Zelensky debería haber pedido que el vía crucis no se viviera en Roma, sino en Kiev! Quizás el Papa con su gesto podría haber cambiado el destino de este conflicto, después de haber consagrado Rusia y Ucrania al corazón de María.

Pero la verdad es que incluso detrás de Zelensky, así como detrás de Putin, está el poder de los lobbies de las armas. Ese Anticristo que todos simulan no ver.

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*Foto de portada y 2: reelaboración gráfica de Paolo Bassani