Ya no se puede tapar el sol con el dedo, en el Uruguay de hoy; ni aún en plena campaña política -de cara a las elecciones nacionales del próximo 27 de octubre- que es cuando todos y cada uno de los dirigentes y referentes de los partidos políticos visibilizan lo más granado de sus bondades y de sus virtudes, cuidándose muy bien de no empañar ni un ápice reputaciones partidarias o personales, o gestiones del período que concluye. Y en este contexto, cuando el sistema político uruguayo ha sido y está señalado por el dedo de la sospecha de estar infiltrado por la narco mafia, una vez más salieron a flote noticias relacionadas con cargamentos de cocaína que pasaron por el puerto de Montevideo, con destino a Europa, habiéndose concretado dos voluminosas incautaciones en las terminales portuarias de Barcelona y Portugal. Entonces, por enésima ves, a ojos de la opinión pública, quedó comprobado -mal que les pese a muchos- que el Uruguay sigue haciendo parte de una de las rutas preferidas del narcotráfico internacional. Y esto debe ser seguramente porque en nuestro país sobran las condicionantes (ya es un hecho, no hay duda) para que esas actividades se desarrollen a gusto y gana, por parte de los inversores del universo criminal, que vienen modificando la geografía regional, para que sea a raja tabla, una geografía narco funcional a sus ilícitos intereses financieros. Una geografía narco, en una América Latina aguijoneada por una narco mafia voraz, y que siempre deja su estela de muerte y deterioro social, económico y cultural, como sello inconfundible.
Resumamos. Recientemente, dos cargamentos de cocaína se interceptaron en Portugal y en Barcelona en operativos policiales que se llevaron adelante con pocos días de diferencia entre ambos. Cargamentos que salieron del puerto de Montevideo.
La primera noticia sobrevino de Portugal dado que las autoridades incautaron más de 3.600 kilos de droga que se hallaron en un contenedor que venía en un barco procedente de Sudamérica. El buque había partido de Paraguay y en su trayecto recaló en el puerto de Montevideo, Uruguay. La cocaína estaba escondida entre harina de soja. Se informó además que fruto de las investigaciones en Portugal fueron detenidas tres personas, de nacionalidad portuguesa, estableciéndose -según versión de las autoridades paraguayas- que en Paraguay se habían tomado las precauciones necesarias bajo el control de la SENAD. Remarcaron, por ejemplo, que en ese país no se detectó la contaminación de la carga de soja. Cabe consignar que ya anteriormente -en junio de este año- se había incautado otro cargamento en el puerto de Lisboa, consistente en 2.952 kilos de cocaína, oculta en contenedores de fruta, como parte de una importación legal por parte de una empresa que al parecer -al menos así lo declararon- sería totalmente ajena el entramado criminal.
La segunda noticia sobrevino a los pocos días, cuando desde Barcelona se dio a conocer que se habían incautado cuatro toneladas de cocaína, las que se transportaron bajo similar manera, pero en medio de una exportación de arroz. El barco con el container provenía de Paraguay y también había pasado por el Uruguay, por su principal terminal portuaria de la capital. Se detallo desde España que ese cargamento para las autoridades locales estuvo considerado como uno de las más más grandes de este año. Pero hay más, se estableció que si bien el barco había salido del Paraguay con una exportación legal, al parecer, la organización criminal habría transportado el contenedor con la cocaína por vía terrestre desde Paraguay pasando por Argentina depositándola en el puerto de Montevideo. Otro tema en paralelo, que será competencia de las autoridades investigar, concierne expresamente a la procedencia de las cuatro toneladas de cocaína que se hallaron en Barcelona, y a la forma en que llegaron, y dónde fueron depositadas en tránsito, en territorio argentino.
Tomando en cuenta estas dos situaciones, dado que ambos barcos habían partido desde Paraguay, y que ambos tenían un común denominador en su ruta con destino a Europa: es decir su recalada en el Puerto de Montevideo, las autoridades paraguayas puntualizaron que la cargas originales en ambos casos -de harina se soja y de arroz- no se habían contaminado en el Paraguay, o al menos los controles no habían arrojado resultados positivos. En consecuencia, todo indicaría, según tales apreciaciones, que la carga de habría contaminado en el puerto uruguayo, más aún si se ratifica la presunción anotada anteriormente, de que los cuatro kilos de cocaína habrían llegado a Uruguay, por vía terrestre.
A todo esto, previamente, desde el Programa Gobal de Naciones Unidas se hubo alertado a las autoridades de los puertos sudamericanos , entre ellos el Uruguay, de una modalidad criminal que podría el narcotráfico llevar a la práctica, para sortear los controles de los escáners, consistente en ubicar la cocaína en puntos ciegos de los contenedores, es decir preferentemente ubicándola en la parte inferior de esos habitáculos.
Hay que señalar, al menos es la información que se ha difundido, en cuanto al cargamento de cocaína interceptado en Portugal, que el barco que lo transportaba había salido de Paraguay el pasado 3 de junio, y que estuvo en el puerto de Montevideo desde el 11 de junio al día 15 de junio, y que una vez escaneado zarpó rumbo a Portugal, con una escala anterior en Francia. El resto y es noticia conocida.
Retomemos las versiones oficiales sobre los controles mediante los scáners: desde Paraguay se reafirmó que nada hizo sospechar allí que las cargas estaban contaminadas, y que todo estaba normal, razón por la cual se compartieron las imágenes con el Uruguay, dándose los alertas internacionales, acorde a los protocolos de rigor. Con posterioridad, una vez que se realizaron los controles con los escáners, y los resultados fueron positivos, los respectivos cargamentos prosiguieron su ruta, rumbo a Europa.
Investigaciones de por medio, obviamente después de las incautaciones, el puerto de Montevideo estuvo y está todavía bajo la mirada de las autoridades locales y europeas. Por ejemplo, respecto al cargamento que se interceptó en Portugal, hay una particularidad sobre la cual los investigadores están haciendo foco, desconociéndose hasta el momento las evaluaciones a las que se están arribando. Ocurre que cuando se escanea el contenedor con la exportación legal de harina de soja -en la cual estaban las más de tres toneladas de cocaína- los operarios establecieron ciertas dudas en las fotografías, pero en definitiva por causas que se ignoran -y es lo que está bajo severa investigación- el contenedor no fue abierto, lo que significa que se le dio el visto bueno para seguir viaje. Ahí está el entuerto. Ahí está la llave de la maniobra. Una llave que se viene utilizado desde hace ya bastante tiempo.
¿Si los contenedores se contaminan en Montevideo, quién o quiénes están detrás?
Ocurridos estos hechos, las especulaciones, en particular sobre quienes son los responsables de todo este entramado narco mafioso que permite pasar cocaína o depositarla en contenedores, en el Puerto de Montevideo y desde hace ya unos cuántos años, no son pocas; o más bien, haciendo foco en la cuestión, en apariencia, si bien no podemos definir identidades con celeridad, si podemos decir con recurrentes evidencias que rompen los ojos, que en el Uruguay de hoy, y de hace ya como 15 años, está instalada una poderosa trama narco mafiosa, de alcances insospechados y de vinculaciones no menos insospechadas (o ya no tanto, a juzgar por hechos que ya fueron y son mediáticos: el constante pasaje de cocaína por Montevideo a Europa; la captura -después de 15 años de su permanencia en el Uruguay como prófugo de la justicia italiana- y su escandalosa fuga de Cárcel Central, de Rocco Morabito, elemento de la ‘Ndrangheta, a escasos días de concretarse su extradición a Italia; el pasaporte entregado al narco uruguayo Sebastián Marset en Dubai -hoy prófugo- que derivó en la renuncia de dos ministros y dos subsecretarios de Estado, todos indagados por la fiscalía Penal la que aún sigue sin expedirse en otros temas de la investigación, aunque ratificó que todos esas figuras del gobierno habían mentido al Parlamento cuando no informaron que tenían conocimiento de que Marset era un narco que solicitaba un pasaporte especial desde Dubai, donde estaba preso por haber ingresado con pasaporte falso; amenazas de muerte al diputado Sebastián Cal por parte de un empresario -Gonzalo Aguiar, hoy fallecido- sospechado de ser vínculo con el narcotráfico mexicano y además de ser autor de lavado de dinero, y de presuntas actividades o vínculos de tenor narco criminal con personalidades de gobierno), y como un plus -de hecho más que preocupante- de padecer el sistema político y la institucionalidad estatal, una terrible infiltración narco mafiosa, cuyos efectos dañinos en la vida democrática uruguaya pueden llegar a ser de una magnitud indescriptible, si es que ya no lo es, lamentablemente.
Creo que no es por casualidad, que en los últimos meses , una comisión de Carabinieri y de la guardia de Finanzas, de Italia, estuvo de visita por el Uruguay para impartir cursos y conocimientos sobre el combate a la mafia, uno de sus voceros declaró a la prensa local que si el Uruguay seguía generando ciertas condicionantes (que ellos observaron) podría correr el riesgo de llegar a la misma situación que se vivió en Italia hace unos 30 años, debido a las actividades de tinte mafioso.
En definitiva, haciendo un balance, y retomando el tema del papel del Puerto de Montevideo en la red del narcotráfico internacional operando en el Uruguay, compete señalar por ejemplo, que desde Paraguay sus autoridades sospechan que detrás de todo este entramado narco mafioso funcional al recurrente pasaje de toneladas de cocaína hacia Europa, podría estar involucrado, como operador criminal,el narco Sebastián Marset, hoy prófugo y requerido por Paraguay y Bolivia, por sus estrechos vínculos con el narcotráfico internacional. Es una sospecha, hasta ahora.
Desde Antimafia, consideramos que su responsabilidad no sería en absoluto descartable, y agregaríamos, que tal rol, no nos asombraría, y que haría parte de un entramado de mayor porte en el que la organización criminal italiana ‘Ndragheta formaría parte medular, y sustantiva, tomando en cuenta que ella es hoy por hoy la que tiene el monopolio del tráfico internacional de cocaína, especialmente en América Latina, para su traslado a Europa. Obviamente un entramado del que también participan elementos del crimen locales y toda una red de influencias a diferentes niveles , funcionales a sus fines y cometidos. En esos niveles que apuntamos, el sistema político y la institucionalidad, de hecho harían parte, y por tal razón se han iniciado investigaciones fiscales, que no por causalidad y sugestivamente, no vienen resultando celeras en sus resoluciones. Dato o situación nada menor, tomando el contexto.
Los debilitamientos en los controles de los escáners, por cierto visibilizan graves brechas dentro de las estructuras de prevención. Un puerto como el de Montevideo que solo posea -al menos hasta ahora, que escribimos este informe- un solo escáner -de limitada funcionalidad dado que no es moderno- nos esta dando un mensaje de negligencia muy grave. Nótese que desde hace 10 años como mínimo, hay un pasaje de cocaína por este puerto hacia Europa y no hubo una inmediata atención a esa faltante. El Estado, entonces, a través de sus organismos está descaradamente ausente en torno a uno de los temas más preocupantes que inciden en la democracia, en la economía y en la paz de un país, que de buenas a primeras -aunque no tanto así, a nuestro entender- se fue transformando en un satélite de la narco mafia expandida en el continente. En las últimas semanas, desde el Ministerio de Economía y Finanzas se ha anunciado que ya se ha adquirido otro scáners más, que se estima estará en funcionamiento a comienzos del próximo mes de octubre. Entre tanto , hay investigaciones en curso y hay dos funcionarios de los controles por scáners que están bajo la mira.
A esta altura de los acontecimientos, sobre todo este árido tema que hemos expuesto, ya difícilmente podemos tapar el sol con un dedo, como decíamos al comienzo.
No creo estar equivocado.
*Foto de Portada: El Muerto