Más de quinientos kilos de cocaína fueron incautados en Bélgica, ubicados en un buque carguero que partió del puerto de Montevideo, una vez más. A juzgar por estos hechos, la ruta de la droga, con el Uruguay como parte de ella, sigue -desafortunadamente- en plena vigencia, mientras la vida política en este país sigue su curso, es decir, sigue con su modorra, aquella de pensar, de que como país de vida democrática impoluta somos un ejemplo. Vaya ejemplo, cuando desde hace 20 años, y puedo quedarme corto con ese lapso, la cocaína sigue circulando por el territorio nacional, impúnemente, para llegar al mercado europeo, y obviamente con el visto bueno (con el permiso) de algunos círculos de poder, es decir, de uno o más personajes de ese ámbito, sentados en los muy cómodos sillones institucionales que pueden haber hoy en día, a espaldas de una sociedad que ve con espanto cómo el narcotráfico local dirime sus contiendas a balazos y cómo ésta realidad sigue devorándonos, día a día. Una democracia, más que impoluta, diríamos más bien erosionada brutalmente por la infiltración del narcotráfico internacional.
Los diarios, noticieros de televisión y radios uruguayas se hicieron eco de la noticia a escasas horas de que asuma el nuevo gobierno en el Uruguay. Sale el presidente Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional y entra el Licenciado Yamandú Orsi, de la coalición de izquierda. Significativamente, este nuevo hallazgo de cocaína -en un barco que hubo recalado en la terminal portuaria de Montevideo- parece cerrar el ciclo, o el período en el que la temática del narcotráfico internacional y local ha sido una de las lamentables insignias escandalosas de la administración Lacalle, la que por otra parte no estuvo distante de los tres años consecutivos anteriores de gobierno, de la izquierda uruguaya, donde el tema de no pocos voluminosos cargamentos de cocaína circulando para el otro lado del Atlantico fue igualmente escandaloso, sumándose también la fuga de Carcél Central del mafioso italiano de la ‘Ndrangheta Rocco Morabito, luego recapturado en Brasil dos años después y finalmente extraditado a Italia, donde ahora se encuentra en una cárcel de Roma, bajo el régimen denominado 41 bis.
En ese contexto, que era imperioso subrayarlo o traerlo al tapete público, una vez más, en las últimas horas se conoce la noticia, procedente de Bélgica, de que se produce la incautacion de más de media tonelada de cocaína que estaba en un buque, en el que ya en cuatro oportunidades se le hubo detectado esta droga en el correr de los últimos años.
La información procede de las autoridades aduaneras de Amberes, estableciéndose que la cocaina (547 kilos) estaba en un contenedor que estaba en el buque “Grande Nigeria” que pertenece a la naviera Grimaldi. Se consignó además que la cocaína estaba en un contenerdor con la numeración GCNU1402270, cargado con arroz, y que fuera escaneado en el puerto de Montevideo, oportunidad en que no fue detectada la droga, tal lo señalado por La Diaria, agregándose además una de las hipótesis -barajadas por la Fiscalía- de que el contenedor haya sido cargado en alta mar, tomándose en cuenta -por informes de las autoridades de Amberes- que el precinto fue hallado violentado.
Cabe señalar que el buque en cuestión ya hubo sido contaminado anteriormente. A saber: en el mes de mayo de 2023 se incautaron 1.2 toneladas de cocaína, cuando se encontraba estibado en el puerto montevideano; en febrero de 2022 se le hallaron 200 kilos de cocaína, ubicados en automóviles; en julio de 2019, el buque debió permanecer en Dakar un tiempo extenso tras haberse incautado 790 kilos de cocaína, también en vehículos , procedentes del puerto de Paranaguá; en agosto de 2018, en el puerto de Santos se incautaron 1.200 kilos de cocaína que se encontraban en bolsos, que fueron subidos a bordo desde una embarcación menor.
De hecho las informaciones apuntan hacia la empresa naviera en cuestión, ya que otros de sus buques estuvieron involucrados en otras incautaciones de cocaína, como por ejemplo 4.5 toneladas halladas en el puerto de Hamburgo en julio de 2019 ( por este embarque fue condenado el empresario uruguayo Martín Mutio); como así también otros 417 kilos de cocaína incautados en setiembre de 2018, en el puerto de Montevideo, que estaban en un cargamento de lana sucia, siendo el destino Amberes.
Cabe señalar que el buque “Grande Nigeria” salió de Uruguay, pasó por Argentina e hizo dos paradas en Brasil y que los ladrillos de cocaína tenían la marca “boss” que es costumbre brasileña.
Trascendió que en el marco de las investigaciones que se vienen llevando adelante, en el buque constantemente se detectan problemas por alteraciones en las cargas, lo que no es normal. En consecuencia, seguramente los investigadores deben estar ampliando su área de acción, dentro del ámbito de la tripulación , obviamente, no descartándose que haya involucrados.
Todo lo concerniente a esta nueva incautación está ahora en proceso de investigación, la que se suma a otras que se vienen realizando siempre en torno al narcotráfico internacional.
Seguimos siendo testigos de una muy grave problemática en el Uruguay.¿Veremos que acontecerá en el futuro?
*Foto de Portada: RaBoe, wikipedia.org